En la madrugada de este sábado la aviación militar rusa volvió a sufrir un duro golpe por la destrucción de un avión Su-27UB en el aeródromo militar ‘Armavir’, ubicado en la región de Krasnodar.
El incidente fue informado este sábado por la Dirección General de Inteligencia del Ministerio de Defensa de Ucrania (GUR), que además compartió imágenes del momento en que se prende fuego la aeronave.
“Destruido en Rusia, en ‘Armavir’, un avión Su-27UB. En la noche del 25 al 26 de julio, en el aeródromo ‘Armavir’, en la región de Krasnodar, se incendió un caza de entrenamiento y combate Su-27UB de las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa”, comunicó el GUR ucraniano en un comunicado.
El siniestro se produjo en circunstancias que, hasta el momento, no cuentan con una explicación oficial por parte de las autoridades rusas. No obstante, la inteligencia ucraniano advirtió: “La resistencia al régimen del Kremlin dentro de Rusia está creciendo”.
La información suministrada resalta la posibilidad de que los propios ciudadanos rusos, o sectores de los mismos, adopten posturas activas contra la infraestructura militar del país. La mención de la “resistencia al Kremlin” orienta la narrativa hacia la existencia de acciones clandestinas o de protesta, insertadas ya en el territorio ruso y capaces de causar daños de consideración en instalaciones sensibles.
Asimismo, la magnitud del daño provocó la pérdida de una aeronave considerada esencial tanto para la instrucción de pilotos como para tareas de combate, situación que, por la naturaleza de los recursos afectados, infiere afectaciones a las capacidades operativas inmediatas del emplazamiento militar.
El texto del GUR agrega que las consecuencias del incidente no se limitaron al entorno inmediato de la base aérea. La comunicación entre pueblos aledaños al aeródromo resulta afectada tras el incendio, de acuerdo con testimonios recogidos por los servicios de inteligencia ucranianos. El reporte precisa: “Según información de los residentes locales, tras el incendio se perdió la comunicación en los pueblos cercanos al aeródromo”.
La base de Armavir desempeña una función relevante en el sistema de formación militar ruso, en particular como plataforma de práctica para los futuros aviadores del país. El GUR ucraniano especificó que tanto el aeródromo como los aviones en él desplegados operan esencialmente para la instrucción de los cadetes de la Escuela Superior de Aviación de Krasnodar. De esta manera, las instalaciones albergan equipo aéreo orientado a la educación y entrenamiento inicial y avanzado de pilotos militares.
La presencia del Su-27UB en Armavir corresponde al uso habitual de aeronaves destinadas a ejercicios prácticos de vuelo, simulaciones de combate y maniobras aéreas de amplia complejidad técnica. Al tratarse de modelos biplaza, estos aviones facilitan que nuevos pilotos puedan perfeccionar las habilidades necesarias bajo supervisión directa, lo que convierte al aeropuerto en un punto estratégico para la capacitación del personal de la fuerza aérea rusa.
Tales datos subrayan el impacto que provoca la destrucción de una plataforma de estas características. Por su función pedagógica y su ubicación en un nodo de la infraestructura militar, la pérdida de una aeronave Su-27UB incide tanto en la estrategia de despliegue de recursos como en el ritmo formativo de la Academia.
Ataques y resistencia en infraestructura militar rusa
El incidente registrado en el aeródromo de Armavir se inscribe en un entorno más amplio de tensiones, daños y operaciones que afectan la infraestructura militar en varias regiones de Rusia. Durante los últimos meses, episodios relacionados con sabotajes, incendios y ataques a instalaciones militares se volvieron recurrentes en diferentes puntos del país, generando preocupación en torno al grado de seguridad existente en emplazamientos considerados estratégicos.
Distintos informes elaborados por organismos ucranianos atribuyeron a la “resistencia al Kremlin” una intensificación de actividades dirigidas a entorpecer el aparato militar ruso desde dentro de sus fronteras. En varios de estos sucesos recientes, la autoría, ejecución y fines permanecieron sin reivindicación clara, pero las fuentes oficiales ucranianas los interpretan como síntomas de un desgaste interno y de una capacidad progresiva para ejecutar acciones de alto impacto simbólico y operativo.
Algunos de estos eventos coinciden, además, con operaciones atribuidas a comandos externos o al empleo de drones y sabotajes selectivos, aunque el caso de Armavir fue enmarcado explícitamente dentro de la noción de protesta o resistencia interna, según lo expuesto por la inteligencia militar ucraniana.
Las consecuencias inmediatas de estos incidentes incluyen la interrupción de actividades de instrucción y la alteración de la rutina en comunidades cercanas, como lo prueba el corte de comunicaciones registrado tras el incendio en el aeródromo de Krasnodar.
Al cierre del episodio, la fuente ucraniana reitera que la detección y seguimiento de actos de resistencia interna continuará constituyendo una prioridad en su labor de inteligencia, dada la capacidad de estos acontecimientos para debilitar recursos militares clave y socavar la autoridad de Moscú en su propio territorio.