“En el Garrahan no sobra nadie”, dirá Marina Cavalletti antes de empezar a leer sus poemas en el FLIPPAS, el Festival Latinoamericano Independiente de Poesía y Prosa del Atlántico Sur que se está desarrollando en Nueva Atlantis, ahí al lado de Mar de Ajó.

Cavalletti sabe de qué habla. Nació con una enfermedad que se llama “parálisis cerebral” y que le afectaba los miembros inferiores. “Tuve mi propia crucifixión/ no quiero blasfemar/ pero la tuve:/ todo fue/ alarido/ cuando abrí/ los ojos”, escribe en Hospital pediátrico, el libro con el que ganó, en 2022, el primer premio del 14° Concurso Nacional de Cuento y Poesía Adolfo Bioy Casares y que será el que ahora lea en el Festival.

Marina Cavalletti (en el centro), en el festival FLIPPAS 2025

A los diez años, en el Garrahan, la operaron. Le estiraron los músculos de la ingle, las rodillas y los tobillos. Pasó cuarenta días internada, con un yeso que le separaba las piernas. Le cambiaron la vida, le salvaron la vida. Lo dice, pero ni hace falta. Cavalletti es Profesora de Letas, Magister en Escritura Creativa, ha trabajado como periodista y da clases en la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV).

“Por mucho tiempo no pude pasar por la puerta del Garrahan sin ponerme a llorar. Hasta que decidí volver, hacer una especie de trabajo antropológico y adentrarme en mi mayor temor, mi mayor dolor, que estaba en ese hospital”, ha declarado.

Aquí, algunos de esos poemas:

De “Hospital pediátrico”

Viaje

salí de mí cuando me operaban

flotaba como un fantasmita

no sabía si iba a volver

ellos hacían chistes negros

tenían frío

el escalpelo flameaba

como una bandera

de paz

o de derrota

Carnaval

me pregunto

si se puede ser feliz

en un hospital pediátrico

mientras todos

disfrutan del verano

y acá estamos

desfigurados entre juguetes

deseando

el agua

la harina

el pasto húmedo

salir

………………………………………………

Serenata

Nací con el cuerpo roto

pero la primavera

me trajo un pájaro

él cantó para mis piernas enjauladas

presas políticas

de una infancia

donde no estaba

permitido correr.

La poeta Marina Cavalletti.

Andar personal

Transito la vida

a paso ebrio,

de mi boca salen confesiones

que muchos atribuyen a una borrachera.

Me embriago

de un espejismo más potente que el alcohol:

los márgenes.

…………………………………………….

Atómica

Hiroshima soy yo

Vietnam soy yo

La niña grita desnuda

corre

se aturde

sin dirección.

Y estalla.