El primer ministro de Australia, Anthony Albanese, informó que mantuvo una conversación telefónica con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en la que abordaron temas clave para la relación bilateral, incluidos minerales críticos, seguridad y comercio.
La llamada se produce en la antesala de una posible reunión entre ambos mandatarios en la Asamblea General de las Naciones Unidas, prevista para este mes en Nueva York.
Aunque ambos líderes no se han reunido en persona hasta ahora, Albanese calificó el intercambio como “cálido y constructivo” en una declaración difundida en redes sociales. “Hablamos de nuestra relación comercial y económica, así como de áreas de crecimiento, incluyendo minerales críticos”, aseguró el jefe de gobierno australiano, añadiendo que se abordaron también “los intereses de seguridad compartidos entre Estados Unidos y Australia”.
“Es un placer tener al Presidente y al Primer Ministro en otra llamada esta mañana, la cuarta desde la elección del Presidente. Hay muchos cambios en la relación entre Estados Unidos y Australia, y es fuerte”, escribió en la red social X el embajador de Australia en los Estados Unidos, Kevin Rudd.
La llamada se produce en la antesala de una potencial reunión bilateral durante la próxima Asamblea General de las Naciones Unidas, que se celebrará este mes en Nueva York. Sin embargo, de acuerdo con la cobertura de AFP, no se discutió el pacto conocido como AUKUS, un acuerdo de defensa firmado en 2021 entre Australia, Reino Unido y Estados Unidos, cuyo objetivo es enfrentar el avance militar de China en la región y que actualmente se encuentra bajo revisión por parte de la administración Trump.
Otro punto relevante es la afectación comercial que Australia experimenta desde que el gobierno de Trump impuso un arancel general del 10% a los bienes que exporta al mercado estadounidense, dentro del marco de las medidas arancelarias globales adoptadas por la administración republicana.
En un comunicado oficial, las autoridades australianas calificaron estos gravámenes como “injustificados” y expresaron su “decepción” ante la decisión adoptada por Washington. Pese al descontento, el Ejecutivo en Canberra dejó claro que descartó aplicar represalias comerciales o medidas recíprocas frente a la postura estadounidense.
La posible agenda del próximo encuentro entre ambos dirigentes en la Asamblea General de la ONU podría abordar estos y nuevos temas en la relación bilateral. Las expectativas de una reunión entre Albanese y Trump en junio, durante la cumbre del G7 en Canadá, no se concretaron finalmente. El encuentro previsto fue cancelado cuando Trump decidió regresar antes de lo planeado a Estados Unidos con el objetivo de atender asuntos relacionados con la situación en Oriente Medio.
El vínculo entre ambas naciones está tenso: desde que el primer ministro australiano aseguró que su Gobierno tomará sus propias decisiones con respecto al aumento de la inversión en defensa, luego de que el jefe del Pentágono, Pete Hegseth, pidiera al país austral subir su gasto al 3,5% del producto interior bruto.
“En defensa, lo que se debe hacer es decidir qué se necesita, las capacidades, y luego cubrirlo. Eso es lo que mi Gobierno está haciendo”, dijo Albanese hoy en declaraciones a los medios de comunicación.
El dirigente de Australia, aliado histórico de Estados Unidos, añadió que al asumir su mandato ya se había comprometido a aumentar en 10.000 millones de dólares australianos (5.675 millones de euros o 6.460 millones de dólares estadounidenses) el gasto en defensa durante los próximos cuatro años. “Seguiremos aumentando”, afirmó el líder australiano, y remarcó que su objetivo es llegar al 2,3% del PIB para 2033.
(Con información de AFP)