WASHINGTON.– En un nuevo paso de Donald Trump en su drástica reconfiguración del rol y los alcances del gobierno federal, la Casa Blanca presentó este viernes una propuesta presupuestaria radical para 2026 y que es una declaración de principios del presidente: contempla fuertes recortes en el gasto público no militar, al tiempo que fortalece la defensa nacional y la seguridad interior.
El proyecto, que prevé recortes totales por 163.000 millones de dólares (eliminaría más de una quinta parte del gasto no militar), formaliza la reorganización del gobierno que emprendió Trump al volver al poder el 20 de enero pasado, una campaña por la que ya se cerraron agencias y se despidieron a miles de trabajadores federales. El plan recomienda recortes sorprendentes en muchas agencias importantes, que reducirían el gasto nacional global al nivel más bajo de la era moderna, mientras que para seguridad nacional aumentaría 65% y para defensa, 13%, una clara inversión en las políticas de control interno que van en línea con las promesas de campaña.
El gasto discrecional no relacionado con las áreas de defensa -una porción del presupuesto que excluye los programas de Seguridad Social y Medicare, así como el creciente costo de los pagos de intereses sobre la deuda del país- se reduciría en un 23%, al nivel más bajo desde 2017, señaló la Oficina de Gestión y Presupuesto de la Casa Blanca (OMB, por sus siglas en inglés) en un comunicado. Los recortes recaerían sobre áreas como programas educativos, la ayuda para combatir el cambio climático, la financiación de la investigación y el desarrollo, y otra serie de funciones gubernamentales.
Por ejemplo, dos de los objetivos de Trump son los Institutos Nacionales de Salud y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), que verían recortada su financiación más de un 30% (les quitarían 33.000 millones de dólares), y también se eliminaría un programa de 4100 millones de dólares que ayuda a ciudadanos con bajos ingresos a pagar sus facturas de energía. Al Departamento de Vivienda le recortarían 33.500 millones de dólares (44%).
“En este momento crítico, necesitamos un presupuesto histórico, que acabe con la financiación de nuestro declive, ponga a los estadounidenses en primer lugar y ofrezca un apoyo sin precedentes a nuestro Ejército y a la seguridad nacional”, argumentó el director de la OMB, Russ Vought. Aunque el documento establece las prioridades del Ejecutivo, corresponde al Congreso redactar y aprobar la ley de presupuesto para el próximo año fiscal. Según la OMB, los desembolsos del año fiscal 2024 fueron de 6,8 billones de dólares.
El primer proyecto de presupuesto de Trump de su segundo mandato pretende cumplir sus promesas de aumentar el gasto en seguridad fronteriza y recortar la burocracia federal, tarea en la que puso al multimillonario Elon Musk al frente, con el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés). El plan “blanquearía” para el próximo año muchos de los recortes ya aplicados a través de DOGE.
Justamente Musk, CEO de SpaceX, sería uno de los beneficiados del plan de gasto de 2026 en caso de que se aprobara en el Congreso. Según publicó The New York Times, tanto en la NASA (pese a que sufriría un recorte) como en el Pentágono se reorientaría el gasto federal para proyectos espaciales, lo que probablemente impulsaría nuevos negocios multimillonarios para la compañía del hombre más rico del mundo. SpaceX está bien posicionada para competir por un nuevo sistema de defensa antimisiles y misiones espaciales a Marte y la Luna.
Los demócratas del Congreso fueron los primeros en alzar la voz contra el plan revelado este viernes, y fustigaron los recortes en el gasto interno. “Los días de Trump pretendiendo ser un populista han quedado atrás. Sus políticas son nada menos que un ataque a gran escala a los estadounidenses que trabajan duro. Mientras destripa la salud, ataca la educación y recorta programas de los que dependen las familias, financia exenciones fiscales para multimillonarios y grandes corporaciones”, advirtió el líder de los demócratas en el Senado, Chuck Schumer, en su cuenta de X.
Donald Trump’s days of pretending to be a populist are over.
His policies are nothing short of an all out assault on hardworking Americans.
As he guts healthcare, slashes education, and hollows out programs families rely on—he’s bankrolling tax breaks for billionaires and big… pic.twitter.com/6wOtt2re2t
— Chuck Schumer (@SenSchumer) May 2, 2025
El hachazo a la administración federal es uno de los ejes que mayor rechazo genera en Estados Unidos en la segunda presidencia de Trump: el 55% lo desaprueba, de acuerdo a un estudio del Pew Research Center.
Deuda y recorte de impuestos
El gobierno federal enfrenta actualmente una deuda de 36 billones de dólares, y tanto conservadores fiscales como expertos en presupuesto expresan su preocupación de que el proyecto de ley de recorte de impuestos de Trump pueda aumentar aún más esta cifra, sin que se implementen recortes de gasto suficientes.
El presidente ejerce presión sobre el Congreso, controlado por los republicanos, para que extienda los recortes fiscales de 2017, que constituyeron su principal logro legislativo en su primer mandato. No obstante, los analistas advierten que esa medida podría sumar cinco billones de dólares a la deuda nacional.
Habitualmente, los congresistas plantean modificaciones sustanciales a los planes de presupuesto que presenta la Casa Blanca. Pero, según analistas especializados, la influencia e Trump en el Congreso podría llevar a que consiga gran parte de sus objetivos.
Los congresistas republicanos esperan aprobar el proyecto de ley de recorte de impuestos antes del 4 de julio y buscan superar las divisiones internas relacionadas con los recortes propuestos en el gasto federal para financiarlo. Sin embargo, podrían verse obligados a considerar la creciente presión económica derivada de la guerra arancelaria impulsada por Trump, sobre todo con China, los cuales alteraron el comercio global y generaron preocupaciones por una aceleración de la inflación en Estados Unidos este mes.
El plan de presupuesto de la Casa Blanca también incluye una solicitud de 500 millones de dólares adicionales en gastos discrecionales para reforzar la seguridad fronteriza y apoyar el impulso de Trump hacia las deportaciones masivas, además de 766 millones de dólares para adquirir tecnología de seguridad fronteriza y mantener a 22.000 agentes de la Patrulla Fronteriza, con el fin de contratar también oficiales adicionales de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza.
En tanto, solo un día antes de que se presentara esta propuesta, Trump había firmado un decreto para cancelar la financiación federal de dos de los principales medios de comunicación públicos en Estados Unidos: la cadena de televisión PBS y la radio NPR.