El presidente estadounidense Donald Trump insinuó el miércoles que busca “destruir” las centrífugas nucleares de Irán, ya sea mediante un acuerdo diplomático o a través de una acción militar.
Durante una entrevista en el programa de radio del presentador conservador Hugh Hewitt, cuando se le preguntó si Estados Unidos había comunicado a Irán que debía entregar sus centrífugas nucleares y uranio o “ser bombardeado”, Trump respondió: “Es así de simple”.
“Preferiría mucho más un acuerdo fuerte y verificado donde realmente las destruyamos… o simplemente los desnuclearicemos”, dijo Trump. “Solo hay dos alternativas, destruirlas amablemente o destruirlas brutalmente”.
Sin embargo, horas antes, cuando periodistas le preguntaron si la posición estadounidense permitiría que Irán mantuviera un programa limitado de enriquecimiento nuclear, Trump contestó: “Aún no hemos tomado esa decisión. Lo haremos”.
Estas declaraciones subrayan las posiciones encontradas dentro de la administración sobre Irán, ya que mientras algunos funcionarios han indicado estar dispuestos a permitir capacidades limitadas de enriquecimiento, otros insisten en la destrucción completa del programa nuclear.
El domingo, Trump declaró que el objetivo de las conversaciones nucleares con Irán es lograr el “desmantelamiento total” del programa nuclear de Teherán, aunque se mostró abierto a permitir que la República Islámica desarrolle energía nuclear civil.
Los comentarios de Trump a Hewitt parecen alinearse más con la posición del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, quien también ha expresado su disposición a aceptar un acuerdo en el que las instalaciones nucleares iraníes sean físicamente destruidas y desmanteladas.
Al mismo tiempo, Trump, el vicepresidente JD Vance y el secretario de Estado Marco Rubio han mostrado apertura para permitir que Irán tenga un programa nuclear civil, siempre que no incluya enriquecimiento y que importe uranio no apto para armamento desde el extranjero, como hacen varios países.
Estados Unidos e Irán tienen programada su cuarta ronda de conversaciones este fin de semana en Roma.
Las negociaciones ocurrirán días después de que Omán intermediara un acuerdo separado entre EE.UU. y los hutíes, donde Washington aceptó detener sus ataques en Yemen a cambio de que el grupo rebelde respaldado por Irán cesara sus ataques contra barcos estadounidenses en el Mar Rojo.
Al referirse a este acuerdo con los hutíes, Trump declaró ante periodistas: “Confiamos en su palabra… Los golpeamos muy duro. Tenían una gran capacidad para soportar el castigo. Se podría decir que hay mucha valentía ahí”.
El mismo miércoles, Vance dijo en la Reunión de Líderes de Múnich en Washington que las conversaciones sobre el programa nuclear iraní avanzan en la dirección correcta, afirmando que Teherán puede tener energía nuclear civil pero no enriquecimiento que pueda conducir a armas atómicas.
“No nos importa si la gente quiere energía nuclear. Estamos bien con eso, pero no se puede tener el tipo de programa de enriquecimiento que te permite llegar a un arma nuclear, y ahí es donde trazamos la línea”, añadió Vance.
Irán y Estados Unidos han mantenido conversaciones nucleares desde el 12 de abril, su contacto de más alto nivel desde que Washington se retiró del histórico acuerdo con Teherán en 2018 durante el primer mandato de Trump.
Estados Unidos y otros países occidentales han acusado durante mucho tiempo a Irán de perseguir armas nucleares, una acusación que Teherán niega, insistiendo en que su programa atómico es únicamente para fines civiles. Sin embargo, Irán, que abiertamente busca la destrucción de Israel, ha aumentado su enriquecimiento de uranio al 60 por ciento de pureza, que no tiene aplicación pacífica, y ha obstaculizado a los inspectores internacionales la verificación de sus instalaciones nucleares.