Autoridades insisten que su muerte pudo ahberse evitado - crédito Llanura Stereo

Al año, 1.200 colombianos fallecen por asfixia, incluyendo a las víctimas por atragantamiento, según datos de la Fundación Mapfrey la Fundación Clínica Shaio.

Una de ellas es Ruby Milena Leal Santisteban, la mujer de 45 años que se atoró con un pedazo de carne mientras almorzaba con su hija, el domingo 27 de abril (2025) y falleció, a pesar de que trataron de ayudarla.

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En el restaurante buscaron aplicarle la maniobra de Heimlich, aunque sin éxito; por lo que tuvo que ser trasladad de emergencia al Hospital Central de Yopal. Según dijo su gerente general, Jhon Rojas, a medios locales:

La mujer de 45 años de edad fue trasladada a un hospital local, pero los médicos reportaron el fallecimiento producto del taponamiento de las vías respiratorias - crédito Ciudades de Colombia/Facebook/Captura de Pantalla Redes Sociales

“Ingresó al servicio de urgencias producto de un ahogamiento por cuerpo extraño en vía aérea (…) llegó a los 20 minutos a la institución, en muy mal estado, llega con parada cardio respiratoria y se inicia todo para poder resucitarla, reanimarla porque sus signos vitales no estaban presentes, pero después de treinta minutos no fue posible”.

Su llamado no es otro que “a actuar de manera oportuna. Son eventos que se presentan en los que seguramente no va a haber presencia de personal del área de la salud, pero es importante que como miembros de una comunidad empecemos a aprender los conceptos de primeros auxilios”.

El fallecimiento de la mujer de 45 años se produjo en horas de la tarde del domingo 27 de abril - crédito Hospital Central de Yopal

Cómo realizar la maniobra de Heimlich sin fallar en el intento:

Identificar y actuar rápidamente ante una emergencia por asfixia puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. La maniobra de Heimlich es un procedimiento de emergencia diseñado para desobstruir las vías respiratorias de una persona que se está ahogando. Este método, ampliamente reconocido por su efectividad, requiere una ejecución precisa y cuidadosa para garantizar su éxito y evitar complicaciones adicionales.

Antes de realizar la maniobra, es fundamental reconocer los signos de asfixia. Una persona que enfrenta esta situación puede mostrar dificultad para respirar, incapacidad para hablar, tos débil o incluso perder el conocimiento si no recibe ayuda de manera oportuna. Identificar estos síntomas es el primer paso para intervenir de manera adecuada.

El procedimiento comienza solicitando ayuda a quienes estén presentes y asegurándose de que alguien contacte a los servicios de emergencia. Esto garantiza que la persona afectada reciba atención médica profesional lo antes posible. Hecho esto, el rescatista debe posicionarse detrás de la persona afectada, pidiéndole que se incline hacia adelante. Este posicionamiento es clave para facilitar la expulsión del objeto que obstruye las vías respiratorias.

El siguiente paso consiste en localizar el punto de compresión. Para ello, se debe formar un puño con una mano y colocarlo justo por encima del ombligo, en la parte inferior del tórax, asegurándose de que el pulgar esté orientado hacia el abdomen de la víctima. Con la otra mano, se debe sujetar firmemente el puño y realizar una serie de compresiones rápidas y firmes hacia arriba y hacia adentro. Este movimiento tiene como objetivo generar suficiente presión en el diafragma para expulsar la obstrucción a través de la boca.

Todo apunta a que nadie en el restaurante sabía aplicar la maniobra de Heimlich como se debe - crédito iStock

El procedimiento debe repetirse hasta que la obstrucción sea eliminada y la persona pueda respirar nuevamente. En caso de que la víctima pierda el conocimiento, se debe colocar en el suelo y estar preparado para iniciar reanimación cardiopulmonar (RCP) si es necesario. Este paso es crucial para mantener la oxigenación del cuerpo mientras se espera la llegada de los servicios de emergencia.

Existen también adaptaciones específicas de la maniobra de Heimlich para diferentes grupos de edad. Por ejemplo, en el caso de niños menores de un año, no se debe realizar la maniobra estándar, pensando en la fragilidad de su estructura corporal.

En su lugar, se debe colocar al bebé boca abajo sobre el antebrazo del rescatador, asegurando la cabeza y el cuello con una mano para evitar lesiones. Con el talón de la otra mano, se deben dar cinco golpes firmes en la zona entre los omóplatos. Si esta acción no logra desobstruir las vías respiratorias, el bebé debe ser colocado boca arriba, y se deben realizar presiones con dos dedos en el centro del pecho, justo por debajo de las tetillas. Este procedimiento está diseñado para ser seguro y efectivo en lactantes, cuya anatomía requiere un enfoque más delicado.

En el caso de personas obesas o mujeres embarazadas, la ubicación del puño durante la maniobra debe modificarse. En lugar de colocarlo por encima del ombligo, como se hace en la técnica tradicional, el puño debe situarse en la parte superior del abdomen, específicamente en el centro del esternón. Desde esta posición, las compresiones deben realizarse hacia arriba y hacia adentro, adaptándose a las características físicas de estas personas para garantizar la eficacia de la maniobra sin causar mayores daños.