Una inminente reestructuración impulsada por la administración Trump transformará el funcionamiento del Departamento de Estado de Estados Unidos. Según documentos internos, la agencia reducirá su estructura al eliminar 132 oficinas y reorganizar otras 137. La medida podría dejar sin empleo a más de 700 personas, entre funcionarios públicos y miembros del servicio exterior.

Reorganización en el Departamento de Estado genera preocupación laboral

El plan fue anunciado por el secretario de estado, Marco Rubio, a través de sus redes sociales. En su mensaje destacó que esta reforma busca simplificar el aparato estatal y enfocarlo en los intereses estratégicos del país norteamericano. Según explicó, el objetivo es reducir duplicidades, eliminar gastos innecesarios y alinear las funciones diplomáticas con la política de “Estados Unidos primero”.

El secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, aseguró que la reorganización de la agencia tiene como objetivo priorizar a los estadounidenses

“Bajo el liderazgo de Donald Trump y mi dirección, estamos revirtiendo décadas de exceso de personal y burocracia en el Departamento de Estado”, escribió en su cuenta de X. “Estos cambios radicales permitirán a nuestros talentosos diplomáticos poner a EE.UU. y a los estadounidenses en primer lugar”, agregó.

Qué implica la reducción de oficinas del Departamento de Estado

Actualmente, el Departamento de Estado cuenta con 734 oficinas. Con la reestructuración, ese número pasará a ser 602, lo que representa una reducción del 17%. Además, según los documentos obtenidos por el medio local The Free Press, se solicitó a los subsecretarios que presenten en un plazo de 30 días propuestas para reducir el personal en sus respectivas divisiones en un 15%.

Entre las áreas afectadas se encuentran dependencias que históricamente trabajaron en la promoción de derechos humanos, democracia, prevención de conflictos y ayuda humanitaria. Varios de estos programas quedarán bajo la supervisión de una nueva figura administrativa, el Coordinador de Asistencia Exterior y Asuntos Humanitarios, cuya función será limitar el alcance de las iniciativas que no se consideren prioritarias según la nueva dirección política.

Una parte significativa de las funciones actuales será reubicada dentro de otras dependencias del mismo organismo. Las oficinas regionales recibirán nuevas responsabilidades y tendrán que absorber tareas relacionadas con seguridad, desarrollo económico y relaciones multilaterales.

La reorganización del Departamento de Estado bajo la administración Trump implica la reducción de sus oficinas a un 17%

Por ejemplo, toda la asistencia exterior que no esté relacionada con seguridad será manejada desde oficinas regionales. Esta decisión busca centralizar la gestión por zona geográfica y reducir la superposición entre departamentos.

En paralelo, otras áreas, como la Oficina de Democracia, Derechos Humanos y Trabajo, y la Oficina de Población, Refugiados y Migración, verán reducida su capacidad operativa. En el caso de la segunda, el gobierno justificó los cambios al argumentar que parte de sus funciones han promovido agendas que ya no coinciden con las prioridades nacionales.

Reorgranización en el Departamento de Estado: el impacto sobre el personal

El recorte de oficinas implica también la eliminación de al menos 700 puestos de trabajo. Este número no incluye a los nombramientos políticos, sino que afecta principalmente a empleados de carrera, tanto civiles como del servicio exterior.

El anuncio generó incertidumbre entre los trabajadores, muchos de los cuales aún no conocen si sus posiciones serán trasladadas o suprimidas. Las autoridades internas tienen 30 días para presentar propuestas concretas de implementación.

La nueva medida podría causar la eliminación de al menos 700 puestos de trabajo

El Departamento de Estado ya comunicó los cambios al congreso, aunque se espera una explicación más detallada en las próximas semanas.

Rubio defendió la reestructuración al argumentar que la actual estructura del Departamento es ineficiente y que muchas funciones se han desviado del interés nacional. Según el comunicado del secretario, los costos de la agencia aumentaron en los últimos años sin una mejora proporcional en su desempeño diplomático.

“Por eso es que anuncio un plan integral de reorganización que modernizará el Departamento. Este enfoque fortalecerá a la agencia desde sus cimientos, desde las oficinas hasta las embajadas”, aseguró.

También señaló que algunas oficinas fueron “capturadas por intereses ideológicos”, lo que habría alejado a la agencia de sus objetivos fundacionales. En ese sentido, el nuevo enfoque prioriza el pragmatismo, la seguridad y la influencia internacional basada en intereses concretos.

El rediseño institucional, además, responde a una visión más centralizada del gobierno federal, con funciones más claras por región y menos espacio para lo que la administración considera burocracia innecesaria.

“Tenemos un comandante en jefe comprometido con poner a EE.UU. y a los estadounidenses en primer lugar. Como su secretario de estado, confío en que un Departamento de Estado reformado estará a la altura de las circunstancias y contribuirá a que nuestro país vuelva a ser grande“, finalizó.