Magalí Celeste González Guerrero

Luego de que ampliaran las imputaciones de los nueve acusados en la causa que investiga el triple femicidio narco de Florencio Varela, Celeste Magalí González Guerrero, una de las detenidas, fue indagada este viernes por la fiscalía y, como ya lo había hecho la semana pasada, accedió a hablar.

Según fuentes de la investigación, durante la audiencia realizada en la sede judicial de San Justo, la joven ratificó parte de su primera declaración, aunque planteó una serie de aclaraciones y aportó detalles sobre el rol de los implicados, la dinámica del crimen y su propia situación. Además, aseguró que los asesinos se comunicaron con la familia de una de las víctimas para exigir la devolución de la droga durante el secuestro, mientras la estaban torturando y le cortaban la cara.

González Guerrero volvió a afirmar ante la fiscalía que no supo en ningún momento que iban a matar a las chicas. Dijo que, de haberlo sabido, no habría aceptado que usaran su casa porque allí vivía con su hijo desde 2020.

En la indagatoria, contó que le pidió explícitamente a “J” -como refiere a Tony Jansen Valverde Victoriano, alias “Pequeño J”que solo usaran su pieza y no la de su hijo. Relató que más tarde, al volver junto con el niño, ya no encontró su cama y que sintió que habían invadido su espacio familiar.

Tony Jansen Valverde Victoriano, conocido como “Pequeño J”

Como lo había contado anteriormente, la imputada dijo que la noche del hecho se acercó a la vivienda tras varias horas en la calle vendiendo droga y encontró a su pareja, Miguel Ángel Villanueva Silva, con una lesión en la mano. Según su relato, salieron a comprar productos para curarlo y gasolina en una estación de servicio.

Consultada sobre cuándo y cómo supo lo ocurrido, explicó que fue en el hotel donde se alojaron después de la noche de los asesinatos. Allí, según aseguró, Villanueva le contó que se había lastimado al apuñalar con un destornillador a una de las jóvenes que intentó escapar y que a la última víctima la asfixió junto a “Pequeño J”.

Este relato, de acuerdo con documentos del caso a los que accedió este medio, modificó la versión que había dado la semana anterior, en la que había dicho que Villanueva le había revelado eso la misma madrugada del sábado 20 de septiembre.

Durante la audiencia, Celeste mencionó la presencia de dos hombres apodados “Paco” y “Nero” junto a Matías Agustín Ozorio en el fondo de la casa, quienes, según describió, cavaban un pozo esa noche. Sobre Ozorio, recordó también que lo vio sin remera y con una pala.

Matías Ozorio

Afirmó, por otra parte, que Ariel Jeremías Giménez se limitó a tapar el pozo, que le pagaron por esa acción y que luego se fue en un vehículo solicitado por aplicación. También señaló que ni su hermana ni su cuñado (Iara Daniela Ibarra y Andrés Maximiliano Parra, quienes también están bajo arresto) estuvieron en la casa el día de los crímenes, ni sabían lo que sucedía.

La mujer detalló que Villanueva también le comentó en el hotel que habían llamado a un familiar de las víctimas para exigir la devolución de la droga durante el secuestro, mientras la estaban torturando y le cortaban la cara. No supo precisar a cuál de las tres: “Creo que a Brenda”, dijo. Y sostuvo que la llamada se hizo con el teléfono de “Pequeño J” y que lo acompañaban “El Duro” y otros miembros de la organización.

Consultada por la fiscalía, luego habló sobre la provisión de drogas. Indicó que Ozorio traía la cocaína desde Bolivia por orden de “Pequeño J” y dijo saberlo porque el propio Matías se lo mencionó a Villanueva.

Además, detalló la existencia de un grupo de WhatsApp llamado “Pizzería Los Pulpos”, por donde recibía pedidos de estupefacientes. Les pidió a los investigadores que citen a declarar a los clientes que la contactaron por ese grupo para comprarle droga aquella noche. De esa manera, pretende ubicarse fuera de la escena del crimen.

El patio donde fueron enterrados los cuerpos de las víctimas

Cerca del cierre, la mujer relató que Villanueva la obligó a iniciar una relación con él bajo amenaza con un arma y que eso marcó su vínculo hasta el presente. Y reiteró ante la fiscalía que nunca quiso que su hijo estuviera expuesto a situaciones de violencia dentro de la vivienda.

Celeste está imputada por los delitos de privación ilegal de la libertad coactiva agravada, homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas, por alevosía, ensañamiento y crimines causa, todos en concurso real.