Thiago Tirante la pasó mal en su llegada a Cancún

Thiago Tirante llegó al aeropuerto de Cancún como a otras tantas terminales aéreas, algo habitual para los tenistas. Arribó a ese destino para disputar el challenger de la ciudad mexicana, recostada sobre el Golfo. La rutina de siempre, de cada viaje, con la seguridad de quien conoce el terreno.

No era la primera vez que llegaba a tierras aztecas, una escala familiar para el tenista platense. Sin embargo, lo que parecía un trámite más se convirtió en un muy mal momento para Tirante, que denunció haber sufrido un episodio de hostigamiento y presión como jamás había experimentado.

“Llegué, pasé el control de Seguridad, pasé por Migraciones, me sellaron el pasaporte, agarré las valijas… todo, para caminar hacia la salida como siempre. Y cuando ya estoy por salir, escucho que me dicen: ‘Vos, pum, a revisión’”.

La frase no lo sorprendió. En su vida de viajero frecuente, los controles aleatorios son parte del mismo viaje. “Yo no me hice problema, porque ya me había pasado otras veces. Pensé: ‘No pasa nada, me han parado mil veces’. Fui hasta el lugar… ni me saludaron. Les entregué el equipaje y comenzaron a revisarlo, pero mal, mal en el trato”.

El primer chequeo fue rápido. El carry on, sin novedades, luego el bolso con las raquetas, tampoco hubo problemas. Pero, al abrir la valija grande comenzaron los problemas. “Empezaron a revisar mucho, revolviendo todo de mala manera. Me dejaron todo desordenado y, de pronto, me preguntan: ‘¿Y esto?’, mientras me mostraba un rollo de cuerdas. Le expliqué: ‘Esto es para las raquetas, es con lo que trabajo’”.

El tenista platense vivió un mal momento en su llegada a México

Tirante contó que este militar, que ejercía el control del equipaje, no se conformó con la explicación. A continuación, el efectivo se interesó en conocer cuál era el valor de las cuerdas. “‘¿Y cuánto sale?’, me preguntó. Le respondí que no sabía, que me lo regalan porque es parte de mi contrato con Wilson. Pero me insistía: ‘No, no, ¿cuánto sale?’. Hasta que le dije que valía unos 150 dólares”.

Ahí, el clima se tensó. El militar giró hacia sus compañeros, intercambió miradas y lo apartó del resto. “Yo empecé a pensar que capaz éste iba a querer una coima, no sé”, le explicó Tirante a Infobae y continuó con el relato: “Mientras me mostraba una gigantografía y me dijo: ‘Acá está todo lo que podés entrar al país y ésto no está en la lista. Así que vas a tener que pagar impuestos’”.

Tirante trató de mantener la calma. Explicó que las cuerdas son tan imprescindibles como una raqueta, que viaja siempre con ellas y que jamás había pagado un impuesto por eso en ningún lugar del mundo. De hecho, este cronista no tiene conocimiento que en alguna parte del mundo le cobren a los tenistas por llevar uno o dos rollos de encordados.

“Les dije: ‘Nunca en mi vida pagué por esto, porque es mi material de trabajo. Con esto encuerdo las raquetas. Yo y todos los tenistas viajamos con esto’. Pero él insistía: ‘No, otra vez te digo, esto no está en la lista de lo que podés entrar, así que tenés que pagar’”.

La presión escaló aún más. “El me seguía diciendo que tenía que pagar y yo le decía que no. Entonces, me dijo de mala manera: ‘Bueno, dame el pasaporte’. Y yo sabía que si le daba el pasaporte me lo iban a retener, así que le dije que no, que me rehusaba a pagar y a darle el pasaporte”, continuó el tenista argentino, quien comenzó a sentir que las cosas podían no terminar bien. Ante su negativa, escaló la insistencia del militar. “Me repetía: ‘Dame el pasaporte, dame el pasaporte. Si no me lo das, entonces, tenés que pagar’. Todo esto fueron unos 25 minutos que me tuvieron ahí, y yo pasándola muy mal”.

En medio de la tensión, apareció una mujer. “Vino una señora por atrás y me dice: ‘Mire, señor, ya se lo explicaron cinco veces, tiene que pagar por ingresar esto que no se puede al país. No es un bien personal’. Yo le explicaba que es por mi trabajo, que es como una raqueta, que no lo ingresaba porque quería”, relató el platense, pero la respuesta fue más agresiva. “Ahí comenzaron las amenazas, me dijo la señora: ‘Si no me entrega el pasaporte, lo vamos a meter en el cuartito’. Pero yo trataba de que me mostraran algún papel en donde dijera que no podía ingresar las cuerdas, pero me señalaban la gigantografía. Les dije: ‘No, un papel, algo escrito’. Ahí se hicieron los boludos, no me mostraron nada y me volvieron a amenazar: “O paga o lo llevamos al cuartito”.

Ante el riesgo de ser llevado a una sala aparte, en solitario y retenido, le hizo poner fin a su intento de que se dieran cuenta de que estaban cometiendo un error. “No quería que me metieran en el cuartito, así que les di el pasaporte. Me lo agarraron de mala forma y me dijeron que fuera a pagar por allá. Terminé pagando el 19% de impuestos sobre un estimado que ellos hicieron en el momento”, sostuvo con malestar Thiago.

Tirante salió del aeropuerto con la sensación de haber sido víctima de un abuso y decidió contarlo públicamente y publicó en las redes: “Esto es corrupción, esto es abuso de autoridad”.

Al llegar al torneo, su denuncia no pasó desapercibida. “El mensaje se difundió bastante, por suerte, ya hay gente del torneo que se está ocupando y le llegó hasta la gobernadora de acá y están todos muy calientes. La gobernadora mandó un mensaje diciendo que esto deja muy mal a la imagen de Cancún. Y, encima, fueron los militares, no personal civil del gobierno”, agregó el platense.

“La verdad es que no quiero que me devuelvan la plata, eso no me importa. Lo que hice fue porque quiero que se sepa y que les llegue el mensaje de que estuvieron muy mal”, remarcó quien fuera N° 1 Junior.

Más allá de lo que suceda con su actuación en el torneo, este hecho le traerá recuerdos en cada viaje, como un momento para nada grato. “Sí, verdaderamente, la pasé muy mal aquí”, culminó su relato Tirante.