River estrenó en Mendoza una camiseta alternativa, mitad roja, mitad blanca. La transpiró, a eso lo obligó Godoy Cruz, pero no le sacó una gota de fútbol. El nuevo modelo dividió el gusto y las preferencias de los hinchas, muchos no lo sienten propio, como tampoco se están sintiendo identificados con el rendimiento futbolístico del equipo. Después de dar un paso adelante frente a Independiente, River volvió a frenarse ante Godoy Cruz. Un 0-0 que lo retrató con pocas luces, atascado en el férreo dispositivo que le planteó el Tomba.

Gallardo da indicaciones, pero su River tuvo un flojo desempeño

Tras enfrentar a Platense e Instituto, Marcelo Gallardo reconoció que River debía aprender a resolver la clase de partido promedio de nuestro fútbol, contra rivales que saben cerrarse, redoblan esfuerzos y nunca escatiman piernas. Que no le hacen la vida sencilla a nadie y no se dejan impresionar por la mayor envergadura del rival. Contra Godoy Cruz, River siguió sin tener muy estudiado cómo resolver un partido-nudo.

Godoy Cruz lo enfrentó con el orgullo del que quiere salir del pozo. En cinco fechas continúa sin ganar y aun no hizo un gol, pero se dejó la piel para conseguir al menos un empate. Y también le quedó un poco de resto para convertir a Franco Armani en el mejor de River al tapar un par de difíciles remates de Poggi y Abrego.

Hay insatisfacción en River con el rendimiento. Lo reconoció Gonzalo “Pity” Martínez apenas terminado el cotejo: “Tenemos que dar mucho más, nos vamos calientes y con bronca. Desde la autocrítica hay que seguir trabajando para aprender de estos partidos que se nos hacen difíciles. No nos podemos quedar con esto”.

Lo más destacado de Godoy Cruz 0 – River 0

Todavía falta para la Copa Libertadores y para el debut de la Copa Argentina queda más de un mes, pero el calendario apretado del Torneo Apertura, con tres partidos en una semana, llevó Gallardo a rotar la formación. Seis cambios respecto de los titulares en la victoria frente a Independiente. Y también otro esquema, con un volante menos para apostar con un 4-3-3. No se encontró cómodo ni sincronizó bien River con ese dibujo en el primer tiempo. Empezó tirando pelotazos, y cuando quiso tejer un juego más corto se enredó en la espesa maraña de Godoy Cruz.

El Tomba dispuso una presión adelantada, con sus líneas apretadas en campo propio. Pretendió ahogar a River o hacerlo caer en off-side. Paulo Díaz se bastaba por sí solo para cortar avances locales en los que involucraba pocos jugadores. La prioridad mendocina estaba en protegerse, que River nunca lo tomara desacomodado o en inferioridad numérica para defender.

Para River fue un desafío ser creativo y preciso en velocidad. En los primeros 45 minutos anduvo corto de los dos atributos. Simón no le daba continuidad a su muy buen segundo tiempo contra Independiente. Galoppo no conectaba con casi nadie. Kranevitter se mostraba poco, no tenía iniciativa para iniciar las jugadas, no se movía de su quintita. Los tres delanteros se vieron obligados a retroceder y jugar mucho de espaldas, siempre con defensores que les respiraban en la nuca. Borja se ofrecía como apoyo, pero cuando giraba para ser asistido no le llegaba la pelota.

El

Dificultado para construir por abajo, River tampoco se imponía en el juego aéreo, vía por la que había sido peligroso en las primeras fechas. Paulo Díaz, el más certero para el cabezazo, solo pudo conectar un centro, sin dirección. Godoy Cruz había llegado con un cabezazo alto de Mendoza. Bustos, ante el descanso de Montiel, estuvo a punto de desaprovechar la oportunidad con una innecesaria y dura entrada sobre Yáñez, que bien pudo costarle la expulsión en lugar de la tarjeta amarilla que se llevó.

Apenas una llegada con Driussi, asistido por Borja, y una escalada de Casco para culminar un avance bien hilvanado por la derecha entre Simón, Driussi y Bustos, se pudieron consignar como las aproximaciones más interesantes de River en el primer tiempo. Poco, muy poco, a tal punto que el arquero Petroli, formado en River, no había tenido necesidad de intervenir con alguna atajada.

No había encontrado los caminos River y Gallardo movió el banco. Adentro el Pity Martínez, que disputó sus primeros minutos en el torneo, y Lanzini. Salieron Driussi, dolorido en la rodilla derecha por un choque con un rival, y Galoppo. El medio campo pasó a ser un cuadrado, con Kranevitter y Simón en la base, y Lanzini y el Pity en los vértices superiores. El primer disparo que debió contener Petroli salió del pie de Lanzini desde fuera del área.

Godoy Cruz se estiró un poco más, se animó a acelerar cuando recuperaba la pelota. Vicente Poggi, autor de los dos goles que sentenciaron a Martín Demichelis en la anterior visita de River a Mendoza, casi vuelve a festejar con un envenado disparo de pique al piso que se le complicó a Armani para sacarlo al córner.

Tras una mala caída, Lanzini tuvo que dejar la cancha a los pocos minutos por no aguantar el dolor en el hombro derecho. Descartados Meza y Rojas por lesiones, la variante fue poner a Acuña de carrilero por la izquierda para sacar los centros enroscados, lo mejor de lo poco que mostró hasta ahora. Lo más picante de River pasó a ser dos zurdazos del Pity Martínez, siempre con la pierna cargada cuando queda en posición de remate. Petroli estuvo atento y bien parado para neutralizar ambos disparos.

Con las entradas de Enzo Pérez (partido 700 en su carrera profesional) y Aliendro, Gallardo terminó de reconfigurar todo el medio campo. Godoy Cruz seguía proponiendo un partido de fricción y desgaste. River continuó sin tener un instante de lucidez y Armani volvió a aparecer para tapar un buen disparo de Abrego. El árbitro Echavarría no había terminado de hacer sonar el silbato final que Gallardo ya había emprendido un rápido ingreso a los vestuarios. Caminó con gesto adusto, su River con pilcha nueva no tuvo buena pinta.