A 20 años del estreno de Floricienta, Cris Morena decidió regresar a los escenarios de la mano de su última ficción: Margarita. Históricamente, la creadora había presentado sus obras en el Teatro Gran Rex, pero en esta ocasión eligió el Movistar Arena de Buenos Aires, un espacio con capacidad para 15 mil personas. “Es como hacer tres Teatros Gran Rex en un día”, reveló Morena, visiblemente emocionada, en una entrevista reciente.

En la noche del miércoles, ella y el elenco de Margarita dieron inicio a una serie de catorce shows que marcarán un hito para las nuevas generaciones. En los ojos de los espectadores que invaden el predio de Villa Crespo brilla una devoción absoluta por los actores, nacidos en Otro Mundo, la escuela de artistas de Morena.

Uno de los momentos más celebrados es el de “Mi vestido azul”, cuando Mora Bianchi baja del techo sobre un caballo de carrusel, emocionando al público con su interpretación

El espectáculo está protagonizado por 22 artistas que a lo largo de 28 cuadros musicales demuestran que la magia de la creadora de contenidos juveniles más prolífica de la Argentina sigue intacta. Los protagonistas, Mora Bianchi y Ramiro “Toti” Spangenberg, brillan en cada una de sus apariciones.

El reloj marca las 20 cuando un globo terráqueo gigante baja del techo hacia el escenario y desde adentro sale Margarita (Mora Bianchi). La protagonista entona “Haz que tu cuento valga la pena” mientras una pantalla inmersiva envuelve de colores al escenario. La segunda en aparecer es Daisy (Lola Abraldes) y juntas cantan el clásico “Flores amarillas”. La magia del escenario se expande hacia el resto del estadio. La emoción, tan característica de las creaciones de Cris Morena, sigue vigente, y marca una huella profunda en las viejas y nuevas generaciones. En pocos minutos ya se devela la magnitud de una producción que no escatima en detalles: cambios de vestuario, impresionantes despliegues escénicos y coloridos efectos visuales.

Margarita, que se grabó el año pasado en Montevideo, se estrenó el lunes 2 de septiembre a través de la plataforma Max, luego fue emitida por Telefe, y ahora cautiva en el teatro

En su primera aparición, el Príncipe Merlín (Ramiro “Toti” Spangenberg) se luce en el piano mientras Mora Bianchi deslumbra con su desparpajo y carisma. La canción “Me quedo muda”, uno de los clásicos de Floricienta, hace revivir la ilusión de las fanáticas, que con vinchas de margaritas, boinas amarillas y carteles pidiendo saludos, corean el estribillo como un mantra.

El show de Margarita es una experiencia que combina recital, teatro, cine y concepto. Desde las primeras filas, niñas de entre 6 y 15 años cantan, bailan, sonríen y disfrutan de cada minuto de la presentación.

Envuelta un traje que recuerda a Maléfica, Isabel Macedo aterrizó en el escenario con un espectacular vestido gigante

Isabel Macedo brilla en su rol de Delfina, la villana, un personaje que retoma 20 años después de su primera aparición en Floricienta. Con un vestido espectacular, efectos de fuego y un vuelo aéreo, Macedo cautiva a los seguidores de la novela. Su vestuario, que remite a una falda gigante que usó en el Gran Rex hace dos décadas, es un homenaje a su legado.

View this post on Instagram

A post shared by F L O R I C I E N T A 🤍 (@floricientaxsiempree_)

A los 20 minutos de comenzado el show, el trío protagonista (Bianchi, Spangenberg y Macedo) abre el camino para que el resto de los artistas despliegue sus coreografías llenas de energía y destreza. Corazones rojos, papelitos de colores y efectos inmersivos llenan el estadio de brillos y emoción.

Cada joven artista se mueve por el escenario con una musicalidad natural. La mirada de Cris Morena, presente en cada detalle se encargó de delinear con un color propio a cada personaje de la historia. Personajes secundarios como Rey (Mateo Belmonte), Única (Pilar Masse), Seki (Joaquín Reffico) y Pipe (Tomás Benítez) también se destacan en cuadros musicales individuales y grupales. Benítez desata la ovación del público con su interpretación de “Bonita de más”, una canción originaria de Rebelde Way, otra de las ficciones de Morena. Es relevante destacar que, a diferencia de otras ficciones de Cris Morena, los jóvenes no solo bailan con profesionalismo, sino que también cantan en vivo.

Sobre el proceso de selección de talentos para Margarita, Morena compartió algunos detalles: “Antes trabajaba con chicos que se iban formando mientras iban trabajando, pero ahora lo que hago es expandir el talento que ya trae. Tanto Mora como Toti [Ramiro Spangenberg] son dos grandes cantantes. Toti al principio no sabía bailar y ahora baila, además de tocar cuatro instrumentos y componer. Me emociona cuando una persona que trae naturalmente un talento, de golpe se abre, lo muestra y empieza a jugar”, le había señalado Morena a LA NACIÓN durante el rodaje de Margarita en Uruguay.

A 20 años del estreno de Floricienta, Cris Morena regresó a los escenarios con su nueva producción: Margarita

El cuadro de “Mi vestido azul” fue uno de los más celebrados del espectáculo. Bianchi bajó del techo sobre un caballo de carrusel y con su interpretación conmovió a la platea. El momento más espectacular de la noche llegó con una gran apuesta de la producción: apareció en el escenario un dragón que escupía humo y atemorizaba a la protagonista. Cuando el príncipe logra domarlo aparece un primer beso que desata gritos de ilusión en la platea. “Sos el amor de mi vida. Sos la princesa que vive en el amor del pueblo”, sentencia Merlín, y al coronarla, un corazón blanco de margaritas aparece en el fondo. “Somos lo que soñamos. Ahora sí, que tu cuento valga la pena”, invita la voz de Julia Calvo (que aparece solo como voz en off a lo largo del show).

Cerca de las 21:30, con la intención de finalizar el show a la hora y media exacta, todos los artistas de Margarita agradecen vestidos de blanco, rodeados por margaritas y con el cielo proyectado en la pantalla. Tras una emotiva despedida, regresan al escenario para cantar “Que nos volvamos a ver” y “Flores amarillas”. Con sonrisas, energía y el orgullo de haber brindado un espectáculo sin fisuras, se retiran, listos para seguir soñando. Los actores, emocionados, saben que la creación de Cris Morena los llevará a varias ciudades de la Argentina y del mundo. La premisa de la magia es tan profunda que aún finalizado el aplauso, el espectador se niega a escapar del hechizo.