Los cambios de Gustavo Alfaro le dieron a Paraguay la chance de quedarse con un punto en Bolivia. El DT argentino mantuvo así su invicto al frente de la Albirroja, que cerrará el año en zona de clasificación directa al próximo Mundial. Julio Enciso, futbolista de Brighton (Inglaterra), ingresó en el entretiempo y fue determinante: le dio una asistencia a Miguel Almirón para el 1-1 y convirtió el 2-2 final con un golazo segundos después de cumplirse los noventa minutos.

El plan del entrenador argentino era claro: aguantar en la primera parte y mostrar su mejor fútbol en la segunda. La clave era dosificar las energías -y el oxígeno- en El Alto, en los 4150 metros sobre el nivel del mar. Paraguay lo consiguió, pero se fue al descanso con el 1-0 en contra por culpa de una desinteligencia defensiva: nadie tomó a Ervin Vaca, que llegó casi hasta el área chica y definió libre de marca.

Los jugadores bolivianos abrazan a Ervin Vaca, autor del 1-0 contra Paraguay

La desventaja catalizó los cambios de Alfaro, que arrancó el partido con nueve “argentinos” (futbolistas que juegan o jugaron alguna vez en el torneo local). Apenas Fabián Balbuena y Diego Gómez no militaron en algún club argentino. Con 45 minutos por jugar y el marcador abierto, el DT rompió los cinco del fondo, quitó de la cancha a Agustín Sandez (Rosario Central) y puso a Enciso para tener la pelota y ser más ofensivo. Más tarde ingresó Antonio Sanabria, el 9 de la chilena al Dibu Martínez en Asunción. Paraguay dejó de lado la imagen mustia del primer tiempo y tuvo más ambición. La apuesta dio resultados casi instantáneos: peleó Sanabria, habilitó a Enciso, éste le dio la pelota a Almirón y el ex Lanús definió junto al palo izquierdo del arco boliviano.

Conociendo a la aguerrida defensa paraguaya, muchos intuyeron que los guaraníes se cerrarían atrás. Y no habría filtraciones. Pero a 15 minutos del final Gustavo Gómez, el capitán paraguayo, cometió un error infantil y se tiró a barrer dentro de su área. Lucas Chávez exageró un contacto imperceptible, el árbitro uruguayo Andrés Matonte compró y su compatriota de VAR, Leodán González, ratificó el fallo. Penal para Bolivia, que supuso el 2-1 por la definición de Miguel Terceros.

Paraguay, lejos de achicarse, dio una muestra de carácter. Apoyado en la figura de Matías Galarza -una especie de Luka Modric tirado hacia la izquierda-, buscó el gol que le diera algo en Bolivia. Y lo encontró gracias a una genialidad de Enciso. El joven de Brighton definió como los dioses tras conducir un contragolpe. Si al comienzo de la segunda parte Almirón lo miró mal por un remate que salió desviadísimo, ahora lo debería haber aplaudido. Porque su tiro fue inatajable. Y terminó siendo el 2-2 definitivo.

Paraguay incluso pudo ganarlo en la última jugada. Enciso, siempre protagonista, tuvo el gol en su botín derecho, pero no fue egoísta y cedió el balón a su compañero Ramón Sosa -ex Talleres de Córdoba-, mejor perfilado. El 7 remató al primer palo, pero la mano salvadora de Guillermo Viscarra evitó la victoria visitante. Paraguay no había hecho méritos para quedarse con el triunfo, pero tampoco merecía perder. Se lleva un punto que es como petróleo de El Alto, el fortín boliviano. Y mantiene el invicto de Alfaro, el DT que renovó las ilusiones de la Albirroja y para el que la clasificación al Mundial no es una utopía.