Nada más lógico y merecido que el Premio Mecenas recibido hoy por Eduardo Costantini de manos de la reina emérita Sofia de España. En la lejana Buenos Aires fundó en la peor de las crisis el Malba. Es el museo más visitado por los turistas y una meca para los conocedores. Tiene la mejor colección de arte moderno latinoamericano del mundo; pagada de su bolsillo; con el mismo que mantiene la agenda, el edificio y el equipo del museo de San Martin de Tours y Figueroa Alcorta. Privado, para todo público.

Costantini fundó el Malba en septiembre del 2001, en medio de la gran crisis del país

Cuando se inauguró, a pesar de la pésima onda de muchos vecinos de Barrio Parque que miraban con pánico un museo en su entorno privilegiado, el museo ganó todas las batallas. Récord de visitas para Yayoi Kusama, Julio Le Parc y Leandro Erlich. Un programa didáctico para escuelas, más cine, literatura, tienda y café. Con el estilo de siempre, entre tímido y escueto, Eduardo agradeció a la Reina Sofia, a la Fundacion Callia, a su equipo de Malba, a su enorme familia de ocho hijos, más nietos y bisnietos… y a su mujer, la joven y bella Elina, celebrando la llegada de Kahlo que tiene poco más de 30 días.

Eduardo Costantini, premiado en Madrid por su trayectoria

En pocas palabras: un crack. Cuando caminábamos por el patio académico, me confió que había un Frida de 70 palos que estaba en las gateras y le encantaba. La pasión, compartida con Ricardo Esteves, su mentor, sigue viva. Repite una y otra vez que fundar el Malba fue lo mejor que le pasó en la vida y que donar es la mejor manera de recibir. “Cada día siento que recibo mucho más que lo que di”.

La Reina le ha entregado el diploma y el hombre de azul, que es padre, abuelo, bisabuelo y… de nuevo padre, sonríe tranquilo.

Los premios no parecen mover el amperímetro del chico que jugaba al fútbol en la vereda de San Isidro y vendía bufandas en un Citroen 2CV por la avenida Santa Fe. Salud Eduardo, Premio Mecenas de las Artes.