La gente abre los ojos. Cada vez más grandes, semana a semana. No en algún lugar puntual del globo terráqueo: se trata de una bomba mundial. Ya de por sí, que un equipo de Josep Guardiola caiga en algún compromiso es una sorpresa, pero no es para nada habitual que hilvane tantos tropiezos como los que viene acumulando: cinco en fila, entre las que se incluye una eliminación de la Copa de la Liga. Mucho menos siendo el director de orquesta de un Manchester City que es el dominador total de las últimas temporadas de la Premier League. Así están dadas las cosas en la previa a un nuevo compromiso por Champions League. El catalán lo normaliza, pero –al mismo tiempo- sentencia: “Ahora mismo lo más importante no es la táctica, sino el deseo de ganar”. ¿Quién diría?…
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Este martes, desde las 17 (hora de nuestro país), el cotejo frente a Feyenoord, de Países Bajos, corresponderá a la quinta jornada del nuevo formato que ostenta la lucha por la Champions League y se disputará en su casa, Etihad Stadium. Allí mismo viene de recibir un golpazo el sábado pasado, por la Premier League: el 0-4 ante Tottenham, que lo mantuvo en el segundo lugar tras apenas doce fechas, pero quedando relegado a ocho unidades del puntero Liverpool, al que –encima- deberá enfrentar en Anfield el próximo fin de semana. Si tropieza ese día, la diferencia será muy grande, por lo que el duelo internacional ante los neerlandeses pasa a ser vital para la confianza de un grupo al que, extrañamente, le sobran dudas por todos lados.
En la previa, las dos caras. La relajada de un entrenador y la preocupada de Kevin De Bruyne, el conductor en el campo que tampoco está cómodo. “No estamos pudiendo resolver los momentos cuando el juego va mal. Tenemos problemas en las dos áreas. Nos hacen goles de manera muy fácil y fallamos los que debemos marcar”, aseguró el volante belga.
En estos últimos cinco encuentros de pesadilla, en los que además cayó en los octavos de final de la Copa de la Liga de Inglaterra ante los Spurs, frente a Bournemouth y Brighton por la Premier, y contra Sporting Lisboa, en Portugal, en la anterior fecha de Champions, recibió 14 goles y sólo pudo marcar cuatro. Apenas uno de Erling Haaland, además de los que convirtieron el mediocampista Matheus Nunes, el defensor Josko Gvardiol y el volante ofensivo Phil Foden. Es fútbol, claro, pero no deja de llamar la atención la sequía en un equipo tan fuerte y un estilo tan marcado.
Guardiola optó por desdramatizar. “Esto pasará, así es la vida. Cuando pienses que es perfecta, estás equivocándote: va a llover mañana”. Por eso mismo, quizás, su postura fue, es y, evidentemente, será inflexible en gran parte de su carrera: si en medio de la peor racha personal como entrenador no siente que debe hacer un golpe de timón, es difícil imaginar a un Pep diferente.
“¿Qué voy a cambiar? Si hubiera cambiado en mi primera temporada, cuando me pidieron que cambiara, no habríamos ganado seis Premier League en ocho años. No voy a cambiar en lo que creemos. Somos grandes creyentes en el proceso y los fundamentos que tenemos que hacer”, contestó con una coraza bien endurecida. Y si bien reconoció preocupaciones, transmitió optimismo: “Hay aspectos en los que no somos suficientemente fuertes. Nos falta solidez y consistencia. No me doy por vencido, tengo la sensación de que al final de la temporada vamos a estar ahí, de nuevo”.
Entre los argumentos, tanto del técnico español como del futbolista belga, estuvo la culpabilidad a las múltiples lesiones que fue padeciendo el plantel. Bruyne fue claro en el tema: “Ha habido jugadores que han jugado y no debían, pero lo hicieron de todos modos, aunque estuvieran lesionados”. Más allá de las lesiones que, por nombrar ejemplos, sufrieron los extremos Jack Grealish y Jeremy Doku o los centrales Rúben Dias y Manuel Akanji, siempre estará latente el largo período en el que se ausentará Rodri por su rotura de ligamento cruzado anterior. Más ahora, que tiene el Balón de Oro en sus manos.
Toda esta racha negativa, además, aparece en el medio de dos acontecimientos muy importantes de cara al futuro. Por un lado, la renovación de su contrato como entrenador de los Citizens para extenderlo hasta junio de 2026, con la posibilidad de una nueva prolongación hasta la mitad de 2027. Y, por otro lado, en medio del desafiante juicio que afrontará el club en los próximos meses, con el fuerte rumor del descenso de categorías en Inglaterra por 115 infracciones de fair play financiero que están siendo investigadas: Guardiola afirma que eso no cambiará nada.
“Estoy esperando la decisión y que termine pronto. Aceptaremos la sentencia. Sé que habrá rumores y demás cosas. Sé lo que la gente espera por lo que he estado leyendo en los últimos años. Si deciden eso, estaré aquí, luchando para ascender nuevamente. Pero somos inocentes hasta que se declare lo contrario”, había declarado días atrás. En fin, días y semanas que en el lado “Blue” de Manchester permanece convulsionado.
Este martes, buscará que Feyenoord sea su víctima para sacarse una espina incómoda. Manchester se ubica 10° en la tabla de la Champions League con siete unidades, producto de los triunfos sobre Sparta Praga, de República Checa (5-0), y Slovan Bratislava, de Eslovaquia (4-0), además de la igualdad inicial con Inter, de Italia (0-0), y la goleada que le propinó Sporting Lisboa (1-4).
Un necesitado Atlético de Madrid y el duelo clave que tiene Barcelona
La contracara del equipo de Guardiola es Atlético Madrid, aunque en la competencia europea está muy por detrás y su visita a Praga, para enfrentar a Sparta (también este martes, pero desde las 14.45), resulta vital para quedar mejor parado de cara a las tres fechas restantes. Cinco, justamente, son los triunfos que acumula al hilo el equipo conducido por Diego Simeone, entre la clasificación por la Copa del Rey, los tres éxitos por la Liga española y la victoria en el Parque de los Príncipes frente a Paris Saint-Germain, en la última jornada de Champions.
Importantes aquellos tres puntos en Francia con los goles argentinos de Nahuel Molina y Ángel Correa para ir a la República Checa, al menos, con dos victorias y dos caídas: en el puesto 23 de 36 equipos, se sitúa en la zona de 16 equipos que jugarían el repechaje para ir a los octavos de final, pero –asimismo- coquetea con quedarse sin nada, ya que dos puntos lo separan de la franja que queda automáticamente eliminada.
“Estás obligado a ganar por el formato de esta primera experiencia. Sparta es un rival muy duro y en la Champions se hacen fuertes, sobre todo en su casa”, declaró Simeone en la previa. Los checos, justamente, son un rival directo ya que son ellos los que hoy encabezan la franja de los eliminados.
Por su parte, Barcelona tiene por delante un encuentro que puede tener un tinte engañoso si se deja llevar apenas por el nombre del adversario. Brest, de Francia, irá a Montjuic sin conocer la derrota en el certamen, ubicado en el cuarto puesto de la general y sacándole un punto de ventaja a su rival del martes.
El conjunto del alemán Hansi Flick está cómodo por sus tres triunfos, que lo posicionan sexto (apenas una derrota), por lo que el triunfo tendría un sabor dulce que lo aproximaría a la clasificación directa. Eso sí, tendrá una ausencia de peso: Lamine Yamal sigue al margen por una lesión en el tobillo derecho. El lateral Alejandro Balde tampoco estará por “algunos problemas musculares por los que preferimos que descanse”.
Sobre el rival, Flick no dio vueltas: “Es muy importante para nosotros sumar los tres puntos. Brest lo está haciendo muy bien, tienen muchos puntos y están en un buen momento. Son un buen equipo. Si ganamos, estaremos en una buena situación, aunque quedan varios partidos y puntos por jugar”. Y agregó su punto de vista sobre las unidades que el equipo blaugrana dejó en el camino en la liga: “Somos un equipo joven. Tenemos que aprender. Está en proceso, nos toca mejorar. La calidad de nuestros jugadores es muy alta y lo tenemos que demostrar mañana (por este martes) en el campo”.
PSG, obligado ante el pesado Bayern
El gran duelo de la jornada estará en Múnich. Bayern y Paris Saint-Germain se verán las caras en un enfrentamiento que a uno y otro puede dejarlo comprometido y obligado en las siguientes jornadas. El más complicado, claramente, es el equipo francés: ni siquiera está metido entre los 16 conjuntos que jugarían repechaje, debido a que sólo consiguió un triunfo en las cuatro fechas, por lo que se ubica 27°, tras empatar otro y caer en dos ocasiones.
Los germanos tampoco tienen demasiado para celebrar: ganaron dos encuentros y cayeron en otros dos, por lo que debe conseguir el triunfo para acercarse al lote de los ocho mejores. Son los favoritos, claro. Porque le sobran figuras y Harry Kane vuelve a estar intratable: “Desde que fiché por Bayern, creo que estoy en la mejor forma de mi carrera”.
Del otro lado, PSG no encuentra los descollantes rendimientos que los atacantes franceses Bradley Barcola y Ousmane Dembélé tienen habitualmente en la Ligue 1: en esta Champions aún no han anotado. Una derrota podría hacer aún más grande la palabra “peligro” a la que se refirió su entrenador Luis Enrique tras caer con Atlético Madrid en la anterior jornada: quedar eliminados en primera ronda sería un fracaso rotundo desde que el club es manejado por los jeques cataríes.