Quizá el lunes le den el Balón de Oro a Vinicius, es el gran candidato por lo hecho en la temporada anterior (Champions League y Liga de España), pero en el clásico de este sábado quedó a la sombra del goleador del torneo, Robert Lewandowski, autor de un doblete en dos minutos y 21 segundos, y de un Barcelona estelar, que en el Santiago Bernabéu se despachó con una goleada histórica. Un 4-0 consumado en el segundo tiempo, que en 11 fechas le permite consolidarse como líder y estirar a seis puntos la diferencia sobre su vencido y defensor del título.

Barcelona completó una semana magnífica, iniciada con el 5-1 a Sevilla, seguida por el 4-1 en la Champions League sobre Bayern Munich -su bestia negra en los cuatro años anteriores- y coronada por otra goleada, la más deseada y festejada. Una formación que tuvo a siete titulares de la Masía, entre los cuales el de mayor edad fue el arquero Iñaki Peña, de 25 años. Los otros seis, entre 17 (Lamine Yamal y Pau Cubarsí) y 21 años. Con un promedio de edad de 24 años y 188 días, fue la alineación más joven que presentó en el Bernabéu desde 1956. El veterano fue Lewandowski (36). Y Yamal, considerado en Barcelona como la mayor aparición desde Lionel Messi, dejó su sello con un golazo, el del 3-0. El prodigio zurdo definió con un derechazo alto, con Ferland Mendy que no pudo atinar a detenerlo.

Cubarsí (17 años) barre y le quita la pelota a Vinicius en la entrada al área

Yamal lleva el N° 19, el mismo de Lionel Messi, antes de que heredara el 10 de Ronaldinho. Figura precoz, el hijo de padre marroquí y madre guineana se convirtió en el goleador más joven en la historia del clásico, con 17 años y 105 días; bajó el récord que poseía Ansu Fati (17 y 359).

Barcelona quebró una serie de 42 partidos sin derrotas de Real Madrid por la Liga de España. Le impidió llegar al récord de 43 cotejos invictos que es propiedad de Barcelona, entre abril de 2017 y mayo de 2018, tramo de imbatibilidad en el que Messi hizo la impresionante cifra de !44 goles! Y el día que el conjunto catalán resignó el invicto, en un 5-4 contra Levante, Leo no jugó.

El resumen de Real Madrid 0 – Barcelona 4

El estilo de Barcelona condiciona mucho los partidos. Con Hansi Flick, el equipo catalán lleva la presión de la línea defensiva casi a la mitad de la cancha, aprisiona los desarrollos en una franja del campo de no más de 35 metros. Barcelona es el equipo europeo que provoca más off-sides de los rivales, con un promedio de 6,5 posiciones adelantadas por encuentro. El que le sigue es Brighton, de la Premier League, con un ratio 4,3. Fueron ocho las posiciones fuera de juego que le cobraron a Real Madrid en la primera etapa (en total fueron 12, y Kylian Mbappé fue el que más cayó en la trampa).

Sin el lesionado Rodrygo, Ancelotti dejó de lado el 4-3-3 y apostó por un 4-4-2, con Valverde y Tchouameni en el eje central, y Bellingham y Camavinga sobre las bandas. Ya al minuto, Real Madrid sorteó el adelantamiento visitante con una escapada sobre la izquierda de Mbappé, que definió al primer palo, desviado. De haber sido gol, el VAR tendría que haber determinado si el francés arrancó desde una ubicación lícita. La tecnología pasaba a tener una importancia superlativa por la arriesgada estrategia catalana.

Mbappé se toma la cabeza; fue una mala experiencia el primer clásico del francés

Del primer tiempo había quedado una mayor sensación de peligro de parte del Real Madrid, con más posesión y remates, pero presa del achique rival. Un mecanismo de precisión que no tuvo el conjunto de Carlo Ancelotti, enojado como pocas veces se lo vio cuando en el banco de Barcelona festejaron el cuarto gol con gestos que consideró provocativos. Real Madrid tiró mal el offside a los 9 minutos del segundo tiempo: quedó enganchado Mendy, que habilitó la corrida de Lewandowski en busca del pase profundo de Casadó; el polaco definió junto a un poste, sin que llegara la estirada de Lunin, reemplazante del lesionado Courtois.

Fue un golpe del que no se repuso Real Madrid, tan habituado a las remontadas. Venía de dar vuelta un 0-2 frente a Borussia Dortmund, al que terminó vapuleando 5-2. Dos minutos después del 1-0, Lewandowski puso el 2-0 con un cabezazo junto a un poste. A Barcelona le había hecho bien el ingreso de Frenkie De Jong, se potenció en el medio campo con el control de la pelota de Pedri.

El nerviosismo atrapó a Real Madrid, cada vez más permeable atrás y precipitado arriba, con un Mbappé que recordará su primer clásico con un gusto amargo: cuando no cayó en off-side, desperdició los dos mano a mano con el arquero Peña. Del otro lado, después de dos definiciones preciosistas, Lewandowski tuvo dos goles más en remates que eran más sencillos que los convertidos, pero uno dio en un poste y el otro se fue desviado. Sus compañeros se harían cargo de la eficacia.

Cada ataque visitante era un tormento para Real Madrid. Encontraba espacios por todos lados. Raphinha, capitán desde la llegada de Flick, con un toque sobre el arquero estiró la goleada a 4-0. Rotundo, inolvidable. En lo que va de una temporada que todavía no llegó a la mitad, el tridente Yamal-Lewandowski-Raphinha suma 33 goles. Un bombardeo para derrumbar al gigante Real Madrid en su casa.