“Siempre los años se van superando el uno al otro, así que estoy realmente muy contento”. Desde Mar del Plata, Agustín Aristarán, conocido como Soy Rada, se presenta ante Teleshow con una sonrisa que atraviesa la charla y deja ver el entusiasmo de quien vive uno de sus mejores momentos profesionales.
“Me siento mejor que el año pasado, que ya había sido una locura, y el anterior”, ratifica, en un balance que se apoya tanto en lo profesional como en lo personal. En el inicio de la temporada de verano en La Feliz, donde estrena su unipersonal Chanta, el artista reconoce el cariño del público: “Tengo la suerte de que siempre los años van para arriba. Estoy muy agradecido”.
En este torbellino, Agustín se permite mirar hacia atrás: “Siempre lo soñaba, lo anhelaba, lo proyectaba… Sabía que iban a pasar un montón de cosas, o por lo menos trabajaba mucho para que eso pase”, recuerda sobre el camino recorrido, mientras admite que la realidad está más allá de aquello que anhelaba: «Todo lo que viene pasando también me supera un montón”.
La frase suena como prólogo a este presente, que remarca entre la sorpresa y el orgullo: “Que yo protagonice esos musicales tan zarpados, estar al lado de Mario (Pergolini), o haber hecho el primer Luna Park como mago y comediante de la historia, o estar laburando en series, en películas… Una locura todo, cualquiera”, enumera con entusiasmo y espontaneidad

Inspirado por la vista al mar, el mago comparte con simpatía la conexión especial que siente cada verano en Mar del Plata: “Lo hermoso del público en temporada es que gran parte del país está en esta ciudad. Entonces, quienes me querían ver de Córdoba y yo no salí de gira, por ahí vienen en temporada acá, y así con cada lugar. Hay como una multiculturalidad que está buenísima. Eso es espectacular. La temporada da eso. Mar del Plata es una de mis ciudades favoritas, y me da mucha alegría”.
Es que para Soy Rada, cada función es una fiesta donde el arte y la diversidad del público vuelven a encontrarse, renovando la magia que lo acompaña desde siempre. Además de los logros, destaca la importancia de la formación y el trabajo diario. “Me formo desde muy pendejo y lo sigo haciendo. Me gusta mucho. Soy muy fan de mi laburo, me gusta mucho mi trabajo”, afirma con pasión, y no duda en remarcar que disfruta cada paso del proceso: “La paso muy bien y dejo todo en la cancha”.
Su gratitud también se extiende al público y a quienes lo acompañan en el camino, que cada vez es más concurrido: “Tengo la suerte de que siempre los años van para arriba. Estoy muy agradecido”. Con humildad, reconoce que nada sería posible sin ese entorno que lo apoya y lo impulsa a superarse año tras año. Y deja la puerta abierta para desandar esa aventura de sacrificios y convicciones que hoy lo ubica entre los artistas más multifacéticos del país.
—¿Qué hiciste cuando terminaste la secundaria?
—Magia. Yo laburaba a los doce años en fiestas infantiles de mago, de entretenedor. Y fui muchos años laburante de eventos. Hacía cinco o seis fiestas por noche: bodas, fiestas de quince, de empresas. Era mi trabajo.
—¿Por qué mago?
—Porque me regalaron una caja de magia cuando era pendejo. Me gustaban mucho los circos y además estudiaba teatro, canto, baile, danza y todo eso lo mezclé.
—Siempre en Bahía Blanca…
—Siempre y a los diecinueve años me vine para Buenos Aires, ahí me convoca Jorge Guinzburg para hacer una temporada en Carlos Paz. Me fui a hacer una temporada hermosa, conocí a la mamá de mi hija y después vino todo lo demás que me está pasando. Y las redes sociales también cambiaron un poco mi vida, mi algoritmo de la vida profesional.

Chanta, el unipersonal: origen, trama y desafíos
—Para los que van a veranear a Mar del Plata y no te vieron nunca, ¿con qué se van a encontrar?
—Chanta es un unipersonal a gran escala, porque tiene una gran producción y una escenografía imponente, escrita por Gastón Duprat y Mariano Cohn, los creadores de El encargado y tantas cosas más, y es su primera obra de teatro, con dirección de Marcelo Caballero. Es la vida de un hombre que está contada al revés. Empieza en su velatorio, a los ochenta años saliendo del cajón, recién muerto, y recorre el tiempo para atrás. Y hay una cosa muy loca que son los cambios de edad, porque van bajando de a ocho años, y de repente paso una puerta y tengo diez años menos.
—¿Y por qué Chanta?
—Porque es la historia de un chanta, el típico… y además, recontra argento. (risas)
—¿Tomaste algún gesto y actitud de alguien, de otro chanta más allá del libro?
—Estoy observando mucha gente y tomé de mucho de mis abuelos. No porque sean unos chantas, sino porque en la parte que hago viejos -cuando sale del cajón y cuando está internado porque tuvo un ACV-, lo saqué mucho de ellos y otros que he ido conociendo.
—¿En tu vida personal sos un tipo serio?
—Bastante más serio de lo que la gente piensa. No soy amargo, soy un tipo alegre. Soy muy feliz de estar vivo. Pero no soy un tipo histriónico como se me ve cuando estoy en la tele o en el escenario, no estoy todo el día haciendo chistes, cosas, ruiditos…
—Con tu esposa son muy compañeros…
—Sí, nos acompañamos mucho en nuestras carreras, que por suerte vamos siempre muy alineados, porque a veces cuando las parejas de actores y actrices a uno le está yendo bien y al otro no tanto, se arma un poco de quilombo. Nosotros tenemos la suerte con Fer (Metilli, actriz) que a los dos siempre nos va muy bien.

—A tu familia le debés los primeros aplausos…
—Totalmente, se los debo a ellos. Pero ya se los pagué igual a todos… Ya está. (risas) Ahora que no me rompan…
Hombre mirando al futuro
La carrera de Agustín Aristarán no se detiene. Entre funciones, giras y rodajes, el artista revela sus próximos desafíos y sueños en el mundo del espectáculo, cuenta: “Te doy una primicia para Infobae, el 30 de enero es el estreno de mi especial de magia para Disney+. Lo estuve filmando. Va a estar re lindo, lo hice en las funciones en el Teatro El Nacional», adelanta entusiasmado.
—Y en breve llega nada más y nada menos que Willy Wonka, ¿Cómo lo estás trabajando? ¿Viste la película?
—La vi de pendejo y no la volví a ver. Lo mismo hice con Matilda y con School of Rock. No miré las películas, las miré después de estrenar. Porque no quiero que se me metan cositas de los personajes. Realmente quiero hacer mi versión de este Wonka tan icónico.

—¿Seguís con Mario Pergolini el año próximo?
—Sí, voy a seguir con el programa, obvio. Además, tengo para filmar, dos películas y una serie que ahí estamos viendo por agenda cómo vamos a hacer para coordinar todo. Se viene un año al mango.
—También te fue muy bien en el exterior…
—Gira voy a hacer el año que viene a fin de año, probablemente en Estados Unidos, con mi espectáculo de magia y hay una posibilidad de hacer una cosa grande de magia para fin de año también. Grande pero grande en Buenos Aires. Pero es secreto (risas).
—Con todo esto que venimos hablando, ¿te nombraron Ciudadano Ilustre de Bahía Blanca?
—No. Todavía no. Alguna vez llegará…(risas).
Fotos en Mar del Plata: José Tetty