Este martes 22 de abril comenzó un paro nacional de 48 horas convocado por los gremios docentes universitarios, que continuará mañana, miércoles 23, en reclamo de la reapertura de paritarias y una urgente recomposición salarial. Aunque se habían anunciado clases públicas como forma de visibilizar el conflicto, las facultades de la Universidad de Buenos Aires (UBA) mantuvieron el dictado normal y no se realizaron las actividades previstas, según constató LA NACION durante una recorrida por distintas sedes. Los sindicatos denuncian que el Gobierno no convoca a una mesa de diálogo desde octubre del año pasado.
En la Facultad de Ciencias Médicas, el centro de estudiantes había comunicado que se realizaría una clase pública a las 10.12 en la plaza Houssay. Sin embargo, en ese horario no hubo actividad visible ni presencia docente en el lugar. Consultados por este medio, desde el propio centro reconocieron que la convocatoria no se concretó y que existía una posibilidad de transferirla a la tarde, aunque no pudieron confirmar si finalmente ocurriría. Mientras tanto, dentro del edificio las clases se desarrollaban como habitualmente. “Yo vine pensando que iba a haber algún tipo de intervención, pero cursé como cualquier martes”, dijo Lucía Andrade, estudiante de segundo año.
En la Facultad de Farmacia tampoco desarrollaron las clases públicas previstas. A diferencia de otras jornadas de lucha, no había afiches, carteles ni puestos informativos en los accesos. A media mañana, algunos estudiantes se reunían en los espacios comunes para preparar trabajos prácticos o estudiar para parciales. “Lo vi en redes, pero no entendí si era hoy o mañana. Al final, cuando llegué todo estaba funcionando normalmente. Me pareció raro, porque otras veces sí hubo alguna actividad simbólica”, comentó Clara Souto, que cursa cuarto año. En los pasillos, no había señales de protestas ni ausencias docentes.
En la sede de Ciencias Económicas varios alumnos dijeron desconocer que se habían anunciado clases públicas para el martes. La mayoría se enteró del paro previsto para el día siguiente, pero no de actividades programadas para hoy. “Llegué a cursar y me sorprendió que no hubiera nada distinto. Me enteré después por un mensaje de una amiga que decía que había una clase pública que no se hizo. No está del todo claro cuándo hay clases, cuándo no, qué cosas siguen y cuáles se suspenden. Eso nos deja en un lugar medio incierto”, explicó Sebastián Domínguez , de 23 años, a este medio. Desde el centro de estudiantes de la facultad señalaron que no estaban al tanto de ninguna convocatoria a clases públicas ni del paro previsto para el miércoles.
La escena se repitió en la Facultad de Odontología, donde tampoco hubo clases públicas ni señales visibles de intervención gremial. En el edificio se dictaban clases normalmente y no se observaban docentes o estudiantes movilizados. “La verdad es que no sabía que hoy iba a haber algo. Vine a cursar como todos los días. Me preocupa que haya tan poca información sobre lo que se está haciendo. Entiendo el reclamo y lo apoyo, pero estaría bueno que se nos informe con tiempo y claridad”, planteó una estudiante mientras esperaba para ingresar al aula.
Desde los gremios docentes sostienen que la situación del sistema universitario es crítica y que la falta de recomposición salarial pone en riesgo el funcionamiento normal de las instituciones. La secretaria general de Conadu Histórica, Francisca Staiti, explicó a LA NACION que la protesta de esta semana responde a la inacción del Gobierno frente a los reiterados pedidos de reapertura de la negociación paritaria. “Llevamos adelante esta medida de 48 horas como parte de un plan de lucha nacional. Hoy hubo acciones de visibilización en nuestros 27 sindicatos de base y mañana realizaremos un paro con cese total de actividades, acompañando además la movilización de jubilados en todo el país”, afirmó.
El paro del miércoles será sin asistencia y tendrá impacto en la totalidad de las universidades públicas. La convocatoria incluye también la adhesión a la jornada de protesta del 30 de abril organizada por las centrales sindicales, como parte de un calendario de acciones que podrían ampliarse en mayo si no hay respuesta oficial. “No tenemos novedades desde octubre. Los sueldos quedaron muy por detrás de los precios y la situación es insostenible”, expresaron desde la federación, luego del plenario de secretarías generales. De todos modos, según pudo saber LA NACION, no todos los docentes están de acuerdo con la continuidad de estas medidas, lo que generó tensiones internas dentro de los gremios universitarios.
Para muchos estudiantes, la falta de información clara es un problema que se repite. Varios coincidieron en que no existe un canal unificado donde se comuniquen las decisiones gremiales, y que a veces se enteran por comentarios aislados o publicaciones poco claras en redes sociales. “Me parece que la universidad se está vaciando de a poco y no se dice. Las clases se dan, pero con incertidumbre. Nadie nos dice qué va a pasar con los parciales o con los contenidos que se pierden. Si se suspende todo mañana, ¿se reprograma? ¿Se recupera? Nadie lo aclara”, dijo Ignacio Núñez, estudiante de Farmacia, a LA NACION.
Otros destacaron la importancia de la protesta, pero reclamaron mayor presencia activa durante las jornadas previas. “Estamos de acuerdo con que los docentes reclamen lo que les corresponde, pero si no se hace nada visible, no se discute nada. El problema no es solo que no haya clases, sino que tampoco se genera ningún espacio para debatir o visibilizar. Hoy fue un día más”, reflexionó una estudiante de Ciencias Médicas.
Para el miércoles, las clases quedarán suspendidas en su totalidad y los gremios adelantaron que, si no hay respuestas por parte del Ministerio de Capital Humano, las medidas continuarán. Ante la consulta de LA NACION a los voceros habituales de esa cartera, no hubo respuesta.