Shaquille O’Neal, una de las leyendas más emblemáticas de la NBA, no solo es conocido por su imponente presencia en la cancha y sus múltiples éxitos deportivos, sino también por las innumerables anécdotas que ha compartido a lo largo de su carrera.
Una de esas historias involucra un sorprendente encuentro con un gorila en el zoológico de Miami, durante la época en que jugaba para los Miami Heat. Esta experiencia, revelada por el pívot en el Big podcast, muestra otro lado del carismático jugador.
El zoológico, un gorila y una anécdota imperdible
Durante una visita al zoológico de Miami, O’Neal experimentó un peculiar y tenso momento con un gorila. Mientras el personal advertía sobre evitar contacto visual con el animal, Shaquille, fiel a su personalidad curiosa, ignoró el consejo.
“El personal que me seguía me dijo: ‘No mires al gorila’. Pero lo miré y él se acercó a la pared. Me miraba, yo lo miraba y yo pensaba ‘¿qué diablos miras?’ Y entonces se volvió loco“, recordó en su entrevista con Big Podcast.
Este intercambio visual se volvió más intenso cuando Shaquille notó una peculiar especie de “diálogo” no verbal. El gorila, frustrado por estar tras las rejas, parecía preguntarle al deportista sobre su libertad y su falta de pelaje, todo a través de gestos.
“Parecía que me decía: ‘Oye, ¿qué haces ahí fuera y yo aquí dentro, atrapado?’. Pero luego me pegó otro repaso de arriba a abajo y se puso más nervioso. ‘¿Dónde está tu pelaje?’, quería preguntarme. Parecía que quería pelear conmigo”, agregó Shaq en diálogo con Big Podcast.
Con un peso de casi 200 kilos y una altura de 1,80 metros al erguirse, la presencia del gorila no era algo a subestimar. Sin embargo, este no entendía que, en frente suyo, había otro animal pero del básquet.
Finalmente, O’Neal no pudo cumplir su fantasía de tener un duelo con él, aunque su enfrentamiento “cara a cara” quedó retratado como una de las tantas anécdotas que el pívot logró recolectar a lo largo de su carrera.
El paso de Shaquille O’Neal por Miami
Durante su etapa con los Miami Heat entre 2004 y 2008,Shaquille O’Neal dejó una huella profunda en la franquicia de Florida, aportando su potencia y talento característicos al equipo. Proveniente de Los Angeles Lakers, donde había ganado tres campeonatos consecutivos, llegó a Miami en un traspaso que buscaba revitalizar al equipo y apuntalar sus aspiraciones al título. Su presencia en la cancha no solo mejoró el rendimiento del equipo, sino que también ofreció un sentido de liderazgo y experiencia crucial para el vestuario.
En 2006, bajo la dirección de Pat Riley y junto al talentoso Dwyane Wade, Shaquille consiguió guiar a los Heat a su primer campeonato de la NBA, un hito que cimentó su legado en la franquicia. La combinación de su imponente juego interior, su carisma fuera de la cancha y su colaboración con sus compañeros permitió a Miami establecerse como un equipo dominante en la liga durante esa época. En 2008, fue traspasado a Phoenix Suns.
La personalidad única de O’Neal
O’Neal logró establecer un lazo especial con el público no solo gracias a su habilidad en el básquet, sino a través de su capacidad para narrar sus experiencias cotidianas con un estilo inconfundible.
Frases icónicas y un enfoque irreverente a la vida han solidificado su lugar tanto en la cultura del deporte como en el ámbito del entretenimiento. Enfrentamientos inusuales y otras historias documentadas a lo largo de su vida ayudan a construir una imagen de carisma natural y autenticidad.
Desde sus días en la NBA hasta sus aventuras diarias, Shaquille continúa siendo una figura que trasciende el mundo del baloncesto. La anécdota del zoológico es solo una de muchas en las que su carácter y forma de ser llevan a momentos que continúan capturando la imaginación de fanáticos y curiosos. Con cada nueva historia, O’Neal reafirma no solo su lugar en los archivos del deporte, sino también en el folklore contemporáneo como un narrador nacido.