A 18 meses del cambio de gobierno y con un giro drástico en la política económica -desde un esquema severamente regulada y subsidiada sin sustento fiscal, a otra libre, con desregulaciones y apertura al comercio exterior -tanto de exportación con eliminación de cupos y baja de retenciones, como de importación con reducción de aranceles y sin restricciones para los pagos a proveedores-, el informe mensual de precios del Indec sigue informando suba más marcadas en el conjunto de los servicios que en el de los bienes.
Ese proceso determinó un cambio en las asignaciones de gastos en el presupuesto familiar, sobre todo en los sectores que cuyos ingresos no acompañaron el ritmo de inflación. Esto se refleja en la demorada recuperación del consumo de bienes perecederos que se adquieren en cadenas de supermercados y comercios de cercanía.
Tanto en los 18 meses de Gobierno, como en el último año, los incrementos promedio de precios del conjunto de servicios públicos y privados resultaron mayores al del agregado de los bienes.
Tanto en los 18 meses de Gobierno, como en el último año, los incrementos promedio de precios del conjunto de servicios públicos y privados resultaron mayores al del agregado de los bienes
Los servicios relevados por el Indec comprenden a casi la integralidad de los rubros: Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles; Salud, Transporte, Comunicación, Recreación y cultura, Educación y Restaurantes y hoteles. Estos aumentaron 218,6% desde diciembre de 2023 hasta mayo último, y 50,4% en el último año.
Los bienes lo hicieron más atenuadamente en dichos períodos: 183,4% y 35,5%, respectivamente.
Pese a estos movimientos, los consumidores de ingresos medios y bajos tienen poco margen para modificar sus hábitos de consumo, en particular en lo que respecta a servicios públicos esenciales como energía eléctrica, gas, agua, transporte, educación y comunicaciones.
La recomposición tarifaria y flexibilización de regulatoria en el ámbito privado llevaron a ajustes en la demanda de bienes, en particular en el segmento de las bebidas, prendas de vestir y textiles para el hogar, como muestran las estadísticas oficiales y privadas de ventas.
Presupuesto de los hogares
A partir de la variación mes a mes de los precios de los 12 grandes rubros en que el Indec agrupa el relevamiento de los valores al consumidor de más de 300.000 bienes y servicios, y asumiendo que una familia mantuvo su ingreso en términos reales, Infobae estimó -sobre la base de la estructura original de gasto de los hogares de 2017/18, vigente en la estimación de inflación- la asignación del presupuesto familiar al último mes del gobierno de Alberto Fernández -noviembre de 2023-, a los seis meses de la gestión de Javier Milei (mayo de 2024) -luego del sinceramiento cambiario, recomposición de la mayor parte de los cuadros tarifarios de los servicios públicos y flexibilización de los precios regulados- y a mayo de 2025 (último dato oficial).
El ejercicio arrojó que la situación actual comparada con noviembre de 2023 se caracteriza por disminuciones del ingreso destinado a la compra y pago de Equipamiento y mantenimiento 18,5%; Bebidas alcohólicas y tabaco 14,8%; Prendas de vestir y calzado 13,1%; Alimentos y bebidas no alcohólicas 7,5%; y Recreación y cultura 4,5%, principalmente.
Salud y Transporte mostraron una leve baja en la ponderación de gasto, el cual se explica por la baja relativa de precios de los bienes en esos rubros, como medicamentos, artículos para sanidad, en el primer caso, y automotores, en el segundo.
En cambio, aumentaron las partidas destinadas a Educación 56,2%; Comunicación 23,3%; Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles 21,7%; Bienes y servicios varios 11,7%; y Restaurantes y hoteles 9,2 por ciento.
Al comparar los presupuestos promedio estimado para mayo de 2024 y 2025, persisten los signos de variación detectadas detectados en relación a noviembre, con la excepción de Salud, que sube levemente (0,7%), Bienes y Servicios varios que baja 4,4%; y Comunicación que aumenta 1,9 por ciento.
Perspectivas
En una economía que apunta a consolidar el saneamiento de las finanzas públicas y del Banco Central, con la meta de extinguir la inflación, al menos por encima del 5 % anual, se prevé un escenario de aumento real de ingresos por productividad y mayor empleo -sobre todo formal, que percibe mejores remuneraciones-. Se proyecta, además, recomposición en los haberes de jubilados y pensionados, tanto de quienes accedieron por moratorias como, especialmente, de quienes cumplieron con todos los requisitos legales.
De esta forma, podrá mejorarse el gasto corriente de los hogares sin generar presiones inflacionarias, con menor peso relativo de las partidas destinadas a servicios esenciales.
El fenómeno que se observa en Argentina se inscribe en una dinámica que atraviesa a otros países de América Latina, cuando enfrentaron episodios similares en la última década
El fenómeno que se observa en Argentina se inscribe en una dinámica que atraviesa a otros países de América Latina, cuando enfrentaron episodios similares en la última década.
Según un relevamiento reciente, familias de la región priorizan alimentos, vivienda y transporte en su gasto, a partir del impacto de la inflación y el aumento de tarifas. Por cada $100 gastados en promedio, destinan $28,1 a alimentos, $13,5 a transporte y $13,1 a vivienda, con menores porcentajes para artículos del hogar, recreación, ropa, educación y salud.
La composición varía según cada economía, pero la tendencia general fue readecuar el consumo hacia lo esencial. En países como Colombia y México la vivienda tiene mayor peso, mientras que en Perú lideran los alimentos. En todos los casos, el shock inflacionario obligó a reajustar prioridades presupuestarias de los hogares.