El reencuentro entre Carina Zampini y Sebastián Estevanez en el programa La novela de Luzu TV despertó la nostalgia de los fanáticos de Dulce Amor. A trece años de su estreno, los protagonistas volvieron a compartir escena y recrearon uno de los diálogos más emblemáticos de la ficción, generando una ola de emoción tanto en el estudio como entre quienes aún sueñan con una segunda parte.

Durante la transmisión, Zampini y Estevanez revivieron la escena del primer encuentro entre sus personajes, en la que él, aspirante a chofer, le confesaba que la llevaría “hasta el fin del mundo”. La química entre ambos se hizo evidente y la reacción del público fue inmediata: aplausos, risas y gritos acompañaron cada intercambio, mientras los actores compartían anécdotas y recuerdos de aquellos años de trabajo conjunto. La emoción fue notoria, especialmente para Estevanez, quien admitió que la experiencia lo conmovió. “Me emocioné mucho. Tenía que decir dos bocadillos y lo vengo practicando hace cuatro días”, señaló.

La reunión sirvió también para que ambos protagonistas repasaran la dinámica que los unió durante la filmación de Dulce Amor. Zampini destacó el estilo espontáneo de su compañero, quien solía sumar improvisaciones y chistes en las escenas, mientras ella prefería apegarse al guion con precisión. Esta diferencia, lejos de generar tensiones, enriqueció la relación profesional y personal entre ambos. “Con él aprendí a soltarme y a disfrutar más del trabajo”, relató la actriz, quien recordó entre risas cómo celebraban cada vez que ella cometía un error, algo que, según Estevanez, era prácticamente imposible. El actor, por su parte, subrayó el compañerismo y la confianza que lograron construir, describiendo a Carina como “un diez” y valorando la amistad que surgió de esa etapa.

Sebastián Estevanez y Carina Zampini en el afiche promocional de Dulce Amor

La conversación giró también en torno al fenómeno que representó Dulce Amor. Originalmente pensada para emitirse en horario vespertino, la novela fue trasladada al prime time debido a su potencial, enfrentando a producciones de gran éxito y superando todas las expectativas. Zampini recordó cómo la historia romántica cautivó a un público diverso, incluyendo a muchos hombres, y cómo la pareja protagónica se convirtió en el centro de rumores y comentarios sobre su química en pantalla. Entre bromas, la actriz aclaró que los besos en la novela seguían el estilo clásico, con largas esperas antes de cada encuentro romántico, y confesó que las escenas de besos solían terminar en carcajadas y retoques de maquillaje.

El impacto de Dulce Amor fue tal que, tras el éxito de la tira creada por Quique Estevanez, padre de Sebastián, la dupla repitió protagónico en Camino al amor. El fervor de los fanáticos se mantiene vigente y los pedidos de regreso son constantes. En una entrevista reciente, Zampini reconoció que tanto ella como Estevanez tienen deseos de volver a trabajar juntos: “La verdad que tenemos ganas, con Sebas. Fue una novela que fue un suceso”, afirmó, dejando abierta la puerta a una posible reunión artística.

Consultados sobre la posibilidad de un regreso, ambos manifestaron entusiasmo ante la idea de compartir nuevamente un proyecto, ya sea en televisión o en teatro. “Estaría buenísimo hacer algo juntos, sea teatro, televisión. Porque bueno, Cari, sos parte de mi vida”, expresó Estevanez, mientras Zampini coincidió en que la experiencia fue tan positiva que el deseo de repetirla sigue latente. La expectativa de los seguidores, sumada a la disposición de los protagonistas, alimenta la ilusión de una nueva etapa para la pareja más recordada de la ficción.

No obstante, cualquier regreso de Sebastián Estevanez a la actuación implicaría un cambio en su presente personal. El actor se encuentra alejado de la televisión desde antes de la pandemia, tras su participación en Separadas, y ha decidido dedicarse a una pasión que venía postergando: la remodelación de casas. En declaraciones previas, explicó que disfruta del proceso de imaginar interiores, elegir materiales y trabajar en equipo con su esposa, Ivana Saccani. Juntos, exploran ideas, dibujan planos y colaboran con arquitectos para llevar adelante proyectos de refacción, una actividad que considera un sueño cumplido y que le permite compartir más tiempo con su familia.

Estevanez también explicó sobre su alejamiento temporal de la actuación, motivado por el desgaste de las largas jornadas de grabación y el deseo de una vida más tranquila. Aunque reconoce que la nostalgia por los sets y las cámaras persiste, encuentra satisfacción en la nueva etapa que eligió, convencido de que el cambio le aporta equilibrio y bienestar.