Resistencia, Chaco (enviada especial). Luego de que en la primera jornada del juicio no se lograra conformar el jurado popular que decidirá si el clan Sena es culpable o no del femicidio de Cecilia Strzyzowski, este miércoles se reanudó la audiencia en la que esperan seleccionar a los 20 ciudadanos necesarios para conformar el tribunal.

La audiencia es encabezada por la jueza técnica Dolly Fernández, quien, ante la falta de definiciones el primer día, dispuso un cuarto intermedio hasta hoy a las 8. Al igual que el martes, se espera que sea otra jornada maratónica, con la expectativa de que al final de la tarde se resuelven los 12 integrantes titulares y 8 suplentes que juzgarán a los imputados.

Esta mañana, al igual que ayer, la prensa pudo ingresar al Centro de Convenciones del Hotel Gala unos minutos antes de que comenzara la audiencia y los fotógrafos pudieron retratar a los siete acusados. Entre ellos César y Emerenciano Sena, quienes en esta oportunidad asistieron sin chalecos antibalas.

Emerenciano Sena se tapó la cara y evitó los flahes. (Edgar Aguirre)

Por su parte, Marcela Acuña, mujer de Emerenciano y madre de César, ingresó a la sala, se sentó junto a su abogado y posó su mirada en el piso. El pelo le tapaba el rostro, como si quisiera ocultarse de las cámaras y los flashes.

Durante la audiencia de este miércoles, la jueza Fernández interrogará a los 119 posibles jurados que quedaron de la selección trunca del martes y que esta mañana volvieron a presentarse. Hay cuatro que se ausentaron. Luego, será el turno de las recusaciones.

Si en esta instancia no se pudiera obtener un jurado, fuentes del caso confirmaron a Infobae que recién ahí empezarán los interrogatorios a los otros 100 candidatos que fueron citados para este miércoles.

El martes, a pesar de la lluvia torrencial que caía sobre la ciudad de Resistencia, más de 150 chaqueños se acercaron al Centro de Convenciones del Hotel Gala para participar del proceso de selección de jurados. Sin embargo, tras ocho horas de audiencia no se logró conformar el tribunal popular.

Gustavo Melgarejo, cuidador del predio Rossi junto a Griselda Reinoso y encargados —según la acusación— de mantener el fuego encendido durante al menos diez horas para asegurar la destrucción del cuerpo de Cecilia

De los 250 ciudadanos convocados para la primera jornada, se presentaron 166: el 65% del total. Para preservar su identidad, a cada uno se le asignó un número de Voir dire (NdR.: expresión francesa que significa “decir la verdad”), que funcionará como un DNI durante el resto del proceso.

Según pudo saber este medio, lo primero que debieron hacer fue completar un cuestionario de 20 preguntas elaborado por las querellas, los fiscales y las defensas, y aprobado por la jueza técnica.

“Se indagó en cuestiones íntimas de las personas, por ejemplo, si tenían hijos, qué pensaban de los movimientos sociales, si consumían medios de comunicación o redes sociales, si ellos o algún familiar atravesó situaciones de violencia de género o si consideraban que una persona acusada de un delito grave merecía defensa. El objetivo fue detectar posibles sesgos o convicciones que puedan afectar su objetividad”, explicaron fuentes judiciales a este medio.

Aunque se esperaba que los cuestionarios agilizaran el proceso, ocurrió lo contrario. “Creo que eso demoró bastante. Capaz hubiera sido mejor ir directo a interrogar al jurado”, confió una de las partes.

Fabiana González, considerada como mano derecha de los Sena. (Edgar Aguirre)

Tras ese primer filtro, los candidatos ingresaron en pequeños grupos a la Sala de Convenciones Nº2 donde se encontraban los imputados, el Equipo Fiscal Especial, las dos querellas y las defensas. Allí se realizaron las excusaciones o dispensas.

“Algunos debieron retirarse tras exponer motivos personales por los que no podían integrar el jurado: cuestiones de salud, laborales o familiares”, indicó otra fuente judicial.

Al finalizar la jornada, se dispensaron entre 30 y 40 personas, entre ellas, la tía de Ricardo Osuna, abogado de Emerenciano Sena. “Cuando se le preguntó si tenía algún parentesco con los allí presentes, dijo que era la tía del letrado. Después lo negó”, contó una fuente.

Otro momento tragicómico se dio cuando confundieron a un jurado con otro y le dijeron que no podía participar porque tenía antecedentes penales.

Los imputados

César y Emerenciano Sena, Marcela Acuña, Gustavo Melgarejo, Gustavo Obregón, Fabiana González y Griselda Reinoso llegaron al Hotel Gala en medio entre las 5.30 y las 6 de la mañana. Fueron trasladados bajo custodia desde las unidades donde permanecen detenidos. Ya en el recinto, Emerenciano intentó por todos los medios evitar ser fotografiado.

Además de un barbijo, se tapó el rostro con las manos y durante el lapso de tiempo que los fotógrafos y camarógrafos estuvieron en la sala, prácticamente les dio la espalda. Del líder piquetero, que supo ser aliado del exgobernador Jorge Capitanich y llegó a candidatearse como primer diputado provincial por la línea PSU–Socialistas Unidos, quedó poco: apenas un hombre encorvado que parecía querer esconderse debajo de la mesa.

Distinta fue la postura de su esposa, Marcela Acuña. En primera fila, birome en mano y con un cuaderno, se mostró involucrada en lo que estaba por suceder. La remera blanca y las dos trenzas le dieron un aire de “chica buena”, muy distinto al de sus apariciones anteriores. Apenas un mes atrás, protagonizó un escándalo a los gritos que demoró el inicio de una de las audiencias preliminares.

Sentado atrás de ella estaba su hijo César Sena. Llevaba puesta una remera verde y, al igual que su padre, un chaleco antibalas. Se lo vio hablando con su abogada Gabriela Tomljenovic, quien explicó que su defendido estaba “muerto de frío” y por eso no se había quitado el chaleco. Días antes, de cara al debate oral, la letrada le confió a Infobae que César estaba “tranquilo”. “Estuvo muy involucrado en el proceso de las audiencias preliminares. En la cárcel lee mucho: desde novelas hasta libros de Michel Foucault”, contó.

A Marcela Acuña la remera blanca y las dos trenzas le dieron un aire de “chica buena” (Foto/Edgardo Aguirre)

Esta primera jornada también permitió ver los rostros del resto de los acusados; de quienes, hasta ahora, casi no había imágenes recientes. Entre ellos, Griselda Reinoso y Gustavo Melgarejo, cuidadores del predio Rossi y encargados —según la acusación— de mantener el fuego encendido durante al menos diez horas para asegurar la destrucción del cuerpo de Cecilia. Ella estaba en la primera fila a la izquierda; él, en la segunda a la derecha. La distancia entre ambos podría explicarse: días antes de ser detenidos, ella lo denunció por violencia de género.

También estuvieron presentes Fabiana González y Gustavo Obregón, considerados mano derecha de los Sena. Los piqueteros eran padrinos de uno de los hijos de la pareja, y ellos, a su vez, fueron testigos del matrimonio por Iglesia de Emerenciano y Marcela.

Pasadas las 16, los siete acusados salieron por una puerta trasera, esposados y escoltados por el Cuerpo de Operaciones Penitenciarias (COP). Afuera los esperaba una camioneta del Servicio Penitenciario Provincial para trasladarlos a sus respectivos centros de detención. Gustavo Melgarejo fue el único que llegó a verse brevemente: los agentes del COP formaron un cordón para cubrirlo y, enseguida, ubicaron la camioneta de espaldas a la puerta para que el resto de los detenidos pudieran subir sin quedar expuestos ante la prensa.