
La Unión Europea decidió aplazar la firma del acuerdo de libre comercio con Mercosur hasta enero, tras la presión ejercida por Francia e Italia durante la cumbre de líderes en Bruselas, según informó la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, a los jefes de Estado y de Gobierno reunidos este jueves.
El retraso responde a la espera de la adopción definitiva de nuevas salvaguardas acordadas entre el Consejo y el Parlamento Europeo, que incluyen la vigilancia de los mercados y la posibilidad de suspender la importación de productos sensibles si se detectan distorsiones significativas para los productores europeos.
Estas medidas, que aún deben ser aprobadas por los colegisladores, no estarán en vigor antes de enero. Esto fue uno de los puntos que el presidente de Brasil, Lula da Silva, y su par italiana Giorgia Meloni, dialogaron este jueves por teléfono.
En una rueda de prensa hecha esta tarde, el mandatario brasileño explicó que la primera ministra italiana le solicitó personalmente un aplazamiento de entre una semana y un mes para convencer a los agricultores italianos de aceptar el acuerdo.
La parte sudamericana del tratado iba a rubricarse este sábado en Foz de Iguazú, donde se hará la Cumbre de Jefes de Estados del Mercosur, el cual será el ámbito en el que se traspase la presidencia pro tempore de Brasil al presidente de Paraguay, Santiago Peña, el principal aliado de Javier Milei en el bloque regional.

Voceros oficiales de la Casa Rosada confirmaron que pese a que no se hará la firma del acuerdo, Milei confirmó su asistencia e irá a la cumbre del Mercosur de este fin de semana.
De cumplirse la promesa de Meloni a Lula, el histórico tratado se firmará a comienzos del año próximo y bajo el mandato regional de Peña, algo que Milei buscaba que se produjera. Se espera que Von der Leyen asista a la ceremonia siempre y cuando se produzca.
Esto también produjo que el libertario cediera y decidiera ir al foro organizado por el brasileño. El Gobierno de Italia confirmó la conversación y reiteró en un comunicado oficial que está dispuesto a firmar el tratado tan pronto como se atiendan las demandas de los agricultores, en función de las decisiones de la Comisión Europea.
El respaldo de Italia a la postura de Francia, Polonia y Hungría resultó determinante para bloquear la votación prevista en el Consejo de la UE, ya que la normativa exige la oposición de al menos cuatro de los veintisiete países miembros que representen el 35% de la población del bloque.
Este giro supone un revés para la Comisión Europea, así como para Alemania, España y los países nórdicos, que defendían la aprobación inmediata y advirtieron sobre las posibles consecuencias de una postergación.
La primera ministra italiana tiene previsto reunirse con otros líderes europeos en Bruselas, donde el tema será debatido antes de la votación programada para el viernes en el Consejo de la UE. Mientras tanto, los agricultores europeos han intensificado sus protestas: según la policía de Bruselas, 7.300 personas y unos 50 tractores se manifestaron frente a la sede de la reunión, en una protesta autorizada que transcurrió sin incidentes relevantes.
El presidente Lula subrayó que la oposición de Francia al acuerdo no le sorprendió, pero sí la de Italia. Según relató, incluso conversó con la primera dama francesa, Brigitte Macron, para intentar persuadir al presidente Emmanuel Macron de apoyar el pacto con Brasil. Lula afirmó: “Francia no tiene mucho que perder con la agricultura brasileña”.
Por su parte, el presidente francés, Emmanuel Macron, reiteró horas antes que Francia no respaldará el acuerdo, ni siquiera tras las modificaciones introducidas por el Parlamento Europeo para atender las demandas francesas. Macron declaró: “Quiero decir a nuestros agricultores, que han dejado clara la postura de Francia desde el principio: consideramos que aún no hemos llegado a ese punto, y el acuerdo no puede firmarse [tal como está]”, y prometió oponerse a cualquier “intento de forzar la aprobación”.
El acuerdo UE-Mercosur permitiría a la Unión Europea aumentar sus exportaciones de vehículos, maquinaria, vinos y licores a América Latina en un contexto de tensiones comerciales globales. Sin embargo, los agricultores europeos temen que facilite la entrada de productos como carne vacuna, azúcar, arroz, miel y soja provenientes de Sudamérica, donde los estándares regulatorios son menos estrictos. Por ello, los gobiernos de Francia e Italia han exigido la inclusión de cláusulas de salvaguardia más robustas, controles de importación más severos y normas más exigentes para los productores del Mercosur.