Las Fuerzas Armadas rusas se hicieron con el control de dos nuevas localidades en la región ucraniana de Donetsk, según el Ministerio de Defensa de Rusia, que en los últimos días informó de nuevos avances en la zona entre aclaraciones desde Kiev por la aparente ruptura de la última línea de defensa en la zona de Pokrovsk.
El Ministerio de Defensa incluyó en un balance de operaciones difundido este miércoles la supuesta toma de Suvorovo y Nikanorovka, sin que la parte ucraniana se haya pronunciado con respecto a lo que Moscú describe como “liberaciones”.
Un portavoz militar ucraniano, Andri Kovaliev, anunció el martes un refuerzo de tropas en el frente de Pokrovsk, dando por hecho que “el enemigo está utilizando su superioridad numérica para intentar penetrar la primera línea en pequeños grupos”, pese a las “significativas” bajas que ello pueda suponer para Rusia, según la agencia Bloomberg.
La situación militar en este frente es compleja y no existe información imparcial de lo que está ocurriendo, pero varias autoridades han salido al paso en estos últimos días para negar que las tropas rusas hubiesen logrado consolidar sus avances y traspasar la línea ucraniana.
El miércoles, el gobernador regional de Donetsk, Vadim Filashkin, señaló que la evacuación es ya “extremadamente difícil” para las más de 1.300 personas que siguen en el interior de Pokrovsk.
El gobernador anunció en su cuenta de Telegram la evacuación “obligatoria” de las familias con niños de una decena de localidades de la región donde aún quedarían unos 1.150 menores, al término de una reunión de seguridad. En este sentido, advirtió que permanecer en estos núcleos representa “un peligro constante”.
Pokrovsk ha sido uno de los grandes objetivos de las tropas rusas durante estos últimos meses, toda vez que representa un importante nudo logístico para toda la zona.
Avance ruso en Pokrovsk
El avance anunciado por Moscú coincide con una intensificación de las operaciones en el frente oriental, particularmente en el eje Dobropillia–Pokrovsk. Según datos de observatorios independientes como DeepState y el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW), las fuerzas rusas habrían ganado entre 10 y 17 kilómetros en algunos sectores desde el 11 de agosto, abriendo la posibilidad de un cerco operativo sobre nodos logísticos clave en Donetsk.
Pokrovsk tiene una importancia estratégica notable: es un centro de transporte ferroviario y vial que conecta con Kramatorsk y Sloviansk, bastiones aún bajo control ucraniano. Su pérdida podría comprometer las líneas de abastecimiento y obligar a Ucrania a replegarse hacia nuevas posiciones defensivas, debilitando su control sobre el norte de Donetsk.
Las autoridades ucranianas insisten en que los avances rusos no han sido decisivos y que las penetraciones detectadas responden a operaciones puntuales de pequeños grupos de asalto, más que a una ruptura completa del frente. Sin embargo, la evacuación de civiles y la dificultad para mantener rutas seguras de salida refuerzan la percepción de que la presión militar rusa se intensifica.
La ofensiva en esta zona se produce en un momento políticamente sensible: Ucrania mantiene su rechazo a cualquier acuerdo que implique cesión territorial, mientras que Rusia busca consolidar posiciones antes del invierno. Analistas citados por Reuters y The Guardian advierten que Moscú podría estar intentando mejorar su posición negociadora de cara a futuros contactos diplomáticos.
Informes geoestratégicos señalan que, además de Pokrovsk, el objetivo ruso sería crear una “saliente” en el frente oriental que permita aislar unidades ucranianas y abrir un corredor hacia zonas controladas por Rusia en el sur de Donetsk y la región de Zaporiyia. De concretarse, esta maniobra alteraría el equilibrio táctico y obligaría a Kiev a redistribuir recursos en un momento de desgaste acumulado por más de dos años de guerra.