Un grupo de 43 detenidas alojadas en la comisaría 5ª de Rosario, situada en el barrio Abasto, intentó iniciar un motín durante la tarde de este martes, hecho que incluyó la quema de colchones. Las internas reclamaron ser trasladadas al complejo penitenciario situado en las inmediaciones de 27 de Febrero al 7800, en el extremo oeste de la ciudad.
El módulo de alojamiento transitorio de la seccional ubicada en Italia al 2100 tiene capacidad para 12 personas, por lo que el número de detenidas superaba ampliamente ese límite. Desde el Ministerio de Seguridad de Santa Fe informaron a Infobae que ese edificio policial es uno de los utilizados como “punto de ingreso” de personas aprehendidas de Rosario y de otras localidades comprendidas en la Unidad Regional II. Esos lugares son vaciados cada siete días, según anunció el ministro del área, Pablo Cococcioni, la semana pasada.
Por la quema de colchones -que fue filmada por vecinos cuyas viviendas lindan con el patio del penal- intervino una dotación de Bomberos Zapadores, que sofocó las llamas. Durante el operativo policial en la comisaría no se registraron reclusas lesionadas, según informó el Gobierno. Tampoco se produjeron enfrentamientos. Al inicio del incidente, el tránsito se interrumpió en Italia, entre Cerrito y Riobamba, para despejar la zona.
Las internas manifestaron que debían ser trasladadas el viernes pasado al predio penitenciario del extremo oeste de Rosario, fecha en la que se realizó el anterior vaciamiento de seccionales policiales.
Cococcioni explicó el pasado viernes que, con la inauguración de los nuevos módulos en la cárcel de 27 de Febrero al 7800, se realizará una reestructuración del sistema de alojamiento provisorio de detenidos en la región. “Va a haber una nueva distribución de cupos, que tendrá de forma flotante 144 plazas, que es el cupo máximo actual”, señaló.
El ministro de Justicia y Seguridad provincial indicó que, a partir de ahora, en la Unidad Regional II se derivarán a todos los detenidos a cinco puntos de ingreso, entre los que figura la comisaría 5ª de Rosario. Esa población carcelaria será trasladada semanalmente a distintos establecimientos penitenciarios, según los casos de personas imputadas y en prisión preventiva efectiva.
El funcionario santafesino agregó que el objetivo de la medida es evitar que la policía deba custodiar a las internas para prevenir motines, incendios o fugas.
Como ya publicó Infobae, en la seccional 5ª hubo cuatro fugas de presos el año pasado. Sucedieron en un lapso de tres meses. La primera ocurrió el 19 de mayo, cuando once presos cortaron los barrotes del techo del penal y se evadieron.
Ese hecho, de manera insólita, se descubrió al otro día, cuando uno de los prófugos se presentó en la comisaría acompañado por su madre, que le ordenó que se ponga a derecho. Por esa situación, en su momento desde el Ministerio Público de la Acusación se dispusieron medidas para investigar al personal policial.
La segunda evasión fue el 30 de junio. En esa ocasión fueron cinco los internos que escaparon. El método fue el siguiente: llamaron al policía a cargo de la custodia de los módulos, lo redujeron ni bien abrió la puerta, lo golpearon con el palo de una escoba y después treparon las paredes del fondo del edificio.
El tercer episodio tuvo lugar el 5 de julio. Un preso alojado allí seguía una audiencia imputativa por videoconferencia, pidió ir al baño y saltó por el techo. El caso fue alertado a la Policía por las visitas de los reclusos que aguardaban afuera de la comisaría. Rápidamente, fue recapturado a 50 cuadras del lugar.
La última sucedió el 15 de agosto, cuando seis internos escalaron por el techo de uno de los módulos transitorios de detención y saltaron hacia un estacionamiento lindero.