Daniel Ortega acompañado de su esposa, Rosario Murillo.

Una ola de arrestos y la muerte de figuras de la oposición encarceladas ha marcado una nueva era de represión en Nicaragua, según observadores, mientras la poderosa copresidenta Rosario Murillo se prepara para arrebatarle el poder a su esposo enfermo, Daniel Ortega.

Ortega, quien cumple 80 años el 11 de noviembre, delega cada vez más tareas en su septuagenaria esposa, Murillo, quien tiene fama de ser cruel y tener creencias esotéricas.

Exiliados y activistas de derechos humanos ven una serie de recientes acciones autoritarias como evidencia de que los preparativos para la transición se están acelerando.

Muerte de detenidos

Mauricio Alonso

Las autoridades de Managua nunca reconocieron públicamente el encarcelamiento del opositor Mauricio Alonso, quien se cree fue detenido a mediados de julio.

Se sabía poco sobre su seguridad hasta el 25 de agosto, cuando Washington anunció y denunció su muerte bajo custodia.

Managua también mantuvo en secreto el arresto del abogado Carlos Cárdenas.

Fue detenido el 15 de agosto y su cuerpo fue entregado a su familia dos semanas después.

“En una semana, se entregaron los cuerpos de dos personas desaparecidas… esta es una nueva etapa con el sello de Murillo”, declaró a la AFP Arturo McFields, ex embajador de Nicaragua en Estados Unidos.

Para Juan Pappier, director adjunto para las Américas de Human Rights Watch, esta nueva era represiva, en parte, “está ligada al esfuerzo de Murillo por prepararse para el momento de la sucesión”.

“Hay un esfuerzo claro y evidente por parte de Rosario Murillo por estar preparada para el día en que la salud de Ortega se deteriore o fallezca”, declaró Pappier a la AFP.

Purgas internas

Bayardo Arce

También han sido detenidos antiguos aliados de Ortega y figuras destacadas del movimiento revolucionario sandinista.

Los comandantes Bayardo Arce, Álvaro Baltodano, Henry Ruiz y el jefe de seguridad de Ortega, Marcos Acuña, se encuentran entre los detenidos en los últimos meses. “La era Murillo” se caracteriza por “la destitución de funcionarios históricos o de quienes habían jurado lealtad a Ortega”, afirmó McFields.

Otros militantes menos conocidos también se encuentran encarcelados o bajo arresto domiciliario, incluido el hijo de Carlos Fonseca, fundador del Frente Sandinista.

El académico exiliado Uriel Pineda declaró a la AFP que “la represión se ha centrado en aliados históricos del régimen para impedir que se concrete cualquier estrategia de oposición interna”.

“Están intentando hacer limpieza interna, decidiendo a quién mantener o no dentro del círculo de poder”, afirma Santos Méndez, coordinador de la comunidad nicaragüense en Guatemala.

Deterioro de salud

Daniel Ortega. EFE/ Ronald Peña R.

En apariciones públicas recientes, se ha visto a Ortega con dificultad para caminar y con aspecto pálido.

Según el médico exiliado Richard Sáenz, quien atendía a la familia presidencial, padece lupus e insuficiencia renal.

En mayo, su ausencia en las celebraciones por el natalicio del héroe nacional Augusto Sandino desató rumores.

En las últimas apariciones públicas de Ortega, su edad ha sido notable, como es natural, y su condición ha empeorado visiblemente”, declaró Pineda.

Comando Militar

Al asumir la copresidenta, Murillo asumió el mando del ejército. Esta semana, durante un evento conmemorativo del Ejército, entregó por primera vez las insignias a los oficiales ascendidos.

En esta ceremonia, Ortega buscó justificar el ascenso de su esposa: “Las mujeres se han incorporado a todos los ámbitos” de la vida pública, afirmó.

La transición “puede haberse acelerado porque este mes se cumple precisamente un año de la muerte de Humberto Ortega”, declaró Gonzalo Carrión, hermano de Daniel y excomandante del Ejército, activista de derechos humanos exiliado.

Humberto Ortega había sido puesto bajo arresto domiciliario tras declarar, en mayo de 2024, que consideraba “muy difícil” para Murillo y sus hijos mantener el poder si el presidente fallecía.

Todos los hijos de la pareja ocupan cargos en el gobierno o en empresas estatales. El más destacado es Laureano, responsable de las relaciones con Rusia y China, dos aliados clave.

“Desafortunadamente, Nicaragua es la versión occidental de Corea del Norte”, afirma Pappier.

(AFP)