Usar el auto a distintas velocidades no afecta la vida últil del motor por el avance de la tecnología de la mecánica y los lubricantes.

Los autos modernos son muy confortables y seguros, pero también son mucho más caros que 20 años atrás. La razón esencial para ese incremento de precios radica en la tecnología con la que están equipados, y [esa es una variable que impacta a todos los modelos. Desde los más accesibles hasta los más lujosos.

Cuanto más sofisticado es un vehículo, la intervención del hombre en el modo de usarlo es menor, porque salvo manejar el volante y los pedales, prácticamente el resto de los elementos se autogestionan.

Sin embargo, en los autos menos tecnificados, los que compran aquellos para quienes a un vehículo sigue siendo un bien que cuesta mucho mantener, el rol del conductor al manejar pasa a tener mayor importancia en la vida útil del vehículo.

En general, se tiende a pensar que la palabra tecnología está asociada con las pantallas o los sistemas electrónicos de ayudas a la conducción. Ese concepto es correcto pero está incompleto, porque el avance tecnológico también se aplica a la mecánica, es decir, esencialmente al motor y caja de velocidades.

La caja de cambios manual requiere conducir prestando atención a la velocidad y la marcha. Las cajas automáticas lo resuelven autómomanente

La diferencia entre caja manual y automática

En los últimos años, el advenimiento masivo de las cajas automáticas contribuyen notablemente a una mejora del cuidado del motor, ya que los cambios se hacen solos al llegar a las revoluciones máximas de cada cambio que ya están programadas en la computadora del auto.

Pero para aquellos que tienen todavía un auto con caja de cambios manual, saber usar adecuadamente el motor contribuye notablemente a extender la vida útil en general y a consumir menos combustible y aceite.

Los motores modernos están diseñados y construidos para funcionar a cualquier velocidad sin problema alguno. Circular a 20 ó 30 km/h, a 90 o a 130 km/h no afecta en absoluto al motor. En cambio, lo que sí puede influir es el régimen de uso, las conocidas Revoluciones por Minuto (RPM) en las que funcione.

La relación entre la velocidad y las RPM es la variable que influye en el desgaste del motor y el consumo de combustible

Cuando se usa un motor por encima de las 4.000 RPM, se exigen todas las partes más allá de lo recomendable. No se rompe, pero se desgasta más rápido, especialmente si el aceite no es de alta calidad y tiene más de 5.000 km desde que se cambió por última vez. Lo que pocas personas saben es que usar el motor a muy bajas revoluciones también es malo, porque se detona la explosión antes de tiempo y se pueden terminar afectando las bujías dependiendo la tecnología de alimentación del vehículo.

Teniendo esto claro, el motor no sufre ni gasta combustible de más si funciona a 100 km/h en quinta o sexta marcha, pero sí se ve afectado si se lo hace en segunda o tercera. Lo mismo ocurre a bajas velocidades.

Si la velocidad a la que se quiere transitar es 40km/h, se debe usar el auto en tercera o cuarta y no en primera o segunda; y si se va a viajar en la ruta a 130 km/h, se lo debe hacer en quinta o sexta para los casos en los que esté disponible una caja con 6 marchas.

El consumo de combustible se ve muy impactado por el estilo de conducción. (Getty Images)

El consumo de combustible

Más allá del desgaste o no según su uso, la otra variable que afecta el consumo de combustible es el modo de conducir. Tanto en ciudad como en ruta, la velocidad constante es el mejor aliado del ahorro de combustible.

Cuando se maneja en el tránsito urbano, salir de un semáforo acelerando rápido, llegar a colocar tercera velocidad (unos 40 km/h) y volver a frenar en la siguiente esquina, no sólo gasta más combustible sino más frenos también. Lo recomendable es presionar apenas un par de centímetros del pedal de acelerador y cambiar a segunda velocidad apenas después de avanzar unos 20 metros. Quizás se termina colocando tercera también, dependiendo del tránsito y de una eventual “onda verde”, pero eso se logrará consumiendo poca nafta o gasoil.

Al acercarse a un vehículo más lento, calcular la distancia de aproximación para superarlo sin frenar permite ahorrar combustible. (Imagen Ilustrativa Infobae)

En ruta es más notorio el ahorro de combustible si se mantiene velocidad constante, porque la velocidad es más alta. Lo ideal es establecer una velocidad en la que el conductor sienta que puede transitar sin problemas y colocar la marcha más alta disponible.

Si se llega a un vehículo más lento y se puede sobrepasar, el mejor modo de usar el motor es calcular la distancia adecuada para abrirse y pasar sin bajar de cambio, pero si esto no es posible porque viene tránsito de frente y hay que esperar, la aproximación debe ser más lenta, se debe bajar progresivamente la velocidad propia para acercarse al vehículo a pasar de a poco, y bajar sólo un cambio para tomar impulso y transitar la menor cantidad de tiempo posible por la mano contraria.