La ciencia explica que los wombats producen heces cuadradas para facilitar la comunicación olfativa entre individuos de la especie - (Imagen Ilustrativa Infobae)

En el sudeste de Australia, un equipo de investigadores ha resuelto uno de los enigmas más llamativos del reino animal: por qué los wombats, marsupiales solitarios y nocturnos, producen heces cuadradas y cómo estas cumplen una función esencial en la comunicación olfativa entre individuos de la especie.

Según la Universidad de Georgia y el Journal of Zoology, este hallazgo no solo responde a una pregunta popular sobre el marsupial australiano, sino que también aporta nuevas perspectivas sobre la transmisión de señales químicas en mamíferos solitarios.

Los wombats de nariz desnuda (Vombatus ursinus) son conocidos por su peculiar hábito de depositar heces con forma de cubo, una característica única entre los mamíferos. Estos animales, que evitan el contacto social, salvo para la reproducción y el cuidado de las crías, utilizan sus excrementos para transmitir información en su entorno.

De acuerdo con la Universidad de Georgia, los wombats depositan sus heces cerca de elementos destacados del paisaje, como rocas y troncos, formando letrinas comunales que funcionan como puntos de intercambio de señales olfativas.

Investigadores de la Universidad de Georgia y el Journal of Zoology revelan que las heces cúbicas de wombat cumplen una función clave en la transmisión de señales químicas - (Imagen Ilustrativa Infobae)

El estudio detalla que la producción de heces cuadradas se debe a la estructura anatómica del intestino del wombat. La forma cúbica facilita que los excrementos permanezcan en su lugar sobre superficies elevadas, evitando que rueden y asegurando que la señal química se mantenga accesible para otros individuos.

El estudio científico, liderado por Scott Carver de la Universidad de Georgia y Kate McMahon de la Universidad de Tasmania, identificó que los wombats poseen un órgano vomeronasal bien desarrollado en la cavidad nasal.

Este órgano, fundamental en la detección de señales químicas, permite a los wombats captar y procesar los olores presentes en las heces de sus congéneres. La investigación describe que, mediante disecciones craneales, se confirmó la presencia de este órgano, lo que respalda la importancia de la comunicación olfativa en la especie.

Carver explicó que, al igual que otros mamíferos con hábitos nocturnos y visión limitada, los wombats dependen en gran medida del olfato para interactuar con su entorno y con otros individuos. La estructura anatómica de su sistema olfativo, junto con la producción de heces cuadradas, crea un sistema eficiente para la transmisión y recepción de información química.

El estudio demuestra que la forma cuadrada de las heces permite que permanezcan sobre rocas y troncos, optimizando la señalización olfativa - (Imagen Ilustrativa Infobae)

Ambas fuentes coinciden en que las letrinas de wombat no solo son depósitos de excrementos, sino verdaderos centros de comunicación. Los estudios de campo realizados en la Isla María, Tasmania, revelaron que las letrinas suelen ubicarse junto a elementos prominentes del paisaje, lo que facilita su localización tanto visual como olfativamente.

El estudio señala que el 88,76% de las letrinas analizadas estaban asociadas a características como rocas o troncos, mientras que los sitios de control apenas alcanzaban el 8,28%. Para comprobar la función comunicativa de las heces, los investigadores realizaron experimentos en los que introdujeron excrementos de wombats no residentes en letrinas ajenas y monitorizaron la reacción de los animales mediante cámaras trampa.

Según la Universidad de Georgia, los wombats dedicaron más tiempo a investigar las letrinas que contenían heces de individuos desconocidos, lo que sugiere que pueden detectar la llegada de nuevos miembros a la población a través del olor.

Este comportamiento, conocido como “coincidencia de olores”, permite a los wombats aprender el perfil olfativo de los recién llegados, lo que podría ayudar a evitar conflictos y a mantener la cohesión social en una especie con áreas de distribución superpuestas.

Los wombats de nariz desnuda utilizan letrinas comunales como centros de intercambio de información mediante excrementos con firmas químicas individuales - (WikiCommons/Sean Kelleher)

El análisis químico de las heces, realizado mediante cromatografía de gases y espectrometría de masas, identificó 44 compuestos distintos en los excrementos de wombat.

De acuerdo con el Journal of Zoology, estos compuestos incluyen cetonas, aldehídos, aromáticos, fenoles, alcoholes, alcanos, alquenos, ácidos y terpenoides. La composición química resultó ser distintiva para cada individuo, lo que respalda la hipótesis de que las heces transmiten información sobre la identidad de quien las depositó.

Carver, citado por la Universidad de Georgia, afirmó: “Pudimos demostrar que existen firmas químicas individuales distintivas —u olores individuales— en las heces de los wombats. Los wombats tienen buenas estructuras sensoriales para el olfato y mezclas químicas individualmente distintivas, por lo que probablemente puedan distinguir a los individuos”.

Además de la identidad, las heces podrían transmitir información sobre el sexo, la edad y el estado reproductivo, aunque aún no se ha logrado asociar compuestos específicos con estos parámetros. Los investigadores destacan la necesidad de estudios adicionales para comprender el significado funcional de cada compuesto y su relación con la historia de vida de los wombats.

El órgano vomeronasal desarrollado en los wombats es fundamental para detectar y procesar olores presentes en las heces de otros congéneres - (Imagen Ilustrativa Infobae)

El descubrimiento de la función comunicativa de las heces cuadradas en los wombats abre nuevas líneas de investigación sobre la comunicación química en mamíferos solitarios. La Universidad de Georgia afirma que este sistema representa un modelo valioso para estudiar cómo especies con hábitos solitarios y no territoriales utilizan señales olfativas para interactuar y organizarse socialmente.

La investigación enfatiza la importancia de profundizar en el análisis histológico del órgano vomeronasal, así como en la identificación de compuestos químicos asociados a rasgos específicos como el sexo o el estado reproductivo.

Además, se plantea la necesidad de experimentar con mezclas químicas sintéticas y de evaluar la influencia de factores contextuales, como la densidad de individuos y la estacionalidad, en su respuesta conductual.

Para los wombats de nariz desnuda, la clave para mantenerse conectados con su entorno y con otros individuos reside en el rastro químico que dejan tras de sí, una estrategia que revela la complejidad de la vida social en especies aparentemente solitarias.