
“La elección del domingo fue un game-changer. Había muchas dudas en el plano político que ahora se despejaron por la contundencia del resultado, aunque falta la definición interna”, marcaba un importante funcionario del Gobierno. El oficialismo de Javier Milei se vio completamente empoderado por el resultado de los comicios nacionales. Pese a que precisa de la oposición dialoguista para aprobar las reformas estructurales que quiere el Presidente, la Casa Rosada parte de una base para negociar mucho mayor de la que esperaba.
Es por eso que esta semana se prevé que sea de transición para las próximas que vendrán. La discusión del Presupuesto 2026 será un preludio de las primeras discusiones de este oficialismo fortalecido con la oposición. Los gobernadores buscan un gesto en el superávit final del año próximo. En vez de 1,5% -como quiere el Gobierno-, muchos consideran que casi dos decenas de mandatarios estarían conformes con un 0,9%. “Si es así, las reformas laboral y previsional las sacan caminando”, dice a Infobae una experimentada diputada que es como la extensión de su gobernador.
Antes de todas estas cuestiones subyace el interrogante de quién será el que articule todas estas cuestiones. En la previa de las elecciones nacionales, todas las tribus del oficialismo estaban de acuerdo en que las tensiones habían paralizado la gestión y habían entorpecido la forma de negociación política del oficialismo para con los aliados. Todos esperaban que se resolviera luego de las elecciones a partir de una conformación diferente del Gabinete.

El cisne negro del domingo trajo un panorama impensado. La hermana presidencial Karina Milei y sus aliados se empoderaron sobremanera por el resultado que tuvo a nivel nacional cada uno de los armados provinciales, consiguiendo 64 diputados y 13 senadores. La mayoría de estos fueron puestos en sus respectivos distritos por el armador nacional de La Libertad Avanza, Eduardo “Lule” Menem, y quien comandará ese bloque de más de 90 diputados será el presidente de ese recinto, Martín Menem, que marcó que seguirá en ese cargo para el próximo año.
Por el otro lado, el caputismo insiste en que debe haber una eficientización en la cantidad de interlocutores con los gobernadores para hacer más eficiente la negociación de las reformas estructurales y el apoyo de gobernabilidad que pide Estados Unidos. El asesor mira con atención el Ministerio del Interior, área que le gustaría empoderar al poder articularla con áreas como Obras Públicas, Transporte y otras carteras que pertenecían a Infraestructura.
“¿Por qué debería haber un rediseño total si es que logramos estos números?”, indica una fuente ligada a los Menem. Un importante armador que responde a ellos opinó: ”El partido ahora detenta un poder real. Lo demás es puesta en escena”. En el círculo del consultor presidencial atribuían a que la victoria fue por la mesa de coordinación que armaron Karina Milei, Santiago Caputo y Pilar Ramírez, presidenta de LLA en la Ciudad y persona de cercanía de “El Jefe”.
El único consenso que existió en ambos sectores es que la hermana presidencial tenía una alta responsabilidad del triunfo. Todos otros nombres mencionados por un sector no fueron reconocidos por la otra tribu, y viceversa. Incluso hasta denostados.

En medio de esta trifulca, los nombres del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y del ministro del Interior, Lisandro Catalán, parecían pasar más desapercibidos. Sí se les reconoció que el desarrollo de las elecciones fue un éxito rotundo.
Los primeros ruidos se escucharon el mismo día de la elección, cuando cada hueste buscaba atribuir ganadores y perdedores al interior del Gobierno. “Creo que todo el Gabinete debería mandarse a guardar por una semana así disfrutamos el triunfo”, marcaba este lunes un funcionario que se mantiene ajeno a la interna, pero que quiere tranquilidad en la tapa de los diarios.
El status quo que generó la victoria de La Libertad Avanza no terminó por ordenar la interna libertaria, sino en dejarla en estado de latencia y complicar la decisión final que deba tomar el mismo Milei cuando termine de configurar su Gabinete para la segunda parte de la gestión. Esta debería darse el mes próximo. “No hay duda que hay una incógnita del sistema de poder que hay que resolver. Me parece que va a ser más virtuoso para Javier y para todos si lo resuelve cuando la situación está bien más que cuando está mal”, indica un altísimo dirigente de la Casa Rosada.
En el Hotel Libertador hubo tres reuniones que plasman la complejidad del asunto. La primera se dio en la habitación del Presidente entre los tres integrantes del Triángulo de Hierro. Fue después de que Karina Milei saliera a hablar en vivo ante los medios acompañada por Martín Menem, toda una gestualidad. Allí se habría acordado la gran mayoría de los cambios del Gabinete y que no se comunicarían hasta entrado noviembre. Una versión apunta a que también habría estado Patricia Bullrich, pero esto no fue ratificado por su entorno.
Otra menos conocida fue la conversación exprés que mantuvieron Milei y Francos, que le había pedido una charla a solas para poder entender cuál sería el futuro suyo en el Gabinete. El diálogo no fue extenso y no se dio en la Quinta de Olivos como hubieran querido ambos, permitiéndoles mayor privacidad y soltura. Este lunes, el Presidente no desmintió ni ratificó que la continuidad del ministro coordinador esté en dudas. Una fuente inobjetable considera que simbólicamente fue significativo que no lo haya subido al escenario y que ahí sí estuvieran los dos nombres que suenan para reemplazarlo, Santiago Caputo y Manuel Adorni.

En paralelo a ese encuentro, la ministra de Seguridad sí estuvo en un encuentro igual de cerrado con Karina, Diego Santilli y Sebastián Pareja. Fue ella quien tomó la batuta de esa cumbre. “No podemos seguir dividiéndonos”, marcó en tono general, para luego avisarle a Pareja (quien tiene un enfrentamiento de magnitudes con Las Fuerzas del Cielo) que no lo iba a mencionar ni a Lule ni a él para tratar de hacer equilibrio entre todos los sectores libertarios. “Lo entendió bien”, marcó una fuente al tanto de la reunión. Esas charlas también se produjeron con el mismo Lule Menem y Pilar Ramírez.
Hay varios altos integrantes del Gobierno que están preocupados porque la interna no rebalse justo en un momento de especial dulzor para el oficialismo. Y es que hay varias subtramas que siguen desarrollándose y pueden destaparse en cuestión de semanas, en la medida que se acerque diciembre. Una de ellas es lo que acontece en la provincia de Buenos Aires y la conducción de la Legislatura bonaerense. Pareja tiene decidido desplazar de su puesto al actual jefe de bloque de La Libertad Avanza, Agustín Romo, y poner al legislador electo Juan Osaba, su mano derecha en la logística partidaria bonaerense. Se trata de una decisión que apunta contra una de las principales caras de Las Fuerzas del Cielo. “Va a aprovechar que el Congreso le va a dar mucho más tiempo para conducir a tiempo completo sus áreas de influencia en la Provincia como en el armado”, marca alguien que lo conoce al dedillo.
Al ser entrevistado en el canal A24, el Presidente fue claro que seguirá haciendo equilibrio con su hermana y el asesor presidencial. “Ellos son los arquitectos de esto. Yo soy el divulgador, el que lleva las ideas, el que tiene la visión, pero después al muñeco ese hay que hacerlo funcionar”. No tuvo el mismo énfasis que con Francos, a quien igualmente ponderó. “Tiene un rol muy destacado, dentro del Gobierno. Y veremos -a la luz del nuevo Gabinete- cómo van a quedar las cosas, pero me parece una falta de respeto. O sea, gente que ha hecho un trabajo tan importante, que la agenda periodística los quiera sacar”.