El gremio de los pilotos volvió a realizar una asamblea que generó inconvenientes en Aeroparque

La jornada de ayer en el Aeroparque Jorge Newbery estuvo marcada por una combinación de demoras generalizadas y una atmósfera de incertidumbre que afectó a unos 7000 pasajeros y a más de 50 vuelos. La causa fue la segunda asamblea gremial en menos de un mes convocada por la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), que se desarrolló entre las 6 y las 10, en reclamo de mejoras salariales y condiciones laborales frente a Aerolíneas Argentinas.

Se trató de la segunda medida de este tipo en poco tiempo: el jueves 9 de octubre, en la previa del último fin de semana largo, los sindicalistas provocaron serias demoras en los vuelos durante todo el día.

La asamblea de APLA comenzó puntualmente a las 6 y, aunque estaba prevista hasta las 10, su impacto se extendió durante toda la jornada. Según explicaron desde la compañía, el efecto arrastre de las demoras matutinas afectó también a los vuelos de la tarde, ya que “el impacto derivado por el arrastre de la mañana; por ejemplo, un mismo avión que salió demorado temprano cubre otras rutas”, detallaron. Además, cuatro servicios de JetSmart también sufrieron retrasos, y un vuelo de Latam a Santiago de Chile resultó afectado.

Unos 40 vuelos experimentaron demoras superiores a 30 minutos, mientras que el resto registró retrasos menores. No se reportaron cancelaciones de servicios.

Muchos pasajeros ya habían recibido la noche anterior un correo electrónico notificando la reprogramación de sus vuelos, aunque la información no siempre coincidía con la que mostraban las pantallas del aeropuerto. “Sabíamos que nuestro vuelo a Córdoba pasó para las 9.30. Me llegó el mail ayer, pero no confiábamos”, relató un quien viajaba junto a un amigo. Otros, como Silvana Taberoa, se encontraron con discrepancias entre el horario del correo y el que figuraba en el tablero: “A mí el mail me ponía 9.20, pero en la pantalla figura 10.45; no sé cuál vale”, expresó. Algunos pasajeros ni siquiera habían recibido aviso previo y se enteraron de la asamblea al llegar al aeropuerto.

Durante las primeras horas, la calma predominaba en el hall, con pequeños grupos de viajeros atentos a las pantallas y empleados respondiendo consultas. Sin embargo, pasadas las 8, la situación cambió drásticamente: las filas frente a los mostradores de Aerolíneas Argentinas se extendieron por el corredor central y el ambiente se tornó más tenso. El tablero de partidas comenzó a mostrar una sucesión de vuelos demorados, entre ellos servicios a Mendoza, Río de Janeiro, Jujuy, Santiago del Estero, Posadas y Córdoba.

Las demoras se extendieron durante buena parte del día.

El clima adverso agravó la situación. Desde la madrugada, la lluvia y la actividad eléctrica obligaron a reforzar las medidas de seguridad en pista. Aeropuertos Argentina informó sobre la existencia de “alertas rojas fluctuantes”, aunque aclaró que “los vuelos estaban saliendo con demoras mínimas”. La combinación de la asamblea gremial y el mal tiempo generó un efecto dominó que retrasó buena parte de la programación matutina.

La protesta de APLA se enmarca en una serie de reclamos que incluyen mejoras salariales, cumplimiento del convenio colectivo, ascensos pendientes y respuestas sobre el mantenimiento de la flota. En un comunicado, el gremio advirtió: “Ratificamos que mañana se llevará a cabo la asamblea en el Aeroparque Jorge Newbery entre las 6 y las 10. Hasta el momento, Aerolíneas Argentinas continúa sin ofrecer respuestas a los reclamos presentados desde APLA en relación con salarios, ascensos, dotación y cumplimiento del CCT”.

A este escenario se sumó un problema técnico: en los últimos días se detectaron fallas en los motores de la flota B737 de Aerolíneas Argentinas, lo que dejó ocho aeronaves en tierra bajo investigación. La empresa no logró derivar vuelos a las otras dos flotas disponibles (A330 y EMB 190), lo que obligó a recurrir a la competencia. Desde el gremio señalaron: “Esta situación afecta directamente la operación y provocará modificaciones en la programación de vuelos durante los próximos días. A pesar de los reiterados pedidos de solución, Aerolíneas Argentinas no ha brindado respuestas concretas a las demandas que venimos planteando desde hace meses”.

La incertidumbre se apoderó de los pasajeros, que permanecían atentos a cada cambio en los tableros y a las notificaciones en sus teléfonos. “Lo que más desespera es no saber si vas a salir o no”, manifestó una joven que debía viajar a Mendoza por trabajo.

A medida que avanzaba la mañana, el aeropuerto se llenó de murmullos y movimientos intermitentes. Los embarques se abrían de forma esporádica y los pasajeros se repartían entre filas y pasillos, sin perder de vista los monitores.

La asamblea de APLA continuó hasta las 10, con los representantes gremiales ratificando que la medida respondía a la “falta de respuesta de la empresa y del Gobierno” y asegurando que los pilotos “permanecerán unidos para enfrentar los embates empresariales y gubernamentales”. Mientras tanto, el aeropuerto no lograba recuperar su ritmo habitual: los embarques se reanudaban lentamente, algunos vuelos despegaban con demoras y otros aguardaban autorización, mientras la lluvia persistía en el exterior y los pasajeros seguían atentos a cualquier novedad.

Finalmente, las demoras se extendieron hasta los vuelos de la tarde, aunque Aerolíneas Argentinas evitó cancelar vuelos.