El cerebro humano funciona como un sistema integrado donde ambos hemisferios colaboran para procesar información y controlar funciones corporales. - (Imagen Ilustrativa Infobae)

En la década de 1960, el neurobiólogo Roger W. Sperry propuso que cada persona poseía una mitad del cerebro dominante, capaz de definir su personalidad, sus pensamientos y su comportamiento. Esta idea ha perdurado durante un tiempo, aunque la evidencia científica actual la desmiente. Según Medical News Today, investigaciones recientes han demostrado que, si bien existen diferencias funcionales entre los hemisferios, no hay un predominio global de uno sobre el otro.

La creencia popular sostiene que quienes utilizan más el hemisferio izquierdo tienden a ser analíticos, lógicos, orientados a los detalles y los hechos, con facilidad para los números y el pensamiento verbal. Por el contrario, quienes supuestamente dominan el hemisferio derecho serían creativos, intuitivos, capaces de ver el panorama general y más proclives a pensar en imágenes que en palabras. Esta clasificación, aunque atractiva, carece de respaldo empírico sólido.

El cerebro humano, con un peso aproximado de apenas 1,36 kilogramos (3 libras), alberga cerca de 100.000 millones de neuronas y hasta 100 billones de conexiones. Estas neuronas, mediante impulsos eléctricos y químicos, transmiten información a lo largo del sistema nervioso central, permitiendo que el cerebro procese estímulos y controle todas las funciones corporales. Cada hemisferio cerebral contiene seis lóbulos y se conecta con su contraparte a través de fibras nerviosas, lo que posibilita la comunicación entre ambos lados en condiciones normales.

La especialización funcional de los hemisferios es real, pero mucho más matizada de lo que sugiere la teoría de la dominancia. El hemisferio izquierdo se asocia principalmente con el lenguaje y el pensamiento abstracto, además de controlar los movimientos del lado derecho del cuerpo. El hemisferio derecho, en cambio, se encarga del procesamiento de imágenes, el pensamiento espacial y el control del lado izquierdo. A pesar de esta distribución, ambos hemisferios colaboran de manera constante.

La teoría popular sobre el predominio de un hemisferio cerebral carece de respaldo empírico sólido según la evidencia actual (Freepik)

Un estudio de 2013, citado por Medical News Today, analizó imágenes tridimensionales de los cerebros de más de 1.000 personas mediante resonancia magnética. Los resultados indicaron que las personas utilizan ambos hemisferios sin que exista una dominancia generalizada. La actividad cerebral varía según la tarea, pero no se observa una preferencia hemisférica que determine la personalidad o el comportamiento.

Una revisión de 2020 mencionada por el medio señala que, aunque el procesamiento del lenguaje recae principalmente en el hemisferio izquierdo, ambos lados resultan necesarios para una comprensión completa. Las áreas de Broca y Wernicke, fundamentales para la producción y comprensión del habla, suelen localizarse en el hemisferio izquierdo en la mayoría de las personas.

Las diferencias funcionales entre hemisferios también se manifiestan en la emoción y la lateralidad manual. El procesamiento emocional involucra varias regiones cerebrales, pero el hemisferio derecho predomina en la generación de respuestas emocionales. En cuanto a la lateralidad, las personas zurdas y diestras emplean los hemisferios de manera distinta para tareas manuales. Por ejemplo, un zurdo utiliza el hemisferio derecho para actividades manuales, mientras que un diestro recurre al izquierdo. Estas asimetrías pueden surgir incluso antes del nacimiento, como lo demuestra la preferencia de algunos fetos por succionar el pulgar izquierdo o derecho desde las 15 semanas de gestación.

No todos los cerebros funcionan de la misma manera. Algunas personas procesan el lenguaje principalmente en el hemisferio izquierdo, mientras que otras lo hacen en el derecho o de forma simétrica. Un estudio de 2021, citado por Medical News Today, reveló que los zurdos suelen emplear diferentes hemisferios para la memoria de trabajo, el lenguaje, la visión y el control manual, en comparación con los diestros. Además, los zurdos presentan mayor cantidad de materia gris en el hemisferio derecho, posiblemente porque este controla la mano dominante.

La organización funcional del cerebro varía entre individuos, y aunque los hemisferios presentan funciones diferenciadas, no existe un lado dominante que determine la personalidad o el comportamiento.