
La transición hacia un nuevo régimen cambiario en la Argentina se volvió eje de debate a partir de las recientes declaraciones de Martín Redrado, economista y ex presidente del Banco Central, en diálogo con Radio Rivadavia. Según explicó, el sistema de bandas cambiarias que implementa el Gobierno para regular el valor del dólar es, en sus palabras, “un sistema transitorio” y requiere “pericia” para su funcionamiento. Redrado remarcó la necesidad de comenzar a eliminar restricciones en el mercado de divisas y consideró esencial que el Banco Central muestre “el camino hacia un tipo de cambio único, sin restricciones”.
En su análisis, Redrado indicó que en los últimos días del año se percibió presión sobre el tipo de cambio, con el Banco Central interviniendo en el mercado a través de ventas de divisas. “Se vio al Banco Central en la punta vendedora, no en la compradora”, señaló el economista. Este comportamiento, según explicó, amplió la brecha entre el tipo de cambio oficial y el informal, ya que “el tipo de cambio oficial subió cinco centavos, mientras el blue se escapó cuarenta centavos”.
Redrado detalló que la política oficial prevé que el techo de la banda cambiaria se mueva en función de la inflación pasada y que el Banco Central intentará comprar dólares para fortalecer reservas. Sin embargo, advirtió que “cuando se toque el techo de la banda, la pregunta es si el Banco Central va a tener suficiente poder de fuego”. El economista subrayó que la autoridad monetaria informó su decisión de no intervenir en más del cinco por ciento del volumen negociado en el mercado, medida destinada a evitar presiones alcistas sobre el dólar.
Respecto a la situación argentina, Redrado consideró que el país necesita “dar un horizonte cambiario” a quienes desean invertir y producir. “Argentina debiera empezar a plantear un esquema más definitivo”, afirmó. Para el economista, la certidumbre en materia cambiaria y financiera es clave para la economía, especialmente ante la proximidad de obligaciones financieras, como el pago de 4.200 millones de dólares en enero por bonos renegociados durante la gestión de Guzmán.
En este contexto, Redrado distinguió entre los factores de oferta y demanda de divisas. Por el lado de la oferta, destacó que la liquidación de la cosecha fina, en particular el trigo, generará un excedente estimado en 800 millones de dólares respecto al año anterior, según cálculos de Fundación Capital. También anticipó una “buena cosecha de soja” para el trimestre que inicia en abril. “Todo promete ser una buena cosecha de soja”, expresó en la entrevista.
En cuanto a la demanda, Redrado enumeró la incidencia de servicios, turismo y la formación de activos externos (FAE), que durante el período preelectoral alcanzó picos de 6.400 millones de dólares, aunque luego descendió a 1.100 millones por mes. “Mil cien millones de dólares de demanda mensual equivalen a doce mil millones al año”, puntualizó. A esto sumó el pago de intereses y otros servicios, lo que genera un escenario que “requiere pericia para que no haya presión cambiaria”.
Consultado por la estrategia oficial, Redrado resaltó que el Gobierno explicitó cómo se moverá la banda cambiaria, pero advirtió que falta claridad sobre el accionar cuando la cotización toque el techo. “En algún momento lo va a tocar”, dijo, y planteó la necesidad de que el Banco Central cuente con divisas suficientes para enfrentar ese momento. Además, se refirió a la restricción cruzada que impide a quienes compran dólares oficiales operar también en el mercado de contado con liquidación y viceversa. Sostuvo que el equipo económico debe trabajar para eliminar esas restricciones y avanzar hacia un mercado con “un solo tipo de cambio”.
Respecto al sendero a seguir, Redrado opinó que lo conveniente es mostrar una hoja de ruta para la eliminación paulatina de las restricciones cambiarias a lo largo de 2026, sin atarse a fechas específicas. “Quizás no explicitar las fechas, porque los mercados se anticipan, pero sí decir el camino que vamos a recorrer durante 2026”, propuso. Sugirió que el Banco Central y el equipo económico mantengan flexibilidad, pero dejen claro cuál será la política cambiaria de largo plazo.
El economista también abordó la relación entre tipo de cambio, tasas de interés y situación impositiva. Señaló que “nunca hay que mirar la variable dólar de manera aislada”, porque su valor depende de la interacción con otros factores, como los impuestos y las tasas de interés. Redrado recordó que en los últimos días la tasa de caución subió a niveles de 80 a 90 por ciento, estrategia que, según indicó, busca desalentar la dolarización de carteras y mantener los fondos en pesos.
Sobre la inflación, Redrado sostuvo que “ha pasado al asiento del copiloto” en la política económica, luego de ser el objetivo central. Explicó que la decisión oficial de ajustar la banda cambiaria según la inflación pasada fija un piso para las expectativas. “En enero vamos a estar utilizando el 2,5 por ciento que incrementó noviembre el índice de precios al consumidor”, detalló. Consideró que esta metodología genera una expectativa de inflación mayor de la que existiría si se tomaran en cuenta expectativas racionales hacia adelante, como las recogidas en el relevamiento de expectativas del mercado.
Redrado diferenció entre expectativas adaptativas, que miran la inflación pasada, y expectativas racionales, que se basan en proyecciones futuras. Desde su perspectiva, utilizar la inflación pasada para definir la banda puede consolidar niveles de inflación más altos en los precios de los bienes importados y alimentos, que dependen del valor del dólar oficial.
En relación con el poder adquisitivo de los salarios, Redrado enfatizó que la recuperación del ingreso debe ser un eje de la reforma tributaria. Propuso que la reforma apunte a reducir los impuestos al trabajo, lo que permitiría una mejora inmediata en los salarios de los trabajadores. “Cualquier empleado en relación de dependencia hoy paga un dieciocho por ciento de impuestos sobre su salario, y una reducción a la mitad significaría un incremento directo sobre el bolsillo”, calculó. De este modo, la reforma podría impulsar el consumo, que en los últimos meses “ha estado estancado o más bien en terreno negativo”.
Consultado sobre el consumo de los sectores de mayores ingresos, Redrado indicó que se observa un repunte en bienes durables y turismo al exterior, pero advirtió que ese crecimiento no alcanza a la mayoría de la población. “Lo que queremos es un país para cuarenta y ocho millones de habitantes, no para veinte o menos”, remarcó.
En la entrevista, Redrado evitó opinar sobre declaraciones de otros economistas y se enfocó en proponer soluciones. Ante una cita de Federico Sturzenegger, quien calificó a los argentinos que vacacionan en el exterior como “héroes de la producción”, Redrado respondió: “Lo mejor que podemos hacer es no dar opiniones, sino dar soluciones. Los aportes que tenemos que hacer quienes somos hacedores de políticas públicas no es opinar, sino ofrecer caminos concretos”.
Durante la conversación, Redrado insistió en que el Banco Central debe mostrar “el camino de cuál va a ser la política cambiaria de largo plazo”. Reiteró que la eliminación de restricciones y la convergencia hacia un tipo de cambio único son condiciones necesarias para atraer inversiones y recuperar la estabilidad en el mercado de divisas. También mencionó la importancia de la credibilidad del equipo económico en la formación de expectativas.
El economista subrayó la necesidad de afrontar los desafíos cambiarios, financieros y monetarios para brindar certidumbre a los actores económicos. Consideró que “a la macro le faltan definiciones” y que la economía argentina requiere políticas claras para establecer un horizonte en materia de divisas y precios.