El oro superó su máximo ajustado por inflación alcanzado hace más de 45 años, mientras la creciente ansiedad sobre la trayectoria de la economía de Estados Unidos impulsa aún más la vertiginosa racha alcista de tres años del metal hacia territorio inexplorado.
El precio spot del oro acumula un alza de alrededor del 5% en el mes, alcanzando un máximo histórico de USD 3.674,27 la onza el martes (hoy, a las 15 de Argentina, USD 3.635). Ya marcó más de 30 récords nominales en 2025, pero el último tramo del rally también lo llevó a superar el máximo ajustado por inflación registrado el 21 de enero de 1980, cuando los precios tocaron USD 850.
Al considerar décadas de aumentos en los precios al consumidor, el precio equivale a unos USD 3.590 —aunque existen múltiples métodos para ajustar por inflación y algunos sitúan el máximo de 1980 en niveles más bajos. Es un objetivo móvil, pero analistas e inversionistas coinciden en que el oro lo ha superado con fuerza, reforzando su condición de cobertura histórica contra el aumento de precios y el debilitamiento de las monedas.
“El oro es un activo muy singular por su capacidad histórica, a lo largo de cientos —si no miles— de años, de cumplir ese papel”, dijo Robert Mullin, administrador de carteras en Marathon Resource Advisors. “Los gestores de activos están entrando en un período en el que tienen motivos para preocuparse por los niveles de gasto deficitario, así como por las prioridades de los bancos centrales y su disposición real a luchar contra la inflación”.
El metal amarillo acumula un alza de casi un 40% este año, mientras Donald Trump recorta impuestos, expande su guerra comercial global y busca una influencia sin precedentes sobre la Reserva Federal. La ola de ventas del dólar y de los bonos del Tesoro a largo plazo refleja el deterioro del apetito por los activos estadounidenses, alimentando dudas sobre si la deuda del país sigue siendo un refugio en tiempos de turbulencia.
Cuando el oro alcanzó USD 850 en enero de 1980, EEUU enfrentaba un colapso de su moneda, un repunte inflacionario y una recesión en ciernes. El precio se había duplicado en los dos meses previos, después de que el presidente Jimmy Carter congelara activos iraníes en respuesta a la crisis de rehenes en Teherán, aumentando la percepción de riesgo de mantener activos en dólares para algunos bancos centrales extranjeros.
“El oro solo refleja la renovada conciencia de que la inflación puede ser y sigue siendo un problema, pero también la incertidumbre sobre el mundo”, dijo Carmen Reinhart, ex economista jefe del Banco Mundial. El “papel del oro como cobertura inflacionaria fue un sello de su popularidad en los 70 y 80, pero hay que mirar antes de los 80: el oro siempre ha jugado un rol importante en momentos de incertidumbre”.
En comparación con el ascenso parabólico hasta el máximo de 1980 —y el colapso abrupto que siguió—, el rally actual se desarrolla con mucha menos volatilidad. Ello se debe en parte a que hoy el mercado es mucho más líquido y accesible, y a que atrae una base más amplia de inversionistas que compensan la debilidad en áreas tradicionales de demanda.
Gracias al repunte de precios, el valor del oro almacenado en las bóvedas de Londres superó USD 1 billón por primera vez el mes pasado, y también superó al euro como el segundo mayor activo en las reservas de los bancos centrales globales.
Grant Sporre, jefe global de metales y minería en Bloomberg Intelligence, ha revisado sus modelos analíticos para reflejar mejor la diversidad de factores detrás del rally del oro. Estos sugieren que el metal está sobrevaluado respecto a normas históricas, salvo en un aspecto crucial: comparado con las acciones estadounidenses, el oro aún luce barato, y afirma que los precios podrían dispararse más si los mercados bursátiles empiezan a resentirse.
“El oro es dolorosamente caro, pero el mercado está dispuesto a pagar el precio para asegurarse esa cobertura”, dijo Sporre.
Con información de Bloomberg