
Cuando en octubre de 2019 fue elegido director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi no sabía todavía que sus siguientes seis años serían muchísimo más intensos de los que vivió su predecesor, el japonés Yukiya Amano.
Rusia, Ucrania, Medio Oriente, Irán, Israel, carrera armamentística, el Estrecho de Taiwán, rearme nuclear, Inteligencia Artificial: la hiperactividad que la agenda internacional le impuso lo colocó en diferentes escenarios cada semana, alejado de la tranquilidad de Viena, donde está la sede del organismo, aunque Grossi haya logrado hacer de esa institución un lugar casi itinerante, omnipresente.
En entrevista con Infobae recorrió la actualidad y contó dónde se centrará en el futuro en caso de que sea elegido como Secretario General de las Naciones Unidas, candidatura oficializada por el gobierno argentino hace pocas horas. Crítico de la actualidad de la ONU, Grossi promete trasladar su actual dinámica a cada uno de los escenarios que se le planteen en caso de presidir aquella institución global.
– El gobierno argentino lo propuso formalmente para ser el Secretario General de las Naciones Unidas. ¿Cómo tomó la noticia y la decisión?
– Tomé la noticia y la decisión con enorme alegría y… hasta con emoción. Son momentos, más allá del resultado final, que uno debe atesorar en su justa medida. Pero no fue ninguna sorpresa. Hemos estado trabajando con el Gobierno por más de un año y medio, a partir de mi primera conversación inicial, como debe ser, con el presidente de la República hace bastante tiempo, cuando planteé la posibilidad y hemos tenido bastantes conversaciones con él y con su equipo de Gobierno. Esto no es una decisión improvisada, sino que es el resultado de una profunda reflexión. De modo tal que destaco que la Argentina en estrecha coordinación con la canciller (Diana) Mondino, luego con el canciller (Gerardo) Werthein y ahora con el canciller Pablo Quirno tuvimos claramente la idea que íbamos a esperar a que las Naciones Unidas iniciasen formalmente el proceso de elección, lo que sucedió esta semana a través de una carta de la presidenta de la Asamblea General y del presidente de turno del Consejo de Seguridad para presentar nuestra candidatura. Otros candidatos han hecho declaraciones con sus presidentes o de tipo más mediático. Nosotros nos hemos atenido al proceso formal y normal y ahora el proceso ya está formalizado.
– Usted es una persona con una amplia experiencia diplomática y cuya actividad en los últimos años fue intensa: Rusia, Ucrania, Irán… ha atravesado guerras y situaciones delicadas como director de la OIEA. De ser elegido Secretario General, ¿se imagina igualmente de hiperactivo?
– Efectivamente, si algo ha caracterizado mi gestión al frente de la OIEA es de estar en la solución de los conflictos. Y estar en la solución de los conflictos implica el involucramiento personal. Por supuesto, las Naciones Unidas ni ninguna estructura institucional ni privada es un one man o one woman show. Uno necesita equipos, necesita la mejor gente y la mejor calidad. Yo siempre busco eso. Pero el involucramiento del titular, del líder, es indispensable en ciertos momentos para hablar con otros líderes, para aproximar posiciones y, obviamente, de ser elegido secretario general, ustedes me verán en primera fila, en los conflictos y en las situaciones que así lo requieran.
– El papel de la ONU durante los conflictos en Europa y en Ucrania pareció deslucido, sin influencia y alejado de la toma de decisiones.¿Cuáles son sus objetivos y propuestas como Secretario General para revertir esa imagen?
– Coincido plenamente en que si algo se puede observar en la escena internacional con relación a los conflictos, en particular los conflictos armados que existen, pero otros también, es una notable ausencia de las Naciones Unidas. Ello se da por una convergencia de factores políticos y personales también de modo que refuerza mi respuesta, eh, anterior. Creo yo que el Secretario General tiene un papel indispensable. El hecho de que el Consejo de Seguridad sufra de un bloqueo casi estructural no debe ser óbice para que el Secretario General se mueva. Todo lo contrario, casi diría que es dentro del funcionamiento y de la dinámica institucional de las Naciones Unidas, es lo que debe suceder. El Consejo de Seguridad puede estar paralizado en la toma de decisiones, pero sigue siendo la caja de resonancia común de los cinco miembros permanentes y los diez no permanentes. Y el Secretario General tiene que estar en estrecha colaboración y en estrecho diálogo con el Consejo de Seguridad y con las grandes potencias y con las grandes potencias emergentes y los países que no están en el Consejo de Seguridad y que son importantes. Es decir, tiene que trabajar sin descanso.
– Yendo a la actualidad… Irán, en boca del canciller del régimen Abbas Aragchi, dijo que no es seguro visitar algunos sitios de energía nuclear que pudieron ser dañados durante la incursión de Israel y Estados Unidos. Habló de municiones dañadas y posible radiación. ¿Qué información puede darnos al respecto? ¿Fueron más dañado de lo que Teherán dijo en un principio?
– Sí, yo tengo un contacto permanente con el canciller Aragchi y conozco perfectamente cuál es la situación en Irán. Los ataques que se sucedieron en la República Islámica de Irán en el mes de junio han sido muy graves, muy serios y tenemos una idea muy acabada dentro del organismo de lo que ha sucedido en Isfahán, en Natanz y en Fordow. He visto las declaraciones del canciller. El OIEA tiene perfecto conocimiento de cuál es la situación en cada uno de estos lugares y tiene los medios y las capacidades técnicas de trabajar en estos lugares. Los niveles de radiación en los mismos son muy bajos. Tenemos una lectura muy exacta de lo que sucede en estos lugares y de todas maneras los inspectores en lugares muy puntuales, y me refiero a lugares donde hubiese impactado alguna munición o donde pudiese haber material radiactivo esparcido, pueden trabajar perfectamente con equipo de protección. Así que no vemos en eso un impedimento.
– Teherán llegó a amenazarlo públicamente y a acusarlo de haber sido en parte responsable del ataque israelí de junio pasado. ¿Pudo restablecer las relaciones con el régimen chiíta?
– Bueno, sí, efectivamente, más allá de las amenazas que naturalmente lamento y que han sido realmente lamentables y con las que no coincido, obviamente, por las acusaciones que ha habido de parcialidad y mucho más, inclusive de que el organismo Internacional de Energía Atómica ha tenido una especie de colusión o connivencia con el uso de la fuerza, no, nada más alejado de la realidad. Pero más allá de eso, justamente el diplomático y la labor diplomática exige paciencia, exige perseverancia, exige muchas veces discreción y puedo asegurarle que tengo contactos permanentes al más alto nivel con el Gobierno de Irán.
– Estados Unidos propuso un plan de paz entre Ucrania y Rusia que pareciera tener algún grado de aceptación entre las partes o al menos las partes parecerían estar más cerca de acordar. Sin embargo, seguramente sigan existiendo lugares sensibles como Zaporizhia. ¿Cómo imagina el trabajo allí una vez que la invasión finalice?
– Sí, efectivamente, el plan presentado por los Estados Unidos de más de veinte puntos está siendo objeto de análisis por parte de Ucrania, en primer lugar, por parte de la Unión Europea, la coalición de varios líderes en torno al presidente de Francia. En fin, hay muchas instancias donde se está debatiendo esto, de modo tal que no ingresaría en eso. Sí lo que está claro es que la situación de la planta nuclear de Zaporiyia, seis reactores, seis, seis gigavatios de potencia instalada en la zona del frente es una situación especial. El Organismo Internacional de Energía Atómica, que desde el 1.º de septiembre de 2022 ha establecido una presencia permanente en la planta es un referente indispensable de la comunidad internacional, porque somos nosotros, más allá de lo que afirma Rusia, que es la potencia que está administrando la planta en este momento, o Ucrania que es la propietaria original de la misma, el Organismo Internacional de Energía Atómica es la voz de la comunidad internacional y, por lo tanto, en cualquier tipo de arreglo, y hay distintas alternativas, distintas hipótesis que se están manejando, la de compartir la energía que se produzca y otras, va a tener un papel esencial, en primer lugar, en gerenciar, si existe esa posibilidad y con el acuerdo de las partes, un esquema colaborativo. Pero -y en particular y muy importante- tener una capacidad de hacer una evaluación de la seguridad tecnológica y física del material nuclear y de la instalación antes de su relanzamiento definitivo.
– Dr. Grossi, usted fue uno de los pocos que pudo entablar conversaciones face to face con Vladimir Putin. ¿Cómo fueron esos encuentros y cómo definiría al jefe de estado ruso?
– El diálogo con todos los líderes, y en particular con los líderes que tienen una responsabilidad central en conflictos, es un deber del jefe de un organismo internacional. Y lo será en las Naciones Unidas también. De modo tal que mi diálogo con el presidente Zelenski y con el presidente Putin es un prerrequisito indispensable para cualquier acción efectiva de mi parte. Sé que en algunos lugares, cuando inicié mi diálogo con el presidente Putin, esto era visto con recelo y hasta con críticas. Pero le puedo decir, por ejemplo, que muchos de esos que me criticaban, hoy por hoy dicen: Bueno, suerte que existe alguien que mantiene un diálogo. Esa es la índole de la diplomacia. El que no entiende esto, no entiende cuál es el herramental y el procedimiento de la diplomacia. Mis encuentros con el presidente Putin han sido de un enorme respeto y de un enorme profesionalismo. Yo estoy ahí cuando hablo con él para analizar conjuntamente con él, para escucharlo, para tener la oportunidad de expresarle yo mi pensamiento y para analizar cuáles son las opciones técnicas para la solución de un problema. De esa manera se abordan los problemas y se aportan las soluciones.
– Estos días estuvo de gira por Asia, visitó Filipinas. El Estrecho de Taiwán es un lugar sensible y los actores que allí se expanden armamentísticamente son potencias tecnológicas y militares. ¿Cuál es su opinión al respecto? ¿Considera que pudiera haber un estallido en los próximos tiempos?
– Sí, acabo de regresar de Filipinas, un país importantísimo, en donde, como en toda esa región, como está sucediendo en Tailandia, en Singapur, en Malasia, también en Indonesia, hay un enorme interés de volcarse a la energía nuclear que hasta ahora no ha sido explotada en esa región. Y esto se da con el telón de fondo de una situación de crecimiento en la tensión en todo el Indo-Pacífico, la situación en el mar de la China, la situación en Taiwán, obviamente, el desarrollo de capacidades de submarinos nucleares en Australia, probablemente en Corea del Sur. Todos estos son indicadores de un foco de atención estratégica, por lo menos, y naturalmente también no dejamos de percibir las tensiones que allí suceden. Esto va a ser esta zona, es ya y va a ser claramente una zona de especial atención y tarea diplomática para el próximo secretario general.
– Europa, Estados Unidos, Asia, Medio Oriente… incluso países latinoamericano están armándose como hacía décadas no ocurría. Hay una nueva carrera armamentística. ¿Cree que se está ante un escenario pre bélico mundial? ¿Evitar escenarios de guerra será su máximo objetivo como Secretario General de la ONU?
– Coincido totalmente. Creo yo que, y es por esto que mi plataforma para la Secretaría General incluye y comienza diciendo que las Naciones Unidas tienen que acordarse de para qué fueron creadas. Fueron creadas para mantener la paz y la seguridad internacional y para evitar el escándalo y la miseria de la guerra. Y estamos en un momento donde la agenda internacional es una agenda internacional dura, es una agenda de conflicto, es una agenda de tensión. Las Naciones Unidas podrán quizá no solucionar todos los problemas, pero claramente deben atender a todos esos problemas y no mirar para el costado. Y es allí donde el Secretario General puede hacer una diferencia. Y yo trataré de aplicar, de ser elegido, la misma metodología, la misma aproximación activa de respeto, pero de involucramiento y de iniciativa constante a la solución de los conflictos internacionales a los que me deba enfrentar.
– Por último, un gran desafío para las autoridades mundiales en los próximos años será cómo adaptar la economía y a la sociedad en su conjunto ante la irrupción de la Inteligencia Artificial que ya está reestructurando la economía mundial. ¿Cómo imagina ese futuro que ya está entre nosotros?
– Su pregunta es muy oportuna. Fíjese que la semana entrante, la primera semana de diciembre, el Organismo Internacional de Energía Atómica organiza en Viena la primera conferencia internacional sobre inteligencia artificial y energía nuclear. Esto porque la inteligencia artificial está generando niveles de consumo energético, eléctrico, que en pocos años más van a parecerse a todo el consumo energético, por ejemplo, de una economía desarrollada y sofisticada como la de Japón. La inteligencia artificial está entre nosotros. No es una cuestión de futuro o una perspectiva posible. Toda la maquinaria económica mundial está impregnada de inteligencia artificial. Las actividades bancarias, económicas, comerciales… Más allá de que los usuarios estén o no al tanto de eso, están dependiendo de operaciones financieras, de exportación, de comercio, de flujos de capitales que son dependientes de centros de datos y de bases de datos. De modo tal que la inteligencia artificial es una realidad que está entre nosotros y que está reestructurando la economía mundial. Hay algunos que inclusive comienzan a preocuparse acerca de la posibilidad de que la inteligencia artificial, así como es un elemento de crecimiento, pudiese también ser un factor disruptivo. Yo soy, en lo particular, una persona históricamente favorable a la tecnología. Creo que la tecnología y los desarrollos tecnológicos en materia de energía y en todas las otras disciplinas han sido siempre factores de progreso, de avance de la dignidad humana y del bienestar para todos. Y creo que la inteligencia artificial también lo es. Las autoridades mundiales, como usted sugiere en su pregunta, deberán trabajar en esa adaptación. Y en este sentido, las Naciones Unidas van a tener que trabajar en estrecha coordinación y no competencia con los organismos financieros internacionales, las así llamadas instituciones de Bretton Woods, el Banco Mundial, el presidente del Banco Mundial, Ajay Banga que es un gran amigo y una persona esclarecida; el Fondo Monetario Internacional, la Corporación Financiera Internacional, los Bancos Regionales de Desarrollo, son todos instrumentos que debemos potenciar conjuntamente con las Naciones Unidas, con una visión no ideológica, sino práctica. Este es el gran desafío a futuro.