Dritan Gjika, ciudadano albanés de 47 años, fue detenido el 26 de mayo de 2025 en Abu Dabi, Emiratos Árabes Unidos. Las autoridades ecuatorianas lo consideran uno de los principales articuladores de una organización delictiva transnacional que operaba desde Ecuador y tenía conexiones con varios países europeos. Su captura fue posible gracias a una operación conjunta entre la Interpol de Ecuador y su homóloga en Emiratos, con respaldo de entidades europeas de lucha contra el crimen organizado.
Con dos notificaciones rojas activas por delitos relacionados con narcotráfico, blanqueo de capitales y crimen organizado, Gjika era uno de los fugitivos más buscados por las autoridades ecuatorianas. La red que dirigía está asociada a la mafia albanesa, una estructura criminal que ha ganado espacio en América Latina, utilizando Ecuador como plataforma de salida de cocaína hacia Europa, principalmente hacia puertos en España, Bélgica y Países Bajos.
Según registros migratorios, Gjika ingresó por primera vez a Ecuador en 2009. Con el tiempo, y de forma discreta, comenzó a operar en el país. Una de sus estrategias consistía en ocultar las ganancias del narcotráfico detrás de empresas legalmente constituidas. Investigaciones en curso han revelado que varias compañías fueron creadas a su nombre o en conjunto con socios ecuatorianos, en un solo día de 2021. Estos negocios, que incluían actividades tan dispares como la comercialización de carne y el turismo, habrían funcionado como fachadas para el lavado de activos.
Uno de sus principales aliados en Ecuador fue Rubén Cherres, un empresario guayaquileño vinculado a círculos políticos –amigo del cuñado del expresidente Guillermo Lasso sentenciado por delincuencia organizada– y asesinado en marzo de 2023. Documentos judiciales y registros mercantiles confirman que Gjika y Cherres crearon simultáneamente una decena de empresas, lo que levantó alertas en las unidades especializadas de la Fiscalía. Fotografías y otros elementos recabados por investigadores demuestran su cercanía y el grado de colaboración en operaciones presuntamente ilícitas.
Las autoridades ecuatorianas colocaron a Gjika en la cúspide de una red jerárquica compuesta por ciudadanos de distintas nacionalidades, encargados de tareas logísticas, operaciones de tráfico y mecanismos de corrupción portuaria. El grupo habría utilizado el método conocido como “gancho ciego” para introducir droga en contenedores de exportación, modificando los sellos después de las revisiones oficiales sin dejar rastro visible.
El 6 de febrero de 2024, se ejecutó una operación binacional entre Ecuador y España que incluyó más de 50 allanamientos simultáneos en ambos países. Fue una de las acciones más amplias contra el crimen organizado vinculada al caso denominado “Pampa”. Aunque más de 30 personas fueron detenidas, Gjika logró escapar, y se supo después que había salido del país en enero de 2023 rumbo a Turquía, iniciando una fuga que lo llevó por distintos destinos hasta su arresto en Emiratos.
Esa operación permitió identificar la magnitud de la estructura que lideraba: no solo se trataba de narcotráfico, sino de una red que había penetrado sectores empresariales y contaba con nexos estratégicos, incluso dentro de terminales portuarias. En enero de 2025, un tribunal ecuatoriano condenó a catorce miembros de esta organización por delitos de delincuencia organizada, aunque el proceso contra Gjika no pudo avanzar entonces por su condición de prófugo.
Mientras tanto, en Albania, su país de origen, no existen antecedentes penales registrados a su nombre. Esto ha sido interpretado por expertos como una señal de que gran parte de sus operaciones criminales fueron desplegadas en el extranjero. Algunas fuentes de seguridad lo vinculan con el clan albanés conocido como Kompania Bello, uno de los más activos en el tráfico de cocaína desde América del Sur hacia Europa. Otro miembro de ese grupo, Dritan Rexhepi, fue detenido previamente en Ecuador y aunque escapó del país, luego fue capturado en Turquía.
La detención de Gjika en Abu Dabi ha sido calificada como un golpe importante contra las estructuras del narcotráfico internacional que operan desde Ecuador. El Ministerio del Interior ha anunciado que el proceso de extradición ya está en marcha y se espera que el acusado sea trasladado a territorio ecuatoriano para responder ante la justicia por los delitos que se le imputan.
Las autoridades han advertido que el caso Pampa continúa en fase de investigación, con nuevas líneas abiertas para esclarecer el alcance de la red y las posibles conexiones institucionales que le permitieron operar durante más de una década en el país.