El mundo River Plate se vio sacudido tras la confirmación de una noticia que trastocó por completo los planes de Marcelo Gallardo en el Mundial de Clubes. La lesión de Sebastián Driussi, su referente ofensivo, obligó a pensar en alternativas inesperadas y puso el foco sobre un nombre hasta ahora desconocido para la mayoría: Bautista Dadín.
Con apenas 19 años y sin haber firmado contrato profesional ni debutado en Primera, el delantero oriundo de Balcarce pasó de ser promesa de Reserva a posible solución de emergencia para el ataque.
La baja de Driussi -se confirmó tras los estudios médicos que padece un esguince severo en el ligamento interno del tobillo izquierdo– cambió el mapa de opciones en el frente de ataque millonario. La gravedad de la situación se hizo evidente desde la propia voz del jugador: “Me rompí todo”, expresó el delantero tras su gol ante Urawa Red Diamonds. Las imágenes en el Lumen Field de Seattle mostraron su incomodidad al abandonar el campo, y luego se confirmaría que quedaría fuera al menos entre uno y dos meses.
Esta situación inesperada forzó a Gallardo y su cuerpo técnico a buscar soluciones dentro del plantel que viajó rumbo a los Estados Unidos para disputar el certamen internacional. El entrenador reconoce que el siguiente compromiso, el duelo frente a Monterrey en el Rose Bowl de Pasadena, representa una verdadera final: “Si ganamos aseguramos la clasificación, pero un resultado adverso nos complicaría”, advirtió el DT en conferencia.
Ante semejante escenario, la elección del reemplazante no es menor. El colombiano Miguel Borja, que ingresó por Driussi tras su lesión, aparece como la opción natural por rodaje y experiencia. Sin embargo, ante la escasez de variantes, surgió un nombre inesperado: Bautista Dadín, a quien el cuerpo técnico incluyó en la lista de convocados para el Mundial de Clubes.
Dadin, nacido el 20 de mayo de 2006 en Balcarce, provincia de Buenos Aires, comenzó su historia en River en 2017. La oportunidad surgió cuando fue observado en una prueba en su club local, Los Patos, y posteriormente fue invitado a disputar un amistoso ante Defensores de Belgrano. Aquella actuación, y otra más ante Estudiantes, promovieron su ingreso a las infantiles del club millonario en 2018. Desde entonces, conformó el recorrido habitual de las divisiones menores, pero con una particularidad: su rendimiento en 2024 fue tan alto que saltó directamente de la Quinta a la Reserva, sin pasar por Cuarta. En la última temporada anotó 24 goles en la Quinta División, y actualmente suma 7 tantos en 15 encuentros como máximo goleador de la Reserva.
No fueron solo los números los que pusieron a Dadín bajo la lupa del primer equipo. Su perfil futbolístico también atrajo la atención del cuerpo técnico: se caracteriza por ser un delantero técnico, capaz de ocupar todo el frente de ataque, moverse entre líneas, presionar alto y definir con ambos perfiles.
Según propios testimonios del jugador, admira y trata de emular los movimientos de Julián Álvarez, otro producto de la cantera riverplatense y hoy figura internacional. “Hizo el mismo camino que yo en pensión e inferiores. Es delantero, tiene características parecidas a las mías y lo miro mucho”, comentó Dadín, quien se ve reflejado en su referente. “Diagonales y todos los movimientos que hace, trato de copiarlos”, añadió en una entrevista con La Página Millonaria.
Pese a la proyección que despierta, el caso de Dadín tiene algunos matices inusuales. Todavía no rubricó contrato profesional con River, condición que no es habitual para un juvenil que baraja chances de debutar en una instancia internacional tan exigente. El club, consciente del posible interés externo y la proyección del jugador, ya planifica blindarlo tras el torneo. Según trascendió, la dirigencia buscaría firmar un vínculo de extensión al menos hasta diciembre de 2027 e incluir una cláusula de rescisión elevada, que rondaría los 30 millones de dólares.
La posible irrupción de Dadín obedece tanto a sus condiciones futbolísticas como al difícil panorama de bajas en la ofensiva millonaria. Agustín Ruberto sigue en recuperación de una rotura de ligamentos cruzados y Gonzalo Tapia, atacante chileno fichado como apuesta tras su paso por Universidad Católica, suma escasos minutos desde marzo y no logró consolidarse.
Con Driussi fuera del terreno de juego, Gallardo debe resolver cómo reemplazar a su principal referente ofensivo. La opción más directa parece ser Borja, quien fue el elegido para ingresar tras la lesión en Seattle. El delantero colombiano, que tendría sobre la mesa una oferta de Tigres de México (su vínculo finaliza a fin de año), permaneció buena parte del semestre como suplente, pero este contexto le brinda una oportunidad inmejorable para volver a ser protagonista como eje de ataque.
Otra posibilidad consiste en modificar el esquema táctico, sumando un mediocampista y rediseñando los puestos en el frente de ataque. En esta alternativa, Facundo Colidio pasaría al puesto de centrodelantero, posición que no le es ajena y donde ha demostrado versatilidad y condiciones goleadoras a lo largo del año. Si se opta por esta variante, Maxi Meza asoma como una opción para reforzar el mediocampo.
Existe además la chance de mantener la estructura habitual y colocar a Colidio como “9”, delegando la banda izquierda a alguno de los futbolistas que suelen entrar como relevos: Manuel Lanzini, Pity Martínez, Matías Rojas o el juvenil Ian Subiabre.
El interrogante se develará este sábado, cuando River Plate juegue su trascendental compromiso ante Rayados de México, desde las 22 en Los Ángeles (antes, a las 16, Inter chocará contra Urawa Red Diamonds). Luego, el miércoles, cerrará su participación en la fase de grupos ante el equipo italiano, nuevamente en Seattle.