Algunas bromas pueden incluir temas sensibles que no provocan risa para todos. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Se le conoce como humor a una expresión compleja de la experiencia humana que combina emociones, pensamientos y percepciones para generar una respuesta de risa o entretenimiento. A menudo surge de situaciones inesperadas, juegos de palabras, ironías, contradicciones o absurdos que rompen con las expectativas habituales.

En el ámbito social, el humor desempeña un papel importante al facilitar las interacciones humanas, reducir tensiones y fortalecer vínculos. Funciona como un lenguaje que permite establecer complicidades, desafiar normas de manera inofensiva y, en algunos casos, abordar temas difíciles desde una perspectiva más llevadera.

Sin embargo, aunque el humor y por ende las bromas suelen ser una actividad muy humana, también hay personas que suelen ser poco susceptibles a las bromas y prefieren ambientes más tranquilos y con mentalidad seria, casos que han sido investigados por la psicología para explicar esta conducta.

¿Por qué no a todos les gustan las bromas?

El sentido del humor suele variar dependiendo el contexto y la cultura.

De acuerdo con una prueba psicológica publicada en el Manual Profesional de Personalidad NEO (NEO-PIR) que a una persona no le gusten las bromas puede estar relacionado con diversos factores psicológicos, emocionales, sociales o incluso culturales entre los que destacan los siguientes:

Introversión: las personas introvertidas, según la teoría de los rasgos de personalidad de Eysenck o el modelo de los Cinco Grandes (Big Five), tienden a ser más reservadas y menos proclives a disfrutar de interacciones sociales espontáneas, como las bromas. Pueden percibirlas como invasivas o incómodas, especialmente si son el centro de atención.

Baja tolerancia a la ambigüedad: algunas personas con rasgos de personalidad rígida o alta necesidad de control (por ejemplo, en el espectro de la personalidad obsesivo-compulsiva) pueden encontrar las bromas desconcertantes, ya que implican un elemento de incertidumbre o sorpresa.

Traumas o experiencias negativas: si alguien ha sido víctima de bullying, burlas o humillaciones, las bromas pueden desencadenar recuerdos de estas experiencias, generando rechazo o ansiedad. Esto se explica mediante el modelo de condicionamiento clásico, donde un estímulo o broma se asocia con una respuesta negativa.

Ansiedad social: las personas con ansiedad social pueden evitar situaciones que impliquen bromas porque temen ser juzgadas, ridiculizadas o no saber cómo responder. Las bromas, especialmente en grupo, pueden percibirse como una amenaza a su autoestima o imagen social.

Diferencias en el sentido del humor: el sentido del humor varía según la persona y está influenciado por factores culturales, sociales y psicológicos. Según la teoría del humor desarrollada por el psicólogo canadiense Rod A. Martin, hay estilos de humor adaptativos y desadaptativos. Alguien que no disfruta las bromas puede estar más inclinado a percibirlas como agresivas o inapropiadas.

Beneficios de reír para la salud

La convivencia social suele traer beneficios para la salud.

Aunque el humor pueda ser diferente entre distintas personas, un artículo del sitio especializado en salud Mayo Clinic menciona que reír es una de las actividades más sanas para el cuerpo humano ya que brinda los siguientes beneficios:

Estimula muchos órganos: la risa mejora la toma de aire con alto contenido de oxígeno, estimula el corazón, los pulmones y los músculos, y aumenta las endorfinas que se liberan en el cerebro.

Activa y reduce la respuesta al estrés: la risa desenfrenada enardece los ánimos y luego reduce tu respuesta al estrés, y puede aumentar y luego disminuir la frecuencia cardíaca y la presión arterial.

Calma la tensión: la risa también puede estimular la circulación y ayudar a relajar los músculos, lo cual puede ayudar a reducir algunos de los síntomas físicos del estrés.

Mejora el sistema inmunitario: los pensamientos negativos se manifiestan en reacciones químicas que pueden afectar el cuerpo al generar más estrés en su sistema y disminuir su inmunidad. En cambio, los pensamientos positivos pueden liberar neuropéptidos que ayudan a combatir el estrés y las enfermedades potencialmente más graves.

Alivia el dolor: la risa puede aliviar el dolor al hacer que el cuerpo produzca sus propios analgésicos naturales.