En la señalización vial, la forma y el color buscan comunicar tanto como el símbolo. Por eso, cuando una figura inusual aparece en la ruta —como en este caso un auto que se encuentra atravesado por líneas negras horizontales, dentro de un triángulo rojo— despierta la intriga de muchos conductores al no ser uno de las señales más frecuentes.
El origen de estos nuevos carteles tiene implicancias directas en la seguridad al volante. Lo que busca esta nueva señal preventiva es advertir sobre la posible presencia de niebla densa en el trayecto, una condición que puede reducir drásticamente la visibilidad y aumentar el riesgo de siniestros, especialmente en zonas donde el fenómeno meteorológico se presenta de forma repentina o frecuente.
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Si bien en su diseñada intenta ser clara, también debe buscar cierta disrupción o característica que llame la atención de los conductores. La señal muestra un auto negro parcialmente cubierto por franjas horizontales, un recurso gráfico que busca sugerir interferencia visual. Además, está enmarcada por un triángulo de borde rojo, el formato universalmente reconocido para las advertencias viales.
Este tipo de cartelería suele instalarse en regiones con antecedentes de niebla espesa, como rutas serranas, corredores cercanos a ríos, lagos o valles, donde la condensación del aire puede producirse de forma repentina y sin previo aviso de los servicios meteorológicos.
Cómo actuar ante esta señal
El sentido de esta advertencia busca preparar al conductor antes de que atraviese una zona crítica. Al observarla, se recomienda:
- Reducir la velocidad de forma gradual, sin frenadas bruscas.
- Encender las luces bajas; las luces altas están contraindicadas en niebla, ya que empeoran la visibilidad.
- Aumentar la distancia de seguimiento con el vehículo de adelante.
- Evitar adelantamientos o maniobras imprevistas, ya que la percepción del entorno se ve comprometida.
Este tipo de señales pertenece al grupo de las preventivas, cuyo objetivo es advertir sobre riesgos eventuales relacionados con el entorno, como animales sueltos, pendientes pronunciadas o condiciones climáticas adversas. En este caso, la niebla.
La incorporación de este símbolo responde a la necesidad de uniformar criterios viales ante fenómenos que, si bien no son nuevos, se han vuelto más frecuentes o impredecibles en ciertas regiones.
Si bien la incorporación de nuevas señales siempre implica un período de adaptación, su efectividad depende tanto de su visibilidad como de la comprensión de quienes transitan las rutas. Por eso, especialistas en seguridad vial recomiendan mantenerse actualizado con los símbolos vigentes y sus significados, un conocimiento que puede marcar la diferencia entre prevenir o protagonizar un incidente.
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Esta señal puede aparecer principalmente en rutas de montaña, zonas húmedas o regiones donde los bancos de niebla son habituales, como algunos tramos de la Ruta Nacional 7, la 40 o la 38, entre otras.