Este concepto es mucho más que una tendencial, es la carta de presentación digital de toda una generación (Imagen Ilustrativa Infobae)

El término “aesthetic”, viene articulando desde hace años una tendencia que trasciende el buen gusto visual para transformarse en una actitud vital y cultural en el entorno digital, especialmente en redes sociales como Instagram, Pinterest y Tumblr, según la Universidad Europea Creative Campus.

Vivir en modo aesthetic implica seleccionar cuidadosamente paletas cromáticas, composiciones y elementos visuales que evocan placer, nostalgia o armonía.

Los colores pastel, el minimalismo, el uso de filtros homogéneos, referencias vintage y la integración de naturaleza o cultura pop configuran los pilares de esta corriente, según Forbes

La decoración, la moda y hasta la rutina diaria encuentran sentido estético en la cultura digital de hoy (Imagen Ilustrativa Infobae)

A diferencia de los estilos o subculturas clásicos, el aesthetic se distingue por su apertura a múltiples interpretaciones individuales y por evitar definiciones rígidas.

Según una investigación de los sociólogos Guilherme Giolo y Michael Berghman citada en Cosmopolitan, la estética digital se construye principalmente en línea, permitiendo a cada usuario articular una “atmósfera subjetivamente definida” que responde tanto a sus gustos como a su estado de ánimo o aspiraciones.

Así, el aesthetic en redes sociales se manifiesta como una experiencia visual coherente que puede ir desde la elección de ropa y accesorios hasta la decoración del hogar o la edición de imágenes y videos.

En Instagram, la coherencia visual puede marcar la diferencia entre sumar seguidores o pasar desapercibido (Imagen Ilustrativa Infobae)

Adoptar este estilo equivale a curar minuciosamente un feed (donde se muestran las publicaciones en Instagram) con temáticas, colores y tipos de contenido consistentes, proyectando una identidad propia y memorable, según contó la especialista en marketing, Amanda Demeku en Later.

Crear un tablero de inspiración visual, recurriendo a imágenes, texturas o frases, resulta útil para precisar la dirección de un feed o perfil.

Una estrategia clave es mantener coherencia visual en todos los aspectos del perfil, desde la foto de usuario hasta los filtros y tipografías usadas en las historias destacadas.

Amanda Demeku señala que esta cohesión mejora la impresión inicial y ayuda a diferenciarse ante la mirada fugaz de los visitantes.

La curación del contenido resulta esencial para construir esa identidad. En Instagram, por ejemplo, no basta con elegir buenas fotos; es necesario aplicar filtros recurrentes, organizar los elementos visuales con equilibrio y criterio, y mantener una paleta de colores reconocible, según Cosmopolitan.

El fenómeno estético abarca desde minilujos en tiempos de crisis hasta la creación de mitos visuales personales (Freepik)

Elegir inspiración en plataformas como Pinterest permite descubrir variantes dentro del fenómeno aesthetic, desde lo grunge (estilo relajado) hasta el cottagecore (un enfoque más ligado a la naturaleza), pasando por estilos como dark academia, vaporwave o kawaii, todos con reglas visuales y emocionales propias.

Más allá de la imagen, el aesthetic ha permeado estilos de vida y comportamientos digitales. Cosmopolitan revela que para muchos jóvenes, la adopción de una estética específica articula un sentido de pertenencia, funciona como relato identitario y, a la vez, puede servir de refugio ante contextos adversos.

En tiempos de precariedad económica, la tendencia a “romantizar” objetos y momentos cotidianos, transformándolos en placer visual asequible —un café adornado, una habitación iluminada con led, una prenda vintage bien combinada—, responde tanto a una necesidad de belleza como a desafíos materiales.

Sacarle una foto a un café bien presentado y subirla a Instagram es casi un ritual para quienes buscan destacar su estilo aesthetic en las redes sociales (Imagen Ilustrativa Infobae)

No obstante, la crítica de arte española, Marisol Salanova advierte, en una entrevista con Cosmopolitan, sobre la posibilidad de trivializar problemáticas reales a través del filtro aesthetic.

La presencia de departamentos mínimos adornados con luces, por ejemplo, puede terminar disfrazando la precariedad habitacional bajo una falsa idea de bienestar visual, en lo que Salanova identifica como “una vuelta de tuerca a la cultura digital”.

Las parejas jóvenes comparten fotos cuidando cada detalle visual para lograr ese toque aesthetic que arrasa en redes sociales (Imagen Ilustrativa Infobae)

Esta tensión subraya la ambivalencia del aesthetic como fenómeno: herramienta de autoafirmación, pero también posible anestesia ante lo problemático, señalan los diversos testimonios en Cosmopolitan.

Later recomienda prever la composición visual de los posteos, experimentar con modos y temáticas, como el “photo dump” (Collección de fotos), sin edición o el auge de fotos desenfocadas o granulosas, y adaptar el estilo evolutivamente conforme cambian tendencias y preferencias del público.