Santiago Bausili, presidente del Banco Central (EE.UU.). EFE/Lenin Nolly

La volatilidad de las tasas de interés es hoy el nudo de cualquier discusión que intente evaluar la marcha del plan económico de Javier Milei. La licitación de bonos del Tesoro del miércoles 13 y su megavencimiento de $15 billones en manos privadas renovó el 61% de ese dinero, lo que dejó 6 billones sin cubrir.

El ministerio de Economía y el Banco Central reaccionaron de inmediato para que ese dinero no quede “en la calle” y no impacte sobre la inflación ni sobre el dólar. Las medidas, tomadas contrarreloj, no están exentas de generar consecuencias en ámbitos que exceden a los mercados.

La misma noche del miércoles se anunció una nueva licitación para el próximo lunes, para quitar de la plaza los pesos que la licitación anterior le agregó. “Somos muy pragmáticos y no tenemos por qué esperar dos semanas con ese dinero en la calle hasta la próxima licitación. Tenemos las herramientas y las usamos”, dicen en Economía para explicar la urgencia.

El ministerio de Economía y el Banco Central reaccionaron de inmediato para que ese dinero no quede “en la calle” y no impacte sobre la inflación ni sobre el dólar

Al mismo tiempo, el Banco Central también hizo su juego para quitar pesos del mercado. El jueves dispuso la tercera modificación de las últimas semanas del régimen de encajes, la parte de cada depósito que los bancos deben dejar depositado en el Banco Central como resguardo.

El BCRA no sólo volvió a subir los encajes (llegan al 50%); además, elevó las penalidades que tienen los bancos que incumplen la regla. El cómputo de los encajes ya no será mensual sino diario. Y para no caer en esas sanciones, los bancos deberán encajar más dinero, solo por precaución. En suma, otra forma de que haya menos pesos en la calle.

Por encima de eso, también habilitó la posibilidad de que haya más encajes remunerados, es decir, que se puedan aportar en títulos públicos y no en pesos. La diferencia es sustancial, ya que en el primer caso el dinero encajado tiene un rendimiento para los bancos; en cambio, cuando se hace en efectivo la remuneración es cero.

Tasas de interés (Fuente: BCRA)

El BCRA, presidido por Santiago Bausili, completó los cambios ofreciendo a los bancos que integrar sus encajes con bonos del Tesoro únicamente si fueron adquiridos en licitaciones primarias a partir del lunes. El mensaje fue más que claro: traigan los pesos a la licitación de emergencia, llévense los bonos y úsenlos para cumplir con la nueva norma.

Una reunión técnica entre el Central y las cámaras bancarias el jueves por la tarde aclaró dudas sobre la implementación pero no quitó el malestar entre los bancos por una nueva modificación. Desde el desarme de las LEFI, el 10 de julio, hubo cambios en encajes, dos licitaciones fuera de programa, aparición de una “ventana de liquidez”, extrema volatilidad en las tasas y un dólar que escaló 14% en un mes, aunque ya cedió casi la mitad de esa suba. Demasiado, dicen en el sistema financiero.

“Así es difícil planificar la liquidez, justamente lo que nos pidió Bausili cuando eliminaron las Lefi”, explicaron a Infobae en un banco de primera línea. Y resumieron: “Hace una semana nos bajaron 4 puntos los encajes que se pueden integrar en bonos. Fuimos a la licitación, nos devolvieron los pesos y ahora nos suben 5 puntos nuevos de encaje. Y nos embocan con bonos que no nos sirven. Todo, con las tasas a 80%. ¿Qué se puede planificar?”.

Tasas para depósitos en pesos (Fuente: BCRA)

Con las medidas, el Gobierno confirma una vez más su prioridad: que la inflación no supere los niveles actuales, al menos hasta las elecciones. Para eso precisa que no sobren pesos y que el dólar se mantenga quieto o en baja. Por eso también el Tesoro dejará de comprar dólares “en bloque”, tal como anunció el ministro de Economía, Luis Caputo.

“En los bancos hay malestar lógico por el continuo cambio de reglas de juego y por cómo los afecta el cómputo diario de los encajes, que les complica la operatoria y los obliga a ‘sobre reaccionar’, a guardar más plata. Eso genera un costo. Y el costo del dinero es la tasa de interés”, explicó el economista Christian Buteler.

En ese punto, la explicación del Gobierno responde a la necesidad de que, tal como repite el presidente Javier Milei a menudo, los bancos ahora vuelvan a trabajar de bancos. “En el fondo, el malestar tiene que ver con que tuvieron que dejar de prestarnos plata a nosotros y se tienen que poner a analizar carpetas de crédito”, señalaron en un despacho oficial.

El precio de estabilizar y los mantras

Los múltiples movimientos del equipo económico para calmar la volatilidad en el mercado chocan además con el discurso oficial y sus dos mantras:

  1. El dólar flota
  2. La tasa es endógena y se decide por la oferta y la demanda.

La contracara de la estabilidad del dólar y la inflación (quedan dos anuncios de IPC antes de las elecciones de octubre) será una tasa más alta que impactará en el crédito y, con ello, en la actividad.

Las tasas suben para todos: para el ahorrista, que le escapa al dólar tentado con un plazo fijo al 44% anual como ofrece el Banco Nación, pero también para una pyme que debe pagar 80% por un adelanto en cuenta corriente. Hace un mes pagaba menos de la mitad.

“La suba de tasas ya no es un tema estrictamente de activos financieros, ya comenzó a trasladarse al mercado de crédito y, por esa vía, a la economía real,” resumió un informe de la consultora Outlier, que también destacó que son “objetivos electorales de corto plazo” los que impulsaron las decisiones de los últimos días.