Megan Danczyk, ingeniera química principal de Aspiring Materials, sostiene una cucharada de hidróxido de magnesio (Crédito: Aspiring Minerals, publicado en Spectrum)

Un grupo emprendedor neozelandés ha transformado la visión sobre un mineral tradicionalmente relegado a un papel secundario en la industria minera. El olivino, históricamente utilizado en aplicaciones limitadas como la fabricación del peridoto semiprecioso, como piedra para saunas finlandesas o sustituto de la dolomita en acerías, ha pasado a convertirse en una prometedora alternativa para la obtención de metales críticos necesarios para la fabricación de baterías recargables.

Este salto significativo de valor fue impulsado por la empresa emergente Aspiring Materials, que detectó en el olivino una vía potencial para producir hidróxido de níquel-manganeso-cobalto (NMH), un componente central para las baterías de iones de litio utilizadas en vehículos eléctricos y sistemas de almacenamiento de energía.

El avance sobre el olivino responde a una necesidad global apremiante: los mercados internacionales han sentido el impacto de la concentración geográfica en el suministro de minerales esenciales.

Actualmente, el cobalto proviene casi en su totalidad de la República Democrática del Congo, una nación atravesada por conflictos armados, precarización laboral y violaciones a los derechos humanos. Esta situación ha generado preocupaciones éticas y logísticas en países occidentales respecto a la dependencia y la seguridad del abastecimiento.

En lugar de desechar los restos, el proceso canaliza estos líquidos hacia sistemas de electrólisis que permiten alimentar nuevamente las reacciones químicas, cerrando así el ciclo productivo y eliminando la generación de efluentes. - (Imagen Ilustrativa Infobae)

Al mismo tiempo, el níquel se produce mayoritariamente en Indonesia y el manganeso en Sudáfrica, países que también exportan la mayor parte de su materia prima a China, donde se lleva a cabo la refinación. Estas dinámicas han impulsado la búsqueda activa de proveedores alternativos y procesos de obtención más sostenibles, menos susceptibles a crisis geopolíticas y con una menor huella ambiental.

El descubrimiento de nuevas aplicaciones para el olivino cambia el paradigma en la gestión de materiales considerados históricamente como residuos mineros. En operaciones a gran escala, el olivino suele ser extraído y acumulado sin mayor aprovechamiento, vendiéndose ocasionalmente como grava. Aspiring Materials revirtió esta lógica al identificar que es posible lixiviar el mineral para obtener el codiciado NMH mediante un proceso químico que no requiere altas temperaturas ni presiones extremas, y que utiliza energía renovable.

Según una revisión de los métodos y la estrategia de Aspiring Materials publicada en Spectrum, el procedimiento desarrollado consiste en una secuencia de pasos implementada actualmente en una planta piloto en Christchurch, Nueva Zelanda. La innovación arranca con la colocación de arena de olivino en tanques y equipos inspirados en tecnologías propias de la industria láctea.

Allí, el mineral se mezcla con ácido sulfúrico hasta transformarse en una pasta viscosa rica en elementos fundamentales. Posteriormente, múltiples etapas controlan y ajustan el tamaño de las partículas y la temperatura, a la vez que se incorpora una pequeña cantidad de sosa cáustica para completar la reacción. Este proceso genera tres productos principales, todos con valor industrial.

El olivino se convierte en fuente clave para baterías sostenibles gracias a un proceso sin residuos (Fuente: Aspiring Materials)

En primer término, alrededor del 50% del material extraído puede utilizarse como análogo del cemento Portland, con el potencial de convertirse en el insumo de construcción más empleado a nivel global.

En segundo lugar, un 40% de la producción corresponde a un compuesto de magnesio, cuyas aplicaciones superan en valor y utilidad al olivino original.

Por último, el 10% restante consiste en un combinado metálico, donde el 1% tiene la preciada composición de hidróxido de níquel-manganeso-cobalto (NMH), muy demandado en los mercados industriales para la fabricación de baterías recargables de alto rendimiento.

Una de las características más innovadoras de este método reside en la gestión de residuos líquidos. En lugar de desechar los restos, el proceso canaliza estos líquidos hacia sistemas de electrólisis que permiten regenerar el ácido necesario para alimentar nuevamente las reacciones químicas, cerrando así el ciclo productivo y eliminando la generación de efluentes.

De este modo, se configura un ejemplo emblemático de producción circular, en la que materiales originalmente vistos como desecho se convierten en fuentes valiosas y seguras de recursos estratégicos.

Los expertos de Aspiring Materials desarrolla un método innovador para extraer metales críticos del olivino con energía renovable (Fuente: Aspiring Materials)

El modelo planteado por Aspiring Materials repercute en dos grandes frentes: por un lado, ofrece una solución alineada con las crecientes exigencias de sostenibilidad ambiental; por el otro, responde a los desafíos de seguridad e independencia en la provisión de minerales críticos.

Elementos como la utilización de energía renovable, la ausencia de emisiones residuales y la revalorización de materiales abundantes aportan una ventaja adicional para el sector, sobre todo considerando las demandas regulatorias y de consumo responsable impuestas desde mercados internacionales, especialmente en Europa y Norteamérica.

La visión internacional respecto a la producción mineral limpia ha ido cambiando con rapidez. Jim Goddin, especialista que participó en el desarrollo de la Estrategia de Minerales Críticos del Reino Unido en 2023, destacó en diálogo con Spectrum que la utilización de procesos altamente ácidos y complejos, aunque encarezcan el producto final, encuentra cada vez mayor aceptación entre empresas y gobiernos.

La razón principal es que los mercados occidentales, preocupados por su reputación y por el cumplimiento de estándares de sostenibilidad, están dispuestos a asumir costos adicionales a cambio de garantizar trazabilidad, bajo impacto ambiental y ausencia de controversias sociales en la cadena de valor.

El aprovechamiento del olivino mediante el proceso desarrollado en Nueva Zelanda apunta a modificar radicalmente la forma en que se concibe la extracción y el reciclado de minerales para la industria de baterías. No solo ofrece una alternativa tecnológicamente atractiva y comercialmente viable, sino que marca una pauta de responsabilidad ambiental y social que podría volverse tendencia a escala global.