Las proteínas de origen animal son fundamentales porque contienen aminoácidos esenciales y se absorben fácilmente, apoyando el desarrollo y la salud en todas las etapas de la vida. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Las proteínas son nutrientes esenciales compuestos por aminoácidos que cumplen un papel importante en la estructura, función y regulación de los tejidos y órganos del cuerpo humano. Las proteínas de origen animal —presentes en la carne, huevos, pescado y productos lácteos— se destacan por su alta calidad biológica. Tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) coinciden en que estas proteínas contienen todos los aminoácidos esenciales en proporciones adecuadas y presentan alta biodisponibilidad, lo que significa que son fácilmente absorbidas y utilizadas por el organismo. Esto las convierte en un componente clave para una nutrición óptima en todas las etapas del desarrollo humano.

Para la doctora Youmi Paz, gerente corporativa de Nutrición y Proyección Social del Grupo Gloria, la importancia de las proteínas varía según la etapa de vida y su consumo en cantidades adecuadas es crucial para mantener un buen estado nutricional. “En los niños, por ejemplo, las proteínas son esenciales para el desarrollo físico y neurológico, mientras que en adultos y personas mayores ayudan a conservar la masa muscular y la salud ósea”, explica. Subraya también que la educación nutricional desde la infancia es fundamental para mejorar indicadores de salud pública como la anemia y la desnutrición.

A continuación, describimos la relevancia del consumo de proteínas en las diferentes etapas de la vida, con recomendaciones basadas en datos de la OMS y la FAO:

  • Primera infancia (0-5 años):

Durante los primeros años, las proteínas son vitales para el crecimiento físico y el desarrollo cerebral. Contribuyen a la formación de órganos, músculos, tejidos y sistemas esenciales, como el inmunológico. Una deficiencia en esta etapa puede afectar el desarrollo cognitivo y físico a largo plazo, por lo que una alimentación balanceada y rica en proteínas de alta calidad es fundamental. Según la OMS, los niños requieren alrededor de 1.0 gramos de proteína por kilogramo de peso corporal al día.

El consumo adecuado de proteínas ayuda al crecimiento en niños, mantiene la masa muscular en adultos y previene la pérdida de fuerza en la tercera edad. - (Imagen Ilustrativa Infobae)

  • Niñez y adolescencia (6-18 años):

En estas etapas, el cuerpo experimenta un crecimiento acelerado y cambios hormonales importantes. Las proteínas son necesarias para fortalecer músculos, tejidos y huesos, así como para apoyar el desarrollo del sistema nervioso. También aumentan las necesidades energéticas, por lo que una dieta rica en proteínas contribuye a un rendimiento físico e intelectual adecuado. La OMS recomienda aproximadamente 0.85 gramos de proteína por kilogramo de peso diario para adolescentes.

  • Adultez (19-59 años):

Durante la adultez, las proteínas mantienen la masa muscular, reparan tejidos y sostienen el sistema inmunológico. Además, regulan el metabolismo y el transporte de nutrientes. Una ingesta adecuada contribuye a conservar la energía y prevenir enfermedades relacionadas con el desgaste celular. La recomendación de la OMS es de 0.85 gramos por kilogramo de peso corporal al día.

  • Embarazo y lactancia:

En estas etapas, las necesidades proteicas aumentan para apoyar la formación de tejidos maternos y fetales, así como la producción de leche materna, fuente principal de nutrientes para el recién nacido. La OMS recomienda 1.1 gramos de proteína por kilogramo de peso diario para mujeres embarazadas.

La educación nutricional desde la infancia y la guía profesional son clave para asegurar una dieta equilibrada y mejorar la salud pública. (Imagen Ilustrativa Infobae)

  • Tercera edad (60 años en adelante):

En el envejecimiento, el cuerpo pierde masa muscular de forma natural (sarcopenia). Para ralentizar este proceso y mantener la autonomía física, es vital consumir proteínas de buena calidad. También fortalecen los huesos y ayudan a prevenir caídas y fracturas frecuentes en esta etapa, además de favorecer la recuperación tras enfermedades o cirugías. Según la OMS, los adultos mayores requieren aproximadamente 1.0 gramos de proteína por kilogramo de peso al día.

De acuerdo a las fuentes consultadas, garantizar un consumo adecuado de proteínas de origen animal a lo largo de la vida es esencial para el desarrollo físico, la salud inmunológica y la calidad de vida. Estas proteínas aportan aminoácidos esenciales y micronutrientes clave como hierro, zinc, vitamina B12 y calcio, que el organismo aprovecha eficazmente. Frente a la desinformación que puede generar dudas, es fundamental basar las decisiones alimentarias en evidencia científica y fomentar la educación nutricional desde temprana edad. Consultar con profesionales de la salud y diversificar las fuentes proteicas contribuye a mantener una alimentación equilibrada y adaptada a las necesidades de cada etapa vital.