Para David Webb, su debut como árbitro en la Premier League quedará marcado como una pesadilla. El hombre que tenía una buena reputación en la segunda división inglesa y que ya había participado de la elite como cuarto asistente, tenía en su horizonte el estreno como referí principal en la liga más excitante del planeta. Sin embargo, las cosas no salieron como esperaba.
Todo transcurría con normalidad en el partido de la 35a. fecha de la Premier League entre Leicester y Southampton, dos equipos que a falta de tres jornadas ya saben que la próxima temporada jugarán en la segunda división. El local ganaba por 1 a 0 con gol de Jamie Vardy, el histórico artillero, de 38 años. Un centro desde la izquierda del marroquí Bilel El Khanouss fue impactado de zurda por el centrodelantero, a los 16 minutos.
Si hay gol de Leicester, hay gol de Vardy: el bueno de Jamie definió de primera y le rompió el arco a Ramsdale para marcar el 1-0 ante Southampton.
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— SportsCenter (@SC_ESPN) May 3, 2025
Sin embargo, todo se desnaturalizó poco después. Había pasado tres minutos del gol de Leicester y una acción desafortunada terminó con la suspensión momentánea del partido. La pelota estaba en juego en campo de Southampton, que intentaba sortear la presión de su rival para salir en ataque. En ello, el ghanés Jordan Ayew fue con vehemencia a marcar y se encontró en su camino con el árbitro, David Webb, a quien no pudo esquivar y golpeó con el hombro en el rostro. Inmediatamente, Webb se desplomó sobre el césped.
Mientras la pelota seguía en juego y varios futbolistas no se habían percatado de lo ocurrido, Jamie Vardy se acercó a Webb, tomó el silbato y lo hizo sonar para llamar la atención de sus colegas, que se detuvieran las acciones y pudieran entrar los médicos a asistir.
El partido estuvo detenido durante 12 minutos, en los que se intentó reanimar a Webb. Sin embargo, el referí fue tratado bajo el protocolo de conmoción y trasladado para su observación a una sala del King Power Stadium. Tomó su lugar el cuarto árbitro, Sam Barratt.
Sobre el final de la primera etapa, Leicester, dirigido por el neerlandés Ruud Van Nilsterooy, amplió la diferencia con un gol justamente del involuntario villano de esta historia: Ayew. El 2 a 0 no se modificó.