Una vista de Google Maps de lo que era la casa donde vivió Cerati

Ya transcurrió un mes y medio desde que un grupo de obreros que realizaba excavaciones en una obra en construcción sobre la avenida Congreso al 3700 encontró restos humanos justo en el límite con una vieja casona que alquiló Gustavo Cerati entre 2002 y 2003, y el misterio continúa sin resolverse.

A pesar de que los expertos en antropología forense hallaron objetos de importancia para la investigación, todavía no pudieron concretar la identificación del cuerpo, que estaba enterrado en una pequeña fosa.

En este contexto, las fuentes del caso consultadas por Infobae explicaron que el fiscal Martín López Perrando, a cargo de la investigación, ahora se apoya en una pista clave, la cual podría ser determinante para resolver el misterioso caso.

Hace casi dos semanas, los investigadores le habían precisado a este medio que los restos óseos correspondían a “un varón, de entre 20 y 22 años de edad”, una persona que se habría caracterizado por su “contextura desarrollada”, de acuerdo al informe preliminar que elaboró el Gabinete Científico de la Policía de la Ciudad.

Entre 2002 y 2003, Gustavo Cerati alquiló la vivienda lindera al terreno donde aparecieron los restos humanos

También se supo en estos días que estaban muy enfocados, siempre según las fuentes del caso, en los restos óseos, sobre todo para establecer la causa de muerte y ver la posibilidad de una extracción de ADN para cotejar.

Pero ahora, la investigación que encabeza el titular de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional Nº61 se centra en un modelo de reloj calculadora muy popular durante la década de los ‘80, con el cual la víctima fue enterrado dentro de una fosa “bastante chica”: medía 1,20 metro de largo, 60 centímetros de ancho y 40 de profundidad, según habían explicado a este medio.

“Evidentemente, no había mucho tiempo para cavar demasiado”, concluyeron los detectives con los primeros resultados.

Por estas horas, el fiscal Perrando trabaja sobre un reloj digital con calculadora marca Casio, modelo CA 90, lanzado a la venta en 1981 y que se caracterizaba por incluir un juego de disparos especiales con números. Se trataba de un modelo posterior al primer reloj calculadora de la marca, lanzado en 1980, y se destacaba por su robustez y diseño.

El reloj Casio CA 90 fue muy popular en la década de los '80, ya que se caracterizaba por contar con calculadora y un divertido videojuego

Ante este escenario, el hallazgo de este reloj “fija un periodo de tiempo mucho más acotado sobre el óbito”, explicaron las fuentes del caso. Y sobre la data de la muerte, estimaron que habría ocurrido entre 1980 y 1990.

En cuanto al lugar exacto donde apareció el cadáver, las fuentes detallaron que se hallaba justo en la medianera, con el terreno lindero al predio donde se realiza la obra (avenida Congreso 3748), del lado de la casa de dos plantas que se levanta en Congreso 3742.

Esto sirve para esclarecer las primeras versiones, que indicaban que los restos habían aparecido donde alguna vez se levantó una casona que habitó la artista Marina Olmi, la hermana del actor Boy Olmi, y que el músico Gustavo Cerati alquiló entre 2002 y 2003 (Avenida Congreso 3748).

El descubrimiento y la historia del terreno

El hallazgo de restos óseos en una obra en construcción fue informado el 20 de mayo pasado a través de una llamada al 911, que derivó en la intervención a agentes de la Policía de la Ciudad de la Comisaría Vecinal 12 C.

Al llegar al lugar, los policías se entrevistaron con el arquitecto a cargo de la obra, quien relató que los obreros habían encontrado los restos mientras se encontraban realizando tareas de excavación sobre la medianera.

“En un momento dado se desprendió un trozo de tierra de la casa lindera y quedaron a simple vista lo que aparentaría ser restos óseos humanos”, decía el parte oficial de ese 20 de mayo en el que se informaban sobre los hallazgos.

Según relató la artista en declaraciones a TN, la casa le pertenecía desde hacía tres décadas, cuando la compró junto a su ex marido al hijo de una mujer alemana, Olga Schuddekopf. La estructura tenía una arquitectura particular: dos viviendas, una principal al frente y otra detrás, un jardín amplio, una piscina y espacios de trabajo artístico.

Marina Olmi (Facebook)

Pero el inmueble también acumulaba capas de historia anteriores. Antes de la venta, habría funcionado un geriátrico, y mucho tiempo antes, una capilla religiosa y un establo, de acuerdo a los dichos de la ex propietaria.

Esta última referencia cobró relevancia en la investigación, ya que los propietarios de la finca lindera refirieron a la Policía que allí había existido una iglesia llamada “Santa María”, lo que podría vincularse con la presunta antigüedad de los restos hallados.

La propiedad, demolida hace algunos meses, fue testigo de momentos de la vida cotidiana de varias personalidades del mundo artístico. Según se supo, entre 2001 y 2003, Gustavo Cerati alquiló la vivienda mientras Marina Olmi se encontraba residiendo en España. Durante ese tiempo, también frecuentaban el lugar Hilda Lizarazu y Tito Losavio, amigos personales de la dueña.

Si bien los resultados preliminares sugieren una antigüedad significativa, el expediente podría pasar a ser competencia de la Justicia Federal, dado que el hallazgo podría vincularse con hechos anteriores a la creación del Código Penal vigente, o bien con situaciones de interés histórico, religioso o institucional.