El 90% de la población mundial es diestra, una tendencia que atraviesa culturas, épocas y tradiciones según la ciencia (Imagen Ilustrativa Infobae)

En el mundo actual, unas nueve de cada diez personas usan la mano derecha como dominante para actividades cotidianas. Esta proporción predomina en todos los países y culturas, sin que se observe ningún grupo donde los zurdos superen a los diestros.

El fenómeno cruza continentes, idiomas y costumbres. La preferencia por el uso de una mano sobre la otra también está firmemente documentada en la historia y la antropología, pero el motivo real detrás de su origen y persistencia motiva el interés científico desde hace décadas.

Especialistas como Paul Rodway, psicólogo de la Universidad de Chester (Reino Unido), estudian la lateralidad manual y coinciden en que el entorno social puede influir en el desarrollo del hábito.

La preferencia por la mano derecha predomina en todos los países y no existen sociedades donde los zurdos sean mayoría (Freepik)

De acuerdo a Popular Science, en muchas culturas de Asia, África y Medio Oriente, el uso de la mano izquierda llegó a considerarse inapropiado. Familias y maestros ejercieron históricamente presión para reeducar a los niños zurdos, quienes aprendieron a utilizar la derecha. Sin embargo, aún en sociedades que aceptan ambas opciones, la mayoría sigue siendo diestra, lo que sugiere un fuerte componente biológico.

Estudios en neurociencias muestran que la preferencia manual se perfila desde antes del nacimiento. Clyde Francks, genetista del Instituto Max Planck, explica que ecografías en embriones ya detectan que la mayoría de los fetos mueven más el brazo derecho a partir de la décima semana de gestación y que al succionar el pulgar, ya eligen el derecho en el vientre materno.

Estudios en neurociencias revelan que la lateralidad manual se define antes del nacimiento, con fetos que ya muestran preferencia por el brazo derecho (Imagen ilustrativa Infobae)

El papel de la genética y el desarrollo embrionario

Según Francks, la tendencia hacia la derecha se establece en el cerebro antes del nacimiento. Investigaciones actuales identificaron hasta 40 genes relacionados con la lateralidad. Si bien no determinan de forma absoluta si una persona será diestra o zurda, crean condiciones neurobiológicas que propician la preferencia por la mano derecha en gran parte de la población.

En casos de zurdera, los científicos creen que influyen pequeñas variaciones aleatorias en el desarrollo cerebral durante el embarazo. Factores como la concentración de ciertas moléculas en momentos clave pueden inclinar el equilibrio hacia la izquierda sin que intervengan causas claras de ambiente o herencia directa.

Investigaciones genéticas identifican hasta 40 genes relacionados con la lateralidad, aunque no determinan de forma absoluta la dominancia manual (Imagen Ilustrativa Infobae)

Los expertos concluyen que, si bien los genes trazan la tendencia dominante —ser diestro—, la aparición de zurdos representa una variación natural dentro del desarrollo humano. Esta variabilidad se observa también en casos poco frecuentes de ambidiestría, donde la persona maneja ambas manos con igual precisión.

Teorías evolutivas y la ventaja histórica del diestro

La ciencia también estudia la prevalencia del uso de la mano derecha como un rasgo favorecido por la evolución. Paul Rodway sostiene que la habilidad para utilizar herramientas y transmitir destrezas manuales de generación en generación consolidó la diestra dominante durante miles de años.

Hallazgos arqueológicos demuestran que ya hace medio millón de años existía una marcada preferencia por la mano derecha en la fabricación y uso de útiles de piedra.

La presión cultural y educativa en Asia, África y Medio Oriente históricamente buscó reeducar a los niños zurdos para que usen la mano derecha (Imagen Ilustrativa Infobae)

Otra hipótesis apunta al combate entre personas: al enfrentarse dos individuos, un diestro suele atacar el costado izquierdo del oponente, zona donde se sitúa el corazón. En duelos históricos, esta característica habría favorecido la supervivencia porque los diestros tendrían más probabilidades de causar daño letal, incrementando la frecuencia de este rasgo en el tiempo.

Sin embargo, la posición minoritaria de los zurdos pudo brindar ventajas propias. Su escasez hacía sus movimientos menos previsibles en situaciones de conflicto y competencia, tanto en duelos como en deportes de contacto.

Rodway argumenta que esta rareza podría haber ayudado a que la zurdera persista en el registro evolutivo, alcanzando una suerte de equilibrio dinámico dentro de las poblaciones humanas.

Teorías evolutivas sugieren que la habilidad para usar herramientas y la transmisión de destrezas consolidaron la dominancia diestra en la humanidad (imagen ilustrativa infobae)

Cultura, ciencia y el futuro de la lateralidad

La mayoría de la gente es diestra por una combinación compleja de herencia genética y presiones evolutivas. Los hábitos culturales y la educación pueden influir, pero el proceso se inicia antes del nacimiento de forma silenciosa y automática, en el cerebro y los genes.

Según expertos consultados por Popular Science, la proporción global de diestros y zurdos parece estable y obedece a una lógica de equilibrio evolutivo, aunque admite matices según regiones y épocas. Los avances en genética continúan explorando los muchos matices de esta característica humana fundamental, que seguirá despertando preguntas y curiosidad tanto en la ciencia como en la vida cotidiana.