Se proyecta un aumento del 10% en el volumen exportado de granos y subproductos para la campaña 2034/35 (Reuters)

La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) proyectó un incremento del 8% en la producción agrícola para la Argentina hacia 2035, destacando la baja permanente de las retenciones anunciada por el presidente Javier Milei.

Sin brecha cambiaria y con las menores alícuotas de retenciones anunciadas, la producción agrícola argentina proyectada a 2035 sube de 159,3 millones de toneladas a 172,3 millones de toneladas. De esta manera, el campo inyectará USD 28.800 adicionales en el acumulado de los diez años.

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La BCR destacó que la baja de alícuotas y la virtual eliminación de la brecha cambiaria permite que el productor reciba el “dólar cash”, sin retenciones de soja, en “niveles cercanos a máximos desde 2012, equiparables al período 2016-2018”.

El dólar cash es el que recibe el productor sobre el precio FOB (Free On Board o Libre a Bordo). El FOB se refiere al precio que recibe la mercadería puesta en el barco en el puerto de origen, que ya está lista para ser exportada.

“Esta inyección de valor agregado redundará en un incremento del nivel de actividad que excede a la producción primaria ‘per se’”, argumentó la BCR. Y detalló que involucra “más fletes, ventas de insumos, servicios financieros y de intermediación, servicios relacionados al almacenaje y acondicionamiento, mayor actividad para los contratistas rurales, para el complejo agroindustrial y para los prestadores de servicios asociados a la exportación, entre otros”.

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En particular, el incremento en la producción redunda en un aumento del volumen que se proyecta exportar al 2035 del 10% con relación al Escenario Base, ya que para la campaña 2034/35 de 105,6 millones de toneladas que se estimaban despachar de granos y subproductos pasarían a ser 115,7 millones de toneladas, proyectando 10,1 millones de toneladas más.

El cambio de escenario

El sábado pasado, en el marco de la Exposición Rural, el presidente Javier Milei anunció la pronta baja permanente de retenciones aplicados a la carne y a los principales productos agroindustriales.

En particular, para los granos cereales y oleaginosos y sus productos derivados se anunció que las alícuotas para maíz, sorgo, trigo y cebada quedan en 9,5% (los primeros dos estaban en 12% previamente, en tanto que para los cultivos de invierno la baja ya se había anunciado, pero ahora deja de ser temporal para convertirse en permanente). Del lado de las oleaginosas, el complejo girasol cae de 7% y 5% al 5,5% y 4%, mientras que las alícuotas para el complejo soja bajan de 33% y 31% para poroto y subproductos, respectivamente, a 26% y 24,5%.

Foto de archivo: imagen de una cosecha de soja en un campo en Pergamino, en la provincia de Buenos Aires, Argentina. 15 mayo, 2024. REUTERS/Matias Baglietto

“Este cambio de escenario para la producción primaria de granos se suma ya a un cambio en el contexto macroeconómico del país que tuvo lugar en abril de este año cuando se anunció la liberalización parcial del acceso al Mercado Libre de Cambios, que operó en la práctica como una unificación cambiaria, reduciendo la brecha entre el “dólar oficial” y los “dólares financieros” a prácticamente 0%“, explicaron desde la BCR.

La BCR remarcó que este salto en la producción proyectada, acompañado por un mayor volumen exportado, también tendrá efectos positivos en distintas actividades vinculadas a la cadena agroindustrial. Según el informe, el crecimiento no se limita a la producción primaria, sino que abarca una mayor demanda de servicios de transporte, ventas de insumos, servicios financieros, almacenamiento y acondicionamiento de granos, así como también un impulso a la actividad de contratistas rurales y prestadores asociados a la exportación.

En ese sentido, señalaron que la eliminación de distorsiones como la brecha cambiaria y la reducción permanente de retenciones permitirán mejorar la rentabilidad del productor y fomentar una mayor actividad económica en torno al complejo agroexportador. Así, el escenario proyectado hacia 2035 configura un potencial aumento en la competitividad del sector agrícola argentino, con impactos que podrían sentirse en distintas regiones del país, a partir de un mayor movimiento económico vinculado al agro y sus industrias relacionadas.

Con información de NA