En 2022, Abel Tesfaye, conocido mundialmente como The Weeknd, enfrentó un momento crítico en su carrera cuando perdió la voz durante un concierto en el SoFi Stadium de Los Ángeles. Según informa The Guardian, este incidente no fue causado por una lesión física, sino por un ataque de pánico. El episodio ocurrió en medio de una gira por estadios en Estados Unidos y mientras finalizaba la producción de su serie de televisión The Idol, un proyecto que había sido objeto de burlas y críticas. La serie, en la que Tesfaye no solo actuó, sino que también coescribió y coprodujo, se filmó en gran parte en su propia casa, lo que contribuyó a su agotamiento físico y mental.
La noche antes de perder la voz, Tesfaye había estado filmando las escenas finales de The Idol en el mismo estadio, interpretando a su personaje, el manipulador magnate Tedros. Después de realizar un concierto completo como The Weeknd, regresó al set para continuar filmando durante cuatro horas más. Este ritmo frenético de trabajo finalmente le pasó factura. “Siempre podía confiar en subir al escenario para escapar de lo que estaba pasando”, comenta Tesfaye. “Esta fue la primera vez que no pude escapar. Mi cuerpo me decía: no puedes cantar para evadirlo. Tienes que resolverlo”.
Inspirado por esta experiencia, Tesfaye coescribió un thriller psicológico titulado Hurry Up Tomorrow, dirigido por Trey Edward Shults. En la película, Tesfaye se interpreta a sí mismo, un artista que, tras una ruptura amorosa y bajo la presión de su manager, interpretado por Barry Keoghan, pierde el control y su voz se apaga. En su camino, conoce a una fan problemática, Anima, interpretada por Jenna Ortega, y se embarca en una batalla interna inspirada en Carl Jung entre su ego y su inconsciente. Aunque la película está dirigida principalmente a sus fans, presenta imágenes impactantes y una actuación destacada de Tesfaye, quien explora sus propias neurosis.
Con una carrera de 15 años que lo ha consolidado como una de las mayores estrellas del pop, Tesfaye considera que este filme podría marcar el final del proyecto The Weeknd. “Me siento agradecido de poder filmar mi personaje en 35 mm y prenderle fuego”, expresa Tesfaye en una entrevista con The Guardian. “Llega un punto en el que no quieres ser identificado por algo que comenzaste a los 19 años”. A sus 35 años, Tesfaye, hijo de padres etíopes y criado en Toronto, reflexiona sobre su trayectoria y el impacto de su música, que ha estado marcada por temas de narcóticos, trauma y sexo.
The Weeknd y las causas sociales
The Guardian detalla que, a lo largo de su carrera, Tesfaye ha donado millones de dólares a causas en Palestina, Etiopía y otros lugares a través de su fundación filantrópica. A pesar de la imagen hedonista que proyectan sus primeras canciones, el músico se muestra como un anfitrión cálido y reflexivo. En sus inicios, protegido por la era temprana de internet, pudo desarrollar su música sin la presión del escrutinio público inmediato. Sin embargo, al ver imágenes de alta definición de su actuación en Coachella en 2012, se dio cuenta de que necesitaba mejorar y pidió a su agente que le reservara 100 conciertos ese año para perfeccionar su arte.
El éxito de su segundo álbum, Beauty Behind the Madness, lo catapultó al estrellato con temas como “Can’t Feel My Face” y “The Hills”, que alcanzaron el número uno en Estados Unidos. Sin embargo, Tesfaye siempre buscó superar sus logros anteriores, lo que lo llevó a crear álbumes como Starboy y After Hours, este último lanzado en medio de la pandemia de COVID-19 y que se convirtió en un fenómeno global. A pesar del éxito, ha expresado su deseo de explorar nuevas facetas de su vida y su herencia, incluyendo un posible viaje a Etiopía, un lugar que nunca ha visitado.
En cuanto a su futuro, Tesfaye insinua que podría ser el momento de cerrar el capítulo de The Weeknd. “He dicho todo lo que tengo que decir; cualquier misión que tenía a los 18 años, la he cumplido con creces”, afirma. Aunque no ha tomado una decisión definitiva sobre el retiro de su nombre artístico, sugiere que está buscando nuevas formas de expresión y conexión con sus raíces.