Tras más de dos meses de tensión y negociaciones políticas subterráneas, el juez federal Ariel Lijo logró reunir las nueve firmas necesarias en la Comisión de Acuerdos que avalarían su nominación como juez de la Corte Suprema de Justicia, que en marzo de este año había enviado el gobierno de Javier Milei al Senado de la Nación.
Sin embargo, su compañero de ruta en el camino a integrar el máximo tribunal de Justicia, el decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Austral, Manuel García-Mansilla, no tiene la misma suerte y sigue todavía sin alcanzar la mayoría necesaria para obtener dictamen de la comisión que preside Guadalupe Tagliaferri (Pro-Capital).
Esta situación, que obstaculiza la prédica del Gobierno, que exige la aprobación de “los dos o ninguno”, es lo que demora la presentación del despacho con la nominacion de Lijo, paso necesario para que su pliego pueda ser discutido en el recinto del Senado.
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Según pudo reconstruir LA NACION en fuentes de los principales bloques de la Cámara alta, el apoyo a Lijo se compone de la firma de tres kirchneristas, otros tres peronistas díscolos, uno de ellos integrante del bloque Pro, y uno cada uno del oficialismo, de la UCR y de fuerzas provinciales. Los senadores que estamparon sus firmas son el oficialista Ezequiel Atauche (Jujuy), los peronistas disidentes Carlos Espínola (Corrientes) y Juan Carlos Romero (Salta), del bloque Las Provincias Unidas, y Beatriz Ávila (Pro-Tucumán), el radical Eduardo Vischi (Corrientes), el provincial Carlos Arce (Frente Renovador de la Concordia-Misiones) y los kirchneristas Sergio Uñac (San Juan), Claudia Ledesma, esposa del gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, y Lucía Corpacci (Catamarca).
Según confiaron fuentes legilslativas, estas no serían las únicas firmas que tendría el dictamen del juez federal cuando sea ingresado de manera formal en la Comisión de Acuerdos. Se espera que se sumen otras firmas con la intención de evitar que se identifiquen quiénes fueron los primeros en apoyar a Lijo. “La Casta se protege”, explicó un legislador de la oposición dialoguista, reconociendo que el apoyo público al candidato de Milei provoca cierto escozor, sobre todo por los polémicos antecedentes del postulante.
Otra razón que estaría demorando la presentación del dictamen es que Lijo, aunque está muy cerca, no tendría asegurado todavía el voto de los dos tercios de los presentes que se necesitan para darle acuerdo a un juez del máximo tribunal de justicia de la Nación en una sesión en el Senado.
La otra variable, es que García-Mansilla no termina de juntar las nueve firmas, sólo tendría seis, y estaría mucho más lejos aún que exige la Constitución que su compañero de ruta en el camino a convertirse en jueces supremos de conseguir el apoyo en el recinto que exige la Constitución Nacional.
La última y definitiva firma para alcanzar la mayoría en la Comisión de Acuerdos fue la de la kirchnerista Corpacci, quien hoy confirmó de manera pública que puso su firma la semana pasada luego de haber recibido el visto bueno de Cristina Kirchner. También dijo que se lo pidió su gobernador, Raúl Jalil.
Antes, ya lo habían hecho Uñac y Ledesma. Sus firmas llevaban varias semanas en el dictamen, según confirmaron a este diario voceros del bloque de Unión por la Patria que conduce el formoseño José Mayans.
Si bien gran parte de la bancada responde a la expresidenta, las fuentes consultadas por LA NACION coincidieron en destacar que las firmas no forman parte de un acuerdo con el kirchnerismo, sino que las consiguió Lijo por sus relaciones con políticas con el peronismo. “No te confundas, la firma de Corpacci no la consiguió Cristina, no responde a las negociaciones entre (Eduardo) ‘Wado’ de Pedro y (Santiago) Caputo”, explicó un legislador que conoce en detalle el movimiento del expediente en el Senado.
A la firma lógica y obvia del único oficialista de la Comisión de Acuerdos, el jefe del bloque de La Libertad Avanza del Senado, Atauche (Jujuy), hay que agregar la de la tucumana Ávila. Miembro de la bancada del Pro, esta dirigente responde al Partido de la Justicia Social que conduce su esposo y exintendente de San Miguel de Tucumán Germán Alfaro, que mantiene vínculos políticos con el gobernador Osvaldo Jaldo.
En el caso del radical Vischi, el apoyo viene dado por los contactos políticos de Lijo con el gobernador de la provincia de Corrientes, Gustavo Valdés, quien desde un principio se mostró dispuesto a darle su respaldo al juez federal para que se convierta en juez de la Corte.
Sólo demoró la firma de Vischi la decisión del centenario partido de parar la pelota y ver cómo venía el panorama cuando el kirchnerismo anunció, de manera pública y hace ya tres meses, que quería negociar con el Gobierno sus votos a cambio de un lugar en el máximo tribunal para un dirigente elegido por Cristina Kirchner. Fue esta exigencia lo que empantanó el trámite de los pliegos que hasta ese momento parecían marchar viento en popa.
El misionero Arce fue uno de los primeros en poner su rúbrica en el dictamen. Lo hizo casi el mismo día, el 21 de agosto pasado, en el que Lijo se presentó en audiencia pública para defender su pliego ante la Comisión de Acuerdos. Una semana después fue el turno de García-Mansilla. Su respaldo se entiende en que la administración de Hugo Passalacqua es una de las pocas que recibe Aportes del Tesoro Nacional por parte del gobierno de Javier Milei.
El mismo día también estampó su firma el correntino Espínola, quien desde la discusión de la Ley Bases en el Senado entabló una estrecha relación con Santiago Caputo. Los rumores dicen que el senador teje alianzas con los libertarios de cara a la elección de gobernador en la provincia del año próximo.
Por último, el salteño Romero es un declarado antikirchnerista que ha jugado desde el primer minuto a favor del Gobierno en el Senado, tejiendo alianzas y buscando votos para el oficialismo. Nunca le disgustó la postulación de Lijo, pero a mediados de año dijo que firmaba el dictamen si lo hacía el kirchnerismo, lo que finalmente ocurrió.