Las especulaciones se multiplicaron, sobre todo, por el contexto y porque la noche de la apertura de sesiones del Congreso quedó expuesto a la vista de todos que la relación personal y política entre Javier Milei y Victoria Villarruel atraviesa su peor momento. Cada gesto, cada palabra y reacción fue observado con especial atención y la decisión de “borrar” a la Vicepresidenta todo lo posible de la transmisión oficial confirmó un divorcio político sin reconciliación posible.
De todos modos, una de las dudas que habían atravesado a todos los que analizaron los dichos y hechos de la apertura de sesiones fue el motivo por el cual Victoria Villarruel se había puesto en su solapa izquierda una rosa de color negro.
¿Fue un mensaje dirigido a Javier Milei? ¿Fue una cuestión estética? ¿La combinación de blanco y negro tenía en esa flor un detalle o código de vestimenta? Nada de eso.
Hay que aclarar que las especulaciones fueron alimentadas porque, a diferencia del año pasado -cuando Milei llegó al Congreso y fue recibido con un abrazo afectuoso- esta vez la transmisión oficial no mostró el encuentro y solo quedaron algunas tomas con celulares, una de las cuales la vicepresidente subió a su Instagram.
En la versión 2025, después de los desencuentros de todo el año pasado, hubo un apretón de manos frío, sin abrazo, beso ni nada. Tampoco caminaron juntos tomados del brazo, como sí lo hicieron anteriormente.
En este contexto es que Infobae consultó a su equipo de colaboradores sobre si había en esa rosa negra un mensaje dirigido al presidente. De hecho, en las redes sociales, algunos usuarios tejieron hipótesis que terminaron desmentidas.
En diálogo con este medio, la respuesta llegó casi dos días después. No se trató de un código de vestimenta, ni una cuestión estética, sino un mensaje público, pero que no estuvo dirigido al presidente. “Fue un homenaje a las víctimas de la inseguridad de los últimos días”, revelaron en el entorno de la titular del Senado.
La Vicepresidenta tiene entre los temas a los que le presta especial atención la cuestión de la seguridad y la atención a las víctimas de la delincuencia.
Las últimas dos semanas hubo varios casos de enorme impacto público, de hombres, mujeres y hasta niños que perdieron la vida en medio de episodios de inseguridad.
Un informe publicado por Infobae a fin de mes hizo un racconto de los más de veinte casos mortales de inseguridad que se registraron desde principios de año en la provincia de Buenos Aires.
El último, de mayor impacto, fue el que se produjo el 25 de febrero, en Altos de San Lorenzo, La Plata: Kim Gómez, una nena de 7 años, murió por los golpes recibidos, al ser arrastrada varias cuadras, en un vehículo robado por dos menores de edad. La madre de la niña logró escapar del robo, pero su hija permaneció en el interior con el cinturón de seguridad. Los delincuentes (de 14 y 17 años respectivamente), en su fuga, chocaron contra un poste de luz: el cuerpo de la niña fue hallado debajo el auto.
Este último caso desató una crisis política entre el gobierno de Milei y el de Axel Kicillof y empujó a la Casa Rosada a retomar el debate por el proyecto de ley de baja de la edad de imputabilidad. En la noche de la apertura de sesiones, con Villarruel con la rosa negra en su saco, Milei le pidió al Congreso que endurezca las penas y lleve la punibilidad a los 13 años. Fue una rara e involuntaria coincidencia.