La Ley Bases incluyó a Belgrano Cargas en el listado de empresas públicas privatizables. En octubre, desde la Casa Rosada, el Gobierno anunció que iba a avanzar en su privatización. Este sábado, el Ejecutivo dio el primer paso en esa dirección.

“El Presidente Javier Milei acaba de firmar el decreto que da inicio al proceso de privatización total de la empresa Belgrano Cargas y Logística S.A.”, escribió el vocero presidencial, Manuel Adorni, en su cuenta de X. En ese mismo tuit, especificó que el Estado dejará de ser operador de servicios ferroviarios de carga.

La empresa administra el transporte de cargas de las líneas Belgrano, San Martín y Urquiza, y controla el 37% del mercado de transporte de cargas por ferrocarril. El resto está administrado por empresas privadas. Además, cuenta con 4.442 empleados.

La conferencia de prensa del vocero Manuel Adorni y el titular de la Agencia de Transformación de Empresas Públicas, Diego Chaher, en la que anunciaron que el Gobierno iba a privatizar Belgrano Cargas.

La memoria y estados contables de Belgrano Cargas y Logística S.A. indicó que al cierre de 2019, final de gestión macrista, la empresa tenía 1168 empleados que, al sumar a los trabajadores que absorbió de las líneas San Martín, Urquiza, Belgrano y Tafí Viejo, llegaba a 3939. Es decir, si se comparara esta cifra con la que encontró Milei al llegar al poder, se podría afirmar que la empresa pública incorporó a 122 personas por año (uno cada tres días) durante la administración massista al frente del transporte en el Gobierno de Alberto Fernández.

Según el Ministerio de Economía, Belgrano Cargas recibió transferencias del Gobierno equivalentes a $45.900 millones, hasta el tercer trimestre del año pasado, fecha de corte de los últimos datos oficiales. Así logró revertir los números rojos y alcanzó un superávit financiero de $4.381 millones.

Hasta el momento de publicación de este artículo se desconocen mayores detalles del decreto anunciado. Es decir, si incluirá a quiénes se les van a transferir las acciones de esta empresa.

Pese a eso, el cronómetro ya empezó a correr para que Belgrano Cargas salga del grupo de compañías ferroviarias estatales, sobre el que la administración libertaria ya ha tomado decisiones. Anteriormente cerró Trenes Argentinos Capital Humano. En paralelo, siguen en pie Trenes Argentinos Operaciones, Ferrocarriles Argentinos y Trenes Argentinos Infraestructura. Estas compañías son las que canalizaron los fondos y tareas correspondientes a la emergencia ferroviaria decretada luego del choque de trenes en Palermo, en mayo del año pasado.

A propósito de la privatización del Belgrano Cargas, el decreto llega en un momento en el que la relación del Gobierno con los gremios ferroviarios no atraviesa su mejor momento. En enero La Fraternidad, sindicato liderado por Omar Maturano, realizó un paro de trenes y adelantó que podría adoptar nuevas medidas de fuerza.

Sin embargo, la privatización del Belgrano Cargas tiene el visto bueno de los sindicatos ferroviarios. O, al menos, del más poderoso: la Unión Ferroviaria. Sergio Sasia, su jefe, mantiene periódicamente reuniones en la Secretaría de Transporte. Sasia se garantizó que en caso de que surja un interesado en la concesión, deberá absorber a la planta de empleados, que es de 4429.

Sasia negocia hoy mano a mano con el Estado por el achique en el sistema ferroviario, donde la gestión libertaria prevé disminuir un 15% los costos y el personal de la Sociedad Operadora Ferroviaria, que emplea a unas 23.000 personas. Este acercamiento a la gestión libertaria le provocó un quiebre en su alianza con los Moyano, que ahora buscan destronarlo de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte. “Si no somos inteligentes, va a quedar marcada una grieta muy fuerte en el movimiento obrero. Nos va a pasar la realidad por encima si no discutimos una actualización laboral”, argumentó Sasia ante LA NACION sobre sus razones por las que aceptó negociar con el Gobierno. No se opone a la privatización de los ferrocarriles. Imagina un sistema mixto y asegura tener coincidencias con los grandes grupos empresarios que gestionan mejoras en el trazado del servicio de cargas.