El presidente francés, Emmanuel Macron, ha presentado oficialmente a sus dos nuevos perros, Jeanne y Jules, que acompañarán al mandatario en el Palacio del Elíseo. Los cachorros, dos pastores Beauceron de Asia Central, han sido recibidos con entusiasmo por sus dueños: el político y su esposa, Brigitte, se han mostrado encantados con sus nuevas mascotas, que se unirán a Nemo, el labrador-griffon que es el fiel compañero del presidente desde que llegó al cargo.
Jeanne y Jules no solo serán mascotas para la familia Macron, sino que también contribuirán a la imagen pública del presidente y su Gobierno. En un momento en que la popularidad de Macron enfrenta altibajos debido a las manifestaciones contra algunas de sus reformas, los nuevos compañeros caninos pueden aportar una dosis de ternura que humanice la figura presidencial, según señalan algunos analistas políticos en Francia. El contacto de Macron con los perros ha sido valorado por muchos ciudadanos, quienes ven en estos gestos una muestra de cercanía y empatía.
El pasado 5 de noviembre, se presentó a los dos galgos mediante un vídeo de Tiktok. Los animales han sido ofrecidos por el presidente de Kazajistán, en un regalo que le entregó en su visita diplomática en París. “Es un símbolo de una cálida amistad”, subrayaron los mandatarios en las redes sociales. Los dos discutieron sobre cuestiones diplomáticas como la guerra en Ucrania y la cuestión de la transición ecológica.
El vínculo entre líderes y animales: Macron y Nemo
No es la primera vez que Macron incorpora a un perro en su vida oficial. Nemo, el labrador-griffon negro, acompaña a la pareja presidencial en actos importantes y es parte de la imagen pública del presidente. La relación entre Nemo y Macron trascendió las paredes del Elíseo. El perro le acompaña en eventos oficiales y entrevistas, lo que ayudaba a humanizar la figura del mandatario. Sin embargo, Nemo ahora compartirá su vida en el Elíseo con Jeanne y Jules. Estos nuevos cachorros serán entrenados para cumplir con el protocolo y se espera que desarrollen un vínculo con el presidente similar al que tiene con Nemo.
En Francia, tener un perro en la residencia presidencial se ha vuelto casi una tradición. Figuras históricas como Charles de Gaulle, François Mitterrand y Jacques Chirac también contaron con perros durante sus mandatos. Estos animales se han convertido en un símbolo de cercanía, lealtad y humanidad para el líder. La presencia de un perro en la residencia presidencial aporta una sensación de normalidad. Este detalle es especialmente valorado en tiempos de crisis o cuando la figura del presidente es percibida como distante.
Una tradición mundial de mascotas en la presidencia
Más allá de Francia, otros líderes mundiales han encontrado en los animales una manera de transmitir cercanía y humanidad. En Estados Unidos, por ejemplo, los presidentes a menudo han tenido perros o gatos en la Casa Blanca. Algunos de ellos han sido símbolos populares, como Bo y Sunny durante el mandato de Barack Obama. Incluso en Rusia, Vladímir Putin ha sido visto con sus perros, un Akita Inu y un pastor búlgaro, que también recibieron cobertura mediática.
En el caso de Kazajistán, los caballos y los perros forman parte de la cultura y se consideran animales nobles. La diplomacia kazaja ha incluido intercambios culturales que involucran estos animales, especialmente con Francia.